Una imagen de ‘Watchmen’. (Fuente: HBO)
Este artículo se ha escrito tras ver los seis primeros episodios de ‘Watchmen’ y no contiene spoilers.
¿Quién vigila a los vigilantes? Esa pregunta, extraída de las obras del poeta latino Juvenal, es el motor detrás del cómic Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibbons. ¿Quién supervisa a tipos que se ponen una máscara y se arrogan la potestad de repartir justicia de una manera externa al sistema legal? No habrá justicia de la turba hoy, confiad en la ley. Ésa es otra frase que mueve a la serie Watchmen, la secuela-adaptación que Damon Lindelof ha hecho del cómic para HBO, y que se estrena en España el próximo lunes 21 de octubre.
Para quienes sólo conozcan a Lindelof de Perdidos, el primer episodio de su nueva ficción puede desconcertarles. Para quienes también vieran The Leftovers, encontrarán detalles familiares en la manera en la que se cuentan determinadas cosas, en la sombra que un hecho del pasado arroja sobre los protagonistas y, en concreto, sobre la principal protagonista, Angela Abar, a la que interpreta una Regina King que nunca ha tenido un papel tan amplio, complejo y con un lado tan molón como éste.
King da vida a una ex policía reconvertida en vigilante enmascarado que se mueve en una Tulsa en la que la policía luce máscaras amarillas para evitar que el grupo supremacista blanco Séptimo de Caballería los identifique y los ataque en sus casas, como ya hicieron con anterioridad. Sus miembros, con capuchas similares a las de Rorschach (uno de los Watchmen originales), amenazan, en medio de soflamas racistas, con una cuenta atrás que pone a todo el mundo en guardia. Pero las máscaras no sólo ocultan las caras de esos terroristas.
Louis Gossett Jr. y la directira Nicole Kassell, durante el rodaje. (Fuente: HBO)
La sensación que da Watchmen es la de ser mucho más fiel al cómic original que la película de Zack Snyder, que lo trasladaba al cine viñeta por viñeta. Se imbuye de su espíritu crítico y provocador y se lanza de cabeza a plantear preguntas sobre la cuestión racial en Estados Unidos que, probablemente, allí van a causar revuelo (especialmente el sexto capítulo). Pero también puede ser muy comiquera cuando quiere y utiliza su propio Cuentos del Navío Negro en forma, esta vez, de una American Hero Story que es un metacomentario sobre el rol de las series de televisión en la actualidad.
La obra de Moore y Gibbons ya exponía qué ocurría cuando alguien decidía que en sus manos estaba la salvación del mundo, aunque nadie se lo hubiera pedido, y esa misma idea continúa en la serie. No siempre lo que vemos es exactamente lo que parece y en cada capítulo hay un nuevo interrogante que se resuelva con relativa rapidez. Watchmen no está interesada en los misterios, sino en explorar lo que hay debajo de las diferentes máscaras que lucimos a lo largo de nuestra vida, qué esconden y qué dejan ver. Y por qué las llevamos.
Sí, el reparto es impresionante (Jeremy Irons y Jean Smart se lo pasan en grande con sus dos personajes, que son los enlaces más directos al cómic) y visualmente, Watchmen busca maneras de homenajear al noveno arte sin perder de vista que está haciendo televisión. Destacan enormemente su banda sonora, obra de Trent Reznor y Atticus Ross, y los divertimentos con los títulos de crédito y las canciones que ambientan determinados momentos. El Requiem de Mozart acaba teniendo la misma importancia que el Nabuco de Verdi en The Leftovers.
Watchmen requiere de cierta paciencia en su visionado y dejarse llevar por su propuesta. Si no somos fans del cómic podemos verla sin mayor problema, pero si lo somos, encontraremos su espíritu por todas partes.
‘Watchmen’ se estrena el lunes, 21 de octubre, en HBO España.
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