(Fuente: Telecinco)
¿Alguien sabe qué pasó con Brigada Costa del Sol? Sí, hagan memoria, aquella serie de policías setenteros con Hugo Silva y Álvaro Cervantes que estrenó Telecinco en mayo del año pasado. Trece capítulos, audiencias modestas (el último con mínimo: 820.000 espectadores) y hasta luego, Mari Carmen. Nunca más se supo. Después vimos a Silva en El Ministerio del Tiempo o Nasdrovia y Cervantes ha pasado por Criminal: España y la próxima El tiempo que te doy. Pero de sus nuevas aventuras en Brigada Costa del Sol nadie ha dicho nada.
Es obvio a estas alturas, claro, que la serie de Telecinco está más muerta que viva, pero no deja de resultarme curioso que no haya habido ningún tipo de pronunciamiento oficial al respecto. Lo mismo pasó con 45 revoluciones, aquel sonoro fracaso de Antena 3 que, debemos suponer, tampoco tendrá segunda temporada. Y así, en ese limbo, hay muchas otras ficciones cuyo futuro es a veces incierto y otras cae por su propio peso. ¿Damos por enterrada a Foodie Love? ¿ha tenido una nula repercusión Caronte y debemos presuponer que no habrá más temporadas? ¿asumimos que el despilfarro de La Peste terminó con su segunda temporada? ¿conseguirá el ruido internacional de Perdida en Netflix obrar el milagro de una nueva tanda de capítulos?
Son preguntas que la prensa especializada tratamos de responder, muchas veces dándonos contra un muro: el de quienes niegan la mayor, el del juego del despiste o el de las falsas promesas de “nunca se sabe”. Solo la implicación del talento creativo y artístico de las producciones, que llega un punto que no se puede ocultar, hace evidente la verdad, pero muchas veces esto ocurre en un punto en el que ya pensamos: ‘¿y ahora a quién le importa?’. Dicho de otro modo, ¿hasta cuándo es interesante hablar de la cancelación de Secretos de Estado? Noticias frescas: traigo hielo.
Esto, que no deja de ser una estrategia para minimizar la sensación de fracaso (de ello hablé hace más de un año a propósito de Instinto y el máster que tiene Movistar+ en este tipo de jugadas), también produce cierta pena. Si lo piensas. Una cancelación es un golpe que puede generar respuesta de enfado o dolor entre los espectadores, pero también es la constatación de que, aunque los números no fuesen enormes, esa obra sí tuvo un efecto en algunas personas. El dolor del duelo no es posible sin un amor previo. La indiferencia y el olvido son mucho más terribles.
¿Quedará algún espectador pendiente de saber si Brigada Costa del Sol vuelve o no? Pobrecito.