La eternidad es demasiado larga. Eso es algo que hemos aprendido con el final de The Good Place; siempre es mucho tiempo, hasta cuando te has portado bien y has alcanzado un lugar donde todo antojo se ve satisfecho. La última de las lecciones que tenía por enseñarnos la serie sigue siendo bonita y optimista; a fin de cuentas es una elección voluntaria, pero cuesta aceptar. Un regreso para Chidi, Jason y Eleanor es algo que simplemente no puede ocurrir.
Algo distinto ocurre con Tahani y Michael. Mientras que la primera ha decidido dedicar todo su tiempo a mejorar la vida de los demás (y, ojo, que aquí la definición de todo es muy larga), Michael opta por lo único que siempre ha deseado en realidad: ser humano y vivir con incertidumbre por el futuro. Después de la inmortalidad, de torturarlos y tratarlos como ratones, ha acabado por anhelar lo que los humanos viven.
La decisión tomada por Michael Schur no podía hacer más feliz a su protagonista, Ted Danson, que dice de ella que “es perfecta. Porque incluso al principio, se notaba que estaba fascinado e intrigado por la humanidad. Y acabó por amarlos. Así que es un final perfecto, perfecto para experimentar lo que es ser humano. Y me encantó que [Michael Schur] le pidiera a mi esposa, Mary, que interpretara a la profesora de guitarra, con la implicación que conlleva: “Oh, experimentará la más humana de todas las cosas, que es el amor”. Pensé que era muy dulce y perfecto.”
Si por algo se ha caracterizado The Good Place es por jugar constantemente con guiños entre dentro y fuera de la pantalla. Cuando ya nos habíamos acostumbrado a que Maya Rudolph referenciase multitud de nombres de la cultura pop en su papel de jueza, llega Michael Schur y nos pone delante a Mary Steenburgen, quien además de actriz es músico, para dejarnos esa semilla en el futuro de Michael y darle la posibilidad de vivir hasta el enamoramiento.
(Fuente: IMDB)
Pero la serie ha contado con una ventaja evidente; su despedida estaba bien anunciada. Todos sabíamos desde el principio que estos iban a ser los últimos episodios, y han podido ser preparados en consecuencia. “[Michael Schur] sabía que quería contar la historia al final de la temporada, y no deseaba vampirizarla, quería hacerlo de la forma en que lo imaginó desde el principio. Estabas triste y a la vez debías apreciar y celebrar el hecho de que estábamos todos juntos haciendo este increíble espectáculo, porque muchas veces te cancelan cuando creías que volverías”, señala Danson: “En mi caso, la tristeza del actor y la tristeza del personaje diciendo adiós coincidieron, por lo que fue una actuación maravillosa, dulce y triste y también, ya sabes, la vida real.”
‘The Good Place’ está disponible en Netflix.
Crítica: ‘The Good Place’ termina con un final precioso y perfecto
La serie, que aquí podemos ver en Netflix, se despide dándonos una lección sobre la eternidadfueradeseries.com