Gina Carano, en ‘The Mandalorian’. (Fuente: Disney+)
“¿Binge-watching? Eso es tan 2015”. Ese parece ser el convencimiento de las nuevas plataformas de streaming a la hora de decidir las estrategias de estreno de sus series. Todo lo viejo vuelve a ser nuevo y, en este caso, la emisión semanal es otra vez lo más, el arma de Disney+ para competir con Netflix. Sólo que ese arma es la que llevan utilizando las cadenas de televisión convencional desde hace más de medio siglo para fidelizar a su audiencia.
Es gracioso que todos los nuevos jugadores que venían, y vienen, a poner patas arriba el consumo televisivo, a cambiar la manera en la que concebimos el streaming, recurran a tácticas probadísimas y de las que se renegaba cuando se decidió que el binge-watching era la panacea. Todo está inventado, desde luego. Incluso el propio binge-watching. ¿O qué era eso que hacíamos cuando nos comprábamos el DVD de una temporada o de una serie completa?
Netflix apostó en su momento por los maratones de episodios porque así era como sus clientes consumían las series en su plataforma. Estaban disponibles una vez había terminado la emisión de la temporada en sus cadenas originales, y los espectadores las veían en Netflix, en ocasiones, para ponerse al día para cuando se estrenaran los nuevos capítulos. Entraba dentro de lo lógico que, cuando la plataforma empezara a producir sus ficciones originales, optara por estrenarlas así.
Sin embargo, se ha debatido muchas veces si ese estreno en aluvión, y el visionado en maratón, no coarta en parte las posibilidades de que las series generen conversación verdadera y puedan entrar en el zeitgeist. Se habla de ellas en la semana de su estreno y después, como llega otra nueva, se olvidan. También fomenta que haya suscriptores que no se sientan “atados” a una plataforma en concreto; se dan de alta cuando se estrena una serie que quieren ver, la terminan en dos semanas y se dan de baja hasta la próxima.
La emisión semanal busca, precisamente, que esos clientes paguen durante más tiempo la cuota mensual (o que directamente opten por la anual, que es lo que pretenderá Disney+). Si quieres ver The Mandalorian o Loki, puedes esperarte a que sus temporadas estén completas para darte de alta y tragártelas de una sentada o, si tienes pánico a spoilers y eres fan acérrimo, acabarás pagando los dos meses que The Mandalorian estará en emisión. Y en esos dos meses, además, a lo mejor te animas a ver otras cosas en el servicio y acabas quedándote más tiempo. Que es la lógica que ha movido a la televisión de pago toda la vida.
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La serie de HBO se ha beneficiado de su emisión semanal para lograr el éxitofueradeseries.com