Jon Plazaola y María León en la escena final de ‘Allí abajo’. (Fuente: Atresmedia)
Allí abajo ha llegado a su final en Antena 3 con un episodio donde todos los personajes se han visto enredados en una serie de tramas cruzadas con final feliz: la compra de las acciones de la clínica Híspalis, la boda de Jozé e Irene y la defensa de la almazara de Castrofidel ante las máquinas que querían destruirla. Todo ha confluido para dar un cierre que, con toda seguridad, dejará con la sonrisa en los labios a los espectadores que han seguido la serie durante sus cinco temporadas.
“La mezcla de tramas en un único evento le muestra al espectador que esos mundos que a veces están distanciados, que pueden parecer estancos, realmente pertenecen al mismo universo”, nos cuenta Roberto Serrano, coordinador de guion de la serie y productor ejecutivo, “Por eso, como la gente agradece ver a todos juntos, creíamos que era un buen final para que todos pudieran despedirse, tanto unos de otros como del espectador, y darles la oportunidad de vivir una aventurilla juntos. Todos tienen importancia en el episodio y se afectan unas tramas a otras”.
Carmen e Iñaki como retrato de la pareja moderna
Lo usual en las comedias románticas es dejar para el último momento la incógnita de si la pareja terminará junta o no y sellar finalmente su amor con un beso. En Allí abajo hubo beso de Carmen e Iñaki en la escena final, pero cuando esta llega ya sabíamos de sobra que todo estaba bien entre ellos: “A lo largo de las anteriores temporadas se había jugado mucho con esto de si están juntos o no, que si aparece Gotzone u otro interés romántico para Carmen… Eran cosas que quizás podíamos contar otra vez de una manera diferente, pero decidimos apostar por darles la oportunidad de enfrentarse a problemas de pareja un poco diferentes y que no hubiésemos visto, como la llegada de un hijo que no esperan y que eso, en lugar de separar la pareja, la uniera un poco más”.
Carmen e Iñaki no son la pareja típica. (Fuente: Atresmedia)
Así, la renovación de la pareja se ha ido fraguando a lo largo de la temporada 5: “Dentro de que nunca puedes inventar nada de forma absoluta, sí pensábamos que se había tratado menos, tanto en esta serie como en otras, la idea de poner a los dos protagonistas a favor de lo que les va viniendo y que traten de luchar juntos para salir adelante. Buscábamos conflictos en los que los protagonistas tuviesen diferentes puntos de vista aunque en la parte final les acabase uniendo para salir adelante. Esa era nuestra propuesta para ellos”, expone el guionista.
Para Serrano, con ellos han pretendido mostrar la realidad de muchas relaciones de hoy día: “Por suerte, en la sociedad que vivimos las parejas son muy variadas; hay divorcios, hijos en común, hijos de relaciones anteriores… Aunque le saquemos la parte cómica y el conflicto, queríamos poder contar esa normalidad, que puedes tener una pareja que tiene un hijo y quererle como tuyo. Tanto con ellos, como con el resto de la serie, siempre nos ha gustado estar en el día a día. Pensábamos que debíamos tratar las relaciones de una forma en que no parecieran cosa de épocas pasadas. Podíamos sacar comedia -con equívocos, malinterpretados, situaciones extremas- de la pareja, pero manteniendo en plano la normalidad de este tipo de pareja”.
Final feliz, pero no cursi
“Cuando nos planteamos hacer la parte final, después de una temporada en la que han vuelto pero les ha costado, que Iñaki le propusiera a Carmen recuperar su anillo nos daba un momento romántico de ellos como pareja que nos servía para cerrar su historia”, explica el guionista sobre la última escena de la serie, “Pero también es cierto que la serie siempre se sostenido en que Iñaki y Carmen muchas veces no han podido estar juntos por los universos que les rodeaban; en el caso de ella el impedimento era el hospital, los compañeros, su hermano, etc., y en de él era el norte, la cuadrilla, la amistad”.
Último plano de ‘Allí abajo’. (Fuente: Atresmedia)
Por eso mismo, el beso entre los protagonistas no es el último plano: la cámara se abre y vemos que Carmen se pierde entre los invitados de la mano de Dolores, mientras que Iñaki se queda brindando con la cuadrilla. “Pensábamos que era bonito contar que todo les va bien, pero dejar en la mente de los espectadores la sensación de que tampoco van a cambiar las cosas: ellos son Carmen e Iñaki como pareja, pero también son la cuadrilla, el hospital y todo lo que gira en torno a ellos. Así que todo cambia y, a la vez, sigue siendo igual”, argumenta Serrano, “Si hay un universo paralelo en el que, a partir de ahora, siguen viviendo sus vidas los personajes de Allí abajo, continuarán con esos problemas que han tenido siempre”.
Lo importante: que le guste al espectador
En tiempos en los que los finales de series pueden ser muy polémicos (no te miro a ti, Juego de tronos) y en los que a veces se busca un golpe de efecto loco que puede incluso traicionar el espíritu de la serie (hola, Los Serrano), desde Allí abajo han creído que lo importante era su público: “Siempre hemos intentado que el espectador no se sienta defraudado. El final te puede gustar más o menos, pero no hemos jugado a ir en contra de la esencia de Allí abajo; la comedia por un lado y el sentimentalismo bien entendido por otro”.
“Como guionista siempre te ves tentado a sorprender con tus ocurrencias, pero personalmente creo que en este tipo de series es más acertado intentar que el espectador que nos ha acompañado durante cinco años no se quede con mal sabor de boca”, añade, “No queríamos complacer al público, pero tampoco buscar una sorpresa que volara todo por los aires, como cerrar la clínica o romper la pareja, por ejemplo. El final cierra bien la historia de los personajes y te promete un futuro para ellos. La gente se puede imaginar mientras ve los créditos, por ejemplo, cómo será la vida de la cuadrilla en Bilbao y eso es lo que queríamos”.
El legado de ‘Allí abajo’
La pareja protagonista con Salva Reina (Jozé) y Mariano Peña (Don Benjumea). (Fuente: Atresmedia)
Llegar a la quinta temporada es algo que en la última década pocas series españolas han conseguido y también son escasas las comedias que han calado entre el público. ¿Qué ha tenido entonces Allí abajo para que gustase? “Creo supo llegar como una comedia romántica fresca, naturalista, muy divertida y alocada en ocasiones, pero sin perder la credibilidad”, apunta Roberto Serrano, “Su aportación es ese tono que consiguió y que hemos tratado de mantener, ser una comedia amable que dejaba al espectador siempre con un buen sabor de boca”.
Ese objetivo lo han logrado a través de sus situaciones pero, sobre todo, de unos personajes que han resultado entrañables para la audiencia: “Ha sido una serie en la que no había malos personajes; no ha habido malvados horribles que la gente odiase, sino gente con buenas intenciones que se han malinterpretado, como Trini, que hizo sufrir mucho a Carmen pero tenía su corazoncito. Sevilla y San Sebastián, a parte de ser ciudades espléndidas para vivir y para rodar en ellas, han sido universos en los que, con estos personajes, siempre te apetecía estar”.
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