En los últimos días, Glee ha vuelto a estar de actualidad, sobre todo en redes sociales, y no porque se haya hecho realidad la pretensión de Ryan Murphy de producir un reboot. Las protestas de Black Lives Matter a raíz de la muerte de George Floyd han llevado a que bastantes trabajadores afroamericanos de Hollywood compartan las microagresiones racistas a las que se enfrentan día a día y, en ocasiones, que cuenten historias un poco más duras.
Una de las que ha contado su experiencia es Samantha Ware, que entró en la última temporada de la serie, en 2015. Respondiendo a un tuit de Lea Michele en apoyo a las protestas, la actriz la acusaba de haber convertido su primer trabajo como intérprete en “un infierno” y de haber tenido un comportamiento que le hizo replantearse si quería de verdad tener una carrera en Hollywood. Ese tuit ha tenido un efecto dominó que ha llevado a recordar que Glee, con todo el éxito que tuvo, también era el centro de muchos comentarios sobre lo complicado que podía resultar el día a día allí.
De hecho, en una entrevista hace algún tiempo con Emily VanDerWeff en el podcast I think you are interesting, el propio Murphy expresaba su arrepentimiento por haber dejado que los comportamientos más tóxicos se adueñaran del plató de Glee, algo que ha repetido después en otras entrevistas. Y es que la tragedia y los escándalos siguieron a sus actores incluso antes de que la serie se acabara.
Lea Michele, en ‘Glee’. (Fuente: FOX)
Con Lea Michele ya hubo en su momento rumores de que la relación con Dianna Agron y Naya Rivera era difícil, y a raíz del tuit de Samantha Ware, otra de las integrantes originales del reparto, Heather Morris, explicaba en Twitter que sí, trabajar con Michele había sido complicado y que también era culpa de todos los demás por no haberle llamado la atención en su momento. Hasta Marti Noxon, que entró como guionista en la última temporada, tuiteaba, sin dar nombres, que se habían permitido comportamientos poco apropiados, algo demasiado común en la industria entonces.
Michele emitió un comunicado disculpándose por su inmadurez de aquellos años, pero toda esta controversia ha recordado que Glee, además, es una serie que ya se vio afectada en su momento por la tragedia de la muerte por sobredosis de Cory Monteith, antes de la quinta temporada, y del escándalo alrededor de Mark Salling, detenido por posesión de pornografía infantil en 2015. Salling no llegaría a cumplir los siete años de cárcel a los que fue condenado porque se suicidaría antes.
La serie fue un enorme fenómeno desde su primera temporada, pero también ha sido después algo parecido a una moraleja de los problemas que puede acarrear dicho éxito si no se actúa cortando comportamientos que pueden crear entornos de trabajo desagradables. No es la única ficción a la que le ha ocurrido esto, pero es de las que más ha dado que hablar últimamente.
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