Si buscas un anillo de compromiso económico, que no sean los de la Tierra Media. Según se ha confirmado recientemente, la producción de la primera temporada de El Señor de los Anillos le ha costado a Amazon aproximadamente 465 millones de dólares norteamericanos. Esta noticia llega con sorpresa dado que anteriores predicciones estimaban, ya con cifras récord, que el drama fantástico iba a costar 500 millones por varias temporadas.
Ha sido Stuart Nash, Ministro de Desarrollo Económico y Turismo de Nueva Zelanda, país en el que se da la producción, el que ha compartido la cifra en una entrevista para el medio neozelandés Morning Report: «Lo que puedo deciros es que Amazon se va a gastar 650 millones de dólares (neozelandeses) por un única temporada. Esto es fantástico, verdaderamente va a ser la serie más grande jamás hecha».
Las declaraciones del ministro llegan al salir al paso de las informaciones por las que Amazon había llegado un acuerdo con el gobierno neozelandés por el que recibía incentivos fiscales más grandes de lo usual. En total, la compañía estadounidense se embolsaría un montante de más de 160 millones de dólares neozelandeses en concepto de bonificación fiscal, aunque la cifra exacta no ha trascendido. A pesar de que las ayudas fiscales son una práctica habitual en la industria audiovisual, la noticia en específico del favoritismo fiscal no ha dejado de causar polémica en un país que genera casi la mitad en PIB de lo que factura el gigante tecnológico mundialmente. Y aún más, puesto que el Banco Central neozelandés ha calificado a la producción como un «serio riesgo fiscal», dado que no tiene tope para su presupuesto y como tal, tampoco el posible dinero público que el gobierno acabe desembolsando.
Con todo, la cifra filtrada convierte a El Señor de los Anillos en la serie más costosa de la historia, superando con creces al anterior líder, Juego de Tronos, que en su última entrega se gastó 15 millones de dólares por episodio y rondaba los 100 millones por temporada. Además, al presupuesto de producción hay que sumar los aproximadamente 250 millones de dólares que Amazon desembolsó para hacerse con los derechos de la saga de Tolkien en 2017. Entonces se planteaba que la adaptación televisiva de El Señor de los Anillos podría convertirse en la primera producción en sobrepasar los mil millones entre gastos de producción, derechos y marketing. El hito parece que se conseguirá antes de lo esperado.