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¡Adiós a los ochenta! La nostalgia por los noventa viene para quedarse

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‘El Príncipe de Bel-Air’, icono de los ’90, se emite actualmente en Neox. (Fuente: NBC)

Desde el boom internacional que supuso Stranger Things al fenómeno patrio de Yo fui a EGB (que ha tenido libros, programas de televisión y hasta festivales de música), no cabe duda de que la nostalgia por los ochenta ha ocupado un espacio destacado en la conversación cultural de los últimos años. Pero la vida sigue y ese fenómeno de recordar nuestra infancia con los ojos empañados y la billetera lista para comprar figuritas o entradas de cine empieza a ceder el testigo. ¿Es ya la nostalgia por los años noventa la nueva nostalgia por los años ochenta?

“Es algo que ya está ocurriendo. Solo hay que echar un vistazo a los cines (con los remakes de Disney o el regreso de franquicias noventeras como Jurassic Park llenando las carteleras) para ver que la nostalgia sigue avanzando y ya no termina en los 80”, asegura el periodista Juan Carlos Saloz, autor del libro Efecto Tamagotchi: Los noventa a través de juguetes, series y consolas. “Actualmente, la nostalgia avanza hacia los 90 y, probablemente, dentro de poco llegará a los 2000”, anticipa. El remake de El internado que hay en desarrollo parece darle la razón.

Así, parece que estamos condenados (o bendecidos, según se quiera ver) a revisitar nuestro pasado televisivo (y cultural, juguetero…) cada cierto tiempo. “La nostalgia siempre ha estado presente; cada vez que una generación llega a la edad adulta y tiene el poder de crear productos culturales de referencia, tiran de lo que les gustaba de niños, que es cuando se crea un vínculo más estrecho con la cultura”, comenta Saloz, “Durante los 70–80 surgió una enorme nostalgia por los 50 (Grease, Regreso al Futuro), hasta hace dos días lo veíamos con los 80, y poco a poco se está pasando a una nueva década”.

Primeros indicios de la vuelta de los 90

Kiernan Shipka es la nueva Sabrina. (Fuente: Netflix)

Superados entonces los ochenta, ¿los noventa están a la vuelta de la esquina o nos hemos metido ya en harina? Para Saloz, ya es una realidad: “Se puede ver en multitud de casos. Un ejemplo es el triunfo titánico de El Príncipe de Bel-Air, Friends o el anime en las plataformas de streaming, así como las secuelas sobre algunas de estas series que surgen para aprovechar este nuevo boom. Tres cuartos de lo mismo ocurre con las nuevas versiones de Sabrina, cosas de brujas o Embrujadas”.

Las salas de cine, como señalaba anteriormente, también nos dan la medida: “Los remakes de Disney son un ejemplo clarísimo y, si nos vamos a algo más externo, en la película Mid90s de Jonah Hill. Más allá de las series o el cine, en los videojuegos no dejan de hacerse nuevas versiones de las consolas de la época como PlayStation, además de lanzar remakes de juegos de esa década. La nostalgia vende y mucho, por lo que cualquier ocasión es buena para aprovecharla”.

¿Existe una esencia de “lo noventero”?

Si algo hizo bien para encandilar a quienes crecieron viendo Los Goonies fue dar forma a lo que significaban los años 80 a través de objetos, ideas y tramas. ¿Pero son los noventa tan reconocibles? “Quizás no hay una estética completa tan exacta como en los ochenta (que si máquinas recreativas, que si bicicletas, etc.), pero en los noventa surgieron varios fenómenos que son los que ahora se exploran con fuerza. Más bien, fue la época que sentó las bases de todo lo que nos gusta ahora”, expone.

Algunos pilares de la cultura televisiva de los niños que crecieron en los noventa serían los siguientes: “Por una parte, vimos las primeras series de fantasía con mujeres empoderadas al frente. Buffy, Cazavampiros, Xena, la princesa Guerrera, Sabrina, cosas de brujas, Embrujadas, etc. Todas ellas formaron una trayectoria que se ha seguido explorando poco a poco, pero que dejó ingredientes muy claros que hoy día no dejan de reconocerse por doquier. También fuimos testigos del “Black Power costumbrista”, o cómo El príncipe de Bel-Air y Cosas de casa nos ayudaron a entender el conflicto racial con buenrollismo y más allá de las fronteras de EEUU. De estas beben una enorme cantidad de series (¡también dramas!). Aunque Will Smith ya no tenga tan buena fama, lo que hizo con esta ficción es encomiable”.

Lucy Lawless se empoderó en el papel de Xena. (Fuente: Renaissance Pictures)

Y, por supuesto, no nos podemos olvidar de lo que significó conocer a aquella familia amarilla de Springfield: “Donde más se nota la influencia noventera es en la animación. Gracias a la animación de autor, encabezada por Los Simpson y series de Nickelodeon y Cartoon Network que a pesar de ser infantiles daban pie a los autores a hacer locuras, hoy tenemos apuestas como Bojack Horseman, Rick y Morty u Hora de Aventuras. Pero también tiene un gran peso el anime, que colonizó occidente en estos años y consiguió que aceptáramos como propios símbolos provenidos de Asia”.

Los remakes por venir… ¿tienen sentido?

Entre los remakes o continuaciones que hay en marcha está, por ejemplo, los de Salvados por la Campana o Punky Brewster. Son proyectos que despiertan sentimientos pasados en nosotros, pero que también nos hacen preguntarnos si realmente tiene sentido que los revisitemos. “Creo que hay muy pocos remakes o secuelas que tengan sentido”, admite Saloz, “Tiene sentido, por ejemplo, la nueva versión de Sabrina de Netflix, porque es algo muy distinto a lo que ya vimos; o la secuela de Watchmen de HBO, porque del cómic original solo pilla su tesis. Pero, por desgracia, en la mayoría de casos estos remakes (como el de Salvados por la campana) no tienen más sentido que el nostálgico, y por lo tanto tienen todas las papeletas de pegársela. Porque, al basarse en la nostalgia, la respuesta del público está clara: ‘Ya no es lo mismo que antes’”.

¿Preparados para la vuelta de ‘Salvados por la campana’? (Fuente: NBC)

La respuesta, por tanto, no sería tanto un sí o un no, sino si tienen algo nuevo que aportar en el tiempo presente. Si no es así, el autor de Efecto Tamagotchi cree que es mejor tirar de streaming: “Revisitar series, y más de esta época, es maravilloso. Analizar Friends está genial, incluso si eso supone que ahora no nos haga gracia, porque así entenderemos cómo hemos avanzado como sociedad. Cualquier serie de animación de la época, de hecho, merece la pena revisitarse. Pero de ahí a sacar secuelas o remakes hay un trecho. En el caso de los videojuegos, sirve para traer el juego a nuevas generaciones, pero con las series es distinto, puesto que la mayoría de ellas se pueden ver tal cual sin más adaptación”.

Cómo hacer de los noventa algo tangible

“¿Te das cueeen?”. (Fuente: TVE)

El asunto de la nostalgia va más allá de hacer remakes. Stranger things tira de nostalgia con los niños en bici, los juguetes, la estética… Pero, ¿cuáles son los elementos de los noventa pueden utilizarse para vehicular su nostalgia? “La cultura skater, como hemos visto en Mid90s, creo que es un elemento clave para este tipo de nostalgia. También la estética grunge a lo Nirvana, que siempre se ha mantenido en un segundo plano pero que puede volver con fuerza. En cuanto a elementos más pop, todo lo proveniente de Japón, rollo anime, Game Boy, Tamagotchis o Furby es muy reconocible. En Boyhood, la habitación del chaval decorada con pósters de Dragon Ball te coloca en un momento en los noventa. ¡Y los tazos, claro! No nos olvidemos de los tazos”.

Y, ojo, no todo tiene que llegar desde Estados Unidos y Japón: “En cuanto a elementos más locales, en España creo que lo tenemos fácil con Chiquito de la Calzada. El libro Las legendarias aventuras de Chiquito hace un recorrido por el gran “fenómenorl” que supuso en los 90. Y otros personajes como Emilio Aragón o series de la época españolas pueden ser clave como elementos reconocibles de la época”.

alvaro

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