Alain Hernández y Megan Montaner, en el rodaje de ‘La caza. Monteperdido’. (Fuente: Pipo Fernández/TVE)
¿Quién no se queda con las caras más importantes de sus series favoritas? El reparto es sin duda algo crucial para una ficción y muchas veces funciona incluso como carta de presentación de un proyecto. Sin embargo, no se suele hacer el mismo caso a todo el proceso de selección que hay detrás de la presencia de tal o cual actor o actriz en pantalla. Para destapar los entresijos del casting en la industria de las series, la asociación DAMA (Derechos de Autor de Medios Audiovisuales) organizó el pasado martes 9 de abril la mesa redonda Elegir actores, dirigir actores. ¿Existe el reparto perfecto en una serie de televisión?.
La charla, organizada en Matadero Madrid junto al colectivo de directores de ficción televisiva Dirige, se adentró en temas como el proceso de configuración del reparto de una serie, si hay intérpretes decididos desde que nace un proyecto, qué tipo de actores pasan un casting y cuáles no o qué relación mantienen los cargos de dirección de casting y dirección de la serie. Para contestar a estas preguntas, DAMA contó con las directoras de casting Carmen Utrilla (Hospital Valle Norte o Víctor Ros, junto a las futuras Desaparecidos de Telecinco o 30 monedas de HBO) y Juana Martínez (Los nuestros 2, El Continental).
Para contrastar la experiencia de las directoras de casting con la de otros responsables de las ficciones, se unieron a ellas los directores Eduardo Casanova (Amar es para siempre) y Miguel Alcantud (El Ministerio del Tiempo, Estoy vivo y la cercana Brigada Costa del Sol de Telecinco y Netflix).
“Aquí vamos a contar la verdad”, bromeaba el director Juanma Pachón, moderador de la mesa redonda. Y, ciertamente, se desvelaron muchas verdades sobre el funcionamiento de esta cara de la industria. Para empezar: ¿todos los actores tienen que pasar un casting? Según Utrilla, “no hay una serie igual a otra. Hay algunas que empiezan siendo “la serie de”, y sobre ese actor o actriz famosa se va construyendo el personaje. En otras, no hay nadie definido: se mira qué intérpretes caben en el perfil del personaje y en el presupuesto”. “A veces, el guionista incluso ha escrito pensando en alguien desde el minuto uno”, añadió Martínez. “En ocasiones tenemos que desmontarle esa idea”.
Una imagen de ‘Amar es para siempre’. (Fuente: Javier de Agustín/Atresmedia)
El funcionamiento tan particular y exigente de las series diarias, aseguró Casanova, también se deja notar en el casting, ya que el elenco (más allá de los intérpretes fijos) se renueva prácticamente cada año. “En Amar es para siempre, una vez que están claros los 15 o 17 personajes de la temporada”, desveló el director, “se pasa esa información a los de casting. En mi caso, el director de casting hace una selección de la que salen diez candidatos por personaje. De esos, suelo quedarme con una terna, que discutimos con la producción ejecutiva. El acuerdo al que se llegue con ellos se pasa a la cadena, quienes tienen verdaderamente la última palabra”. En el caso de Amar, este proceso se extiende unos dos meses y medio.
Miguel Alcantud apuntó las diferencias en el proceso cuando se trata de una serie semanal. “Es básicamente lo mismo, pero en pequeño. La diferencia es que, en la serie semanal, los guiones van entrando cada una o dos semanas, y las reuniones con posibles actores se hacen un poco al vuelo. Aunque a menor escala, el trabajo es el mismo: comunicación y vender a los de arriba”. Utrilla, por su parte, maneja una media de entre 20 y 25 personajes episódicos por capítulo en Desaparecidos; que, sumados a los demás, ascienden a unos 100 intérpretes. En su caso, se pasan dos opciones por personaje a la cadena, que toma la decisión final.
Según Martínez, el intérprete ideal para un papel es difícil de conseguir: “En ocasiones, tiene que encajar en la “foto de familia”; combinar con un padre, un hijo, un novio… En otras, no todas las partes están de acuerdo y tenemos que andar convenciendo”. Para ella, hay una diferencia crucial entre el cine y la televisión en cuanto al casting: “En cine se puede hacer algo como poner a Javier Gutiérrez [de complexión poco amenazadora] de corrupto en La isla mínima, porque en la segunda o tercera escena ya ha definido su esencia. En tele, no: el personaje tiene que definirse de inmediato, porque no tenemos tiempo de explicar su esencia en un capítulo”.
No fue el caso, por ejemplo, de Esperanza Pedreño, que conquistó a Martínez para el papel de Mari Carmen Cañizares en Camera Café desde el primer momento. “Para hacer esa serie, nos echamos a la calle a buscar. Conocí a Esperanza en un bar, haciendo un espectáculo de una extraterrestre feminista. No había hecho nada nunca, pero daba el físico y tenía una comedia espectacular”. Para la directora de casting, “los hay que son actores o actrices magníficas, pero simplemente no dan para ciertos papeles”.
Los protagonistas de ‘¿A quién te llevarías a una isla desierta?’ son más conocidos por la tele. (Fuente: Netflix)
Alcantud puntualizó que el problema, más allá del perfil, “es que no hay imaginación”. “Yo soy un director al que le gusta jugar, ir a la contra”, confesó, “y lo que te encuentras es que no hay tiempo para trabajar eso, ni capacidad para saltar al vacío. En una serie se juega mucho dinero y no gusta apostar; gusta ir a lo que se conoce”. El director también habló de la dificultad para acordar una visión común de los personajes con los directores de casting: “Ni siquiera leyendo los guiones está claro. Es algo muy divertido, porque cada uno ve una persona distinta [en un mismo personaje]”.
En cuanto al estado del sector hoy en día, una de las cosas que han cambiado enormemente para Casanova es que “ahora las cadenas quieren que todo el mundo haga una prueba de casting, excepto los que proponen ellos”. “Ahora, las primeras propuestas de casting que nos llegan de arriba son siempre la misma”, añadió Alcantud. “Te proponen actores que ya están grabando una serie y que tienen otra detrás”. Según confesó Martínez, dos de sus proyectos de este año se han retrasado para esperar a unos intérpretes concretos.
En la ronda de preguntas, por fin, salió a colación uno de los temas más comentados últimamente en cuanto a los repartos en el audiovisual: Instagram. Uno de los asistentes preguntó hasta qué punto se tiene en cuenta el número de seguidores en un casting. Martínez contestó que “todo es un valor añadido, aunque también depende del tipo de serie [o película, pues ella trabaja en ambos campos]”. “De repente”, argumenta, “hay un grupo de espectadores posibles para una película gracias a ese factor que, de normal, no van al cine”.
Carmen Utrilla concluyó repasando las dos series que, en su opinión, han marcado el mundo del casting del cine y la televisión en España: Al salir de clase y Física o química. “Ahora mismo”, declaró, “estamos necesitados de eso otra vez. La industria lo está pidiendo. El cine se está nutriendo de las estrellas que genera la televisión, cuando antes parecía tener menos prestigio salir en televisión. Ahora ya nadie hace cine exclusivamente. Además, en general, se está haciendo bastante mejor televisión que cine”.
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