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Crítica: ‘Tiempos de guerra’, la contienda más bonita

Amaia Salamanca, Anna Moliner, Alicia Borrachero y Verónica Sánchez, protagonistas femeninas de ‘Tiempos de guerra’. (Fuente: Atresmedia)

En su segunda temporada, Downton Abbey se atrevió a tocar la Primera Guerra Mundial, con la conversión de la casa en un hospital para oficiales y el alistamiento en el ejército de algunos de sus principales protagonistas masculinos, como el primo Matthew y el lacayo Thomas. Pretendía mostrar cómo aquella contienda había supuesto un cambio dramático en la forma de vida de la nobleza rural inglesa; se perdió toda una generación de jóvenes y se precipitaron cambios sociales y económicos que aún se profundizarían más en los años 20.

No fue la mejor decisión para la serie; las tramas avanzaban demasiado rápido, sin tiempo para explorar de verdad el trauma creado por esa Gran Guerra y, al final, lo mejor que dejