Buscar
Buscar

Crítica: ‘The Handmaid’s Tale’ 2×08 — ‘Women’s Work’

(Fuente: HBO España)

A falta de un símil mejor, el de la montaña rusa es el que mejor puede describir los altibajos emocionales que vivimos con este episodio de The Handmaid’s Tale. Sonrisas (y alguna carcajada), ilusión y esperanza; momentos emotivos, otros con gran carga simbólica y, por supuesto, los ya característicos de miedo y asco en Gilead.

Después del final del episodio anterior, fue emocionante ver a June y a Serena trabajando juntas y compartiendo intimidades mientras toman el té, comen croissants y escuchan música; una escena muy cotidiana e irrelevante para cualquiera de nosotros pero que en el mundo en el que ellas viven es un sacrilegio.

(Fuente: HBO España)

“Cualquiera que ayude a Gilead merece que lo hagan volar por los aires”.
-Emily.

Esta frase que dice una Emily visiblemente hastiada, y con razón, interpela a June a un nivel muy personal. Como espectadores no podemos evitar sentir placer al ver a Serena y a June en el despacho del Comandante haciendo eso que les está prohibido; nos deleita ser testigos de ese acto de rebelión, pero lo que debería ser un pequeño triunfo (y en parte lo es), es también su granito de arena para volver a la normalidad de la que hablaba Serena, para mantener el orden de las cosas, para garantizar que la casa de los Waterford mantiene su situación de privilegio.

“Lo ordinario es aquello a lo que te acostumbras”, decía Tía Lydia al principio de la serie, y aquí queda demostrada una vez más lo perturbadoramente certera que es esa afirmación; June disfrutó de un período de vacaciones, y estaba tan a gusto, que no pensó en que no eran indefinidas. Ambas estaban satisfechas y orgullosas por el trocito de poder que estaban acariciando, pero simplemente lo estaban usando para mantener el orden de las cosas, no para cambiarlo.

(Fuente: HBO España)

El gélido chapuzón de realidad llega con la vuelta a casa de Fred. Serena creía que las cosas iban a ser como antes de Gilead, cuando ella era la voz, cuando colaboraban como iguales, pero una vez más él le cierra la puerta en la cara. Su Comandante no tiene el más mínimo interés en compartir el poder que la ley le otorga, la ley que ella ayudó a redactar. Serena creyó que había recuperado una parte de la libertad que le habían arrebatado, pero sólo se la habían prestado temporalmente porque le estaba haciendo a él un favor.

(Fuente: HBO España)

“-No creo que Gilead esté teniendo en cuenta a todos los doctores que tiene disponibles.
-Entiendo.”
(Serena y June)

Aún después del desplante por parte de Fred, Serena cree que puede acudir a él. Su pensamiento no carece de lógica, durante semanas fue su cómplice y él le demostró que está dispuesto a mirar hacia otro lado, que la ley no está escrita sobre mármol. Pero es en este momento cuando ella descubre que sólo está dispuesto a desacatar la ley si es para velar por sus propios intereses, los suyos en primerísima persona; ahí es cuando la escribe con L mayúscula.

“No podemos cuestionar la ley de Dios”
-Fred.

Fred emite esa sentencia con aire de superioridad, como si creyera que es cierta, ¡que las leyes a las que se someten las escribieron ellos mismos! Serena sabe que él sabe que ella sabe que no va a caer sobre ellos ningún castigo divino por desobedecerlas, pero aquí queda claro que todo el interés por la fertilidad es una fachada para que los señoros campen a placer, están dispuestos a dejar morir un bebé antes que permitir que una mujer deje el delantal para ponerse una bata médica.

Esto no nos puede tomar por sorpresa de ninguna manera, esa ley con la que se llenan las bocas sólo es válida si garantiza que los varones sean los opresores y los únicos beneficiados; acordaos del episodio en el que vimos a las Jezebels, el mismo en el que escuchamos esa conversación en un coche en el que decidían que la Esposa debía estar presente durante “el acto”, porque así no sería tanto una violación.

(Fuente: HBO España)

Women’s Work, es en las secuencias del hospital donde vemos cobrar vida el título del episodio. Esposas, Criadas, Tía y Martha unidas para intentar salvar la vida de Angela/Charlotte. No llegamos a conocer el nombre de esta Martha, pero sabemos que es una de las mejores neonatólogas del planeta y que Gilead la prefiere pelando patatas antes de reconocerlo, porque la vida de los niños realmente no significa nada para los que ostentan el poder, es simplemente una excusa con la que pueden dominar al resto de la población.

Escuchar al médico hacer expresa su profunda admiración por el trabajo de la doctora y entregarle el estetoscopio fueron dos momentos muy potentes del episodio; como con el bolígrafo de la semana pasada, la serie vuelve a dotar de gran carga simbólica objetos con los que en nuestra realidad podrían jugar los niños.

“¿Qué responsabilidad mayor hay en Gilead?
-Obedecer a tu esposo.”

El tercer punto de inflexión para Serena llega en el momento en el que Fred decide imponer castigo físico amparándose en la ley divina, la ley del varón. No os voy a contar nada que no hayáis pensado, sentido y sufrido durante esta despreciable escena. El montaje de la reacción de June ante cada latigazo nos representa.

Serena ya sabe que no es inmune a la crueldad con la que trata Gilead a las mujeres que están por debajo de su escala social, ya no puede seguir intentando ignorar la realidad en su jaula de oro. Fred le impone el castigo delante de June para humillarla, como una demostración y recordatorio para ambas de que es él quien tiene el control, para reconstruir su frágil masculinidad herida y para desalentar cualquier posible alianza entre ellas en el futuro. Creo que esta situación no habría ocurrido nunca en privado, que ni Fred lo habría intentado, ni Serena lo habría permitido; pero al estar June, Serena se ve obligada a mantener la fachada del respeto y obediencia a la ley de Gilead.

“Alguien dijo una vez, los hombres tienen miedo de que las mujeres se rían de ellos. Las mujeres tienen miedo de que los hombres las maten”.

Quería con todas mis fuerzas que June entrara en la habitación a consolar a Serena, pero su humillación era tan intensa que prefirió volver a construir su muro y aparentar fortaleza. No es fácil reconocer que eres víctima de la violencia de género, es degradante, corroe la autoestima; recordadlo siempre que sintáis la tentación de opinar sobre lo que alguien debe hacer o no en estos casos.

(Fuente: HBO España)

A pesar de todo, el trabajo de las mujeres en este episodio se vio recompensado. Angela/Charlotte sigue viva, pero aún queda mucho por hacer para evitar que niñas como ella crezcan para convertirse en objetos de usar y tirar de Gilead.

Notas al margen:

  • En el comentario de este episodio nos centramos en los conflictos y descubrimientos de Serena, pero la otra gran protagonista es Janine. Qué risa me sacó con su “Que la fuerza te acompañe”; cuántos momentos emotivos nos regala y cómo nos encoge el corazón. Madeline Brewer es un tesoro; tanto ella como Yvonne Strahovsky merecen nominaciones en los premios Emmy de este año.
  • Creo que cuando June va a pedirle disculpas a Fred lo hace con la intención de complacerlo, para alimentar su ego, y con la esperanza de hacer lo que puede para distraerlo de Serena. También hay algo de instinto de supervivencia, sabe que hacerlo sentir poderoso es la mejor táctica. Pero está abierto a interpretación, ¿qué pensáis vosotros?
  • El momento en el que June se aleja de la puerta manteniendo la sonrisa fingida y cómo esta se va convirtiendo en llanto es una de esas exhibiciones interpretativas a las que nos tiene acostumbrados Elisabeth Moss. Tiene un talento desbordante y nunca dejará de sorprenderme.
  • Punto para el montaje de sonido que añadió graznidos de cuervos en la escena en la que Fred se baja del coche y entra a la casa. Me haría gracia si no sintiera repugnancia cada vez que lo veo.
  • No sé si me equivoco, pero no puedo evitar pensar que entre las motivaciones de Fred para cometer para el acto condenable por todas las leyes (menos la de Gilead) de pegarle a Serena, también están los celos por la relación que hay entre ellas. No celos románticos, sino provocados por un sentimiento de posesión: ellas son suyas, por separado, no le interesa que estén aliadas, quiere que los únicos secretitos que haya en la casa pasen por él. Su reacción ante la rosa de Serena en la habitación de June y comprobar que fue June quien ayudó a Serena fueron el detonador.
  • El paralelismo de la reacción de Nick cuando descubre que Eden ha encontrado las cartas y la escena anterior de Fred es claro. Aunque las intenciones sean muy distintas, él se impone desde una situación de poder. Yo continúo empatizando con Eden; aunque represente una amenaza, no puedo dejar de verla como una víctima inocente del mundo en el que le ha tocado vivir.
  • El momento meta del episodio es la frase de a qué tienen miedo hombres y mujeres. El texto se ha parafraseado con los años, pero se atribuye a Margaret Atwood durante una conferencia en una universidad en 1982. En este artículo de Elite Daily intentan reconstruir su origen y evolución. Si os suena haberla escuchado antes, y visteis The Fall, allí la dijo Stella Gibson:
  • Quiero una camiseta con este texto:
    “-Blessed be the Froot Loops.
    -May the Force be with you.”
    Y que Janine me cante todas las noches antes de ir a dormir.

Todas las críticas de ‘The Handmaid’s Tale’

Los episodios nuevos de ‘The Handmaid’s Tale’ se estrenan los jueves en HBO España.

Further reading

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando, está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies. Pulse el enlace para más información. ACEPTAR

Aviso de cookies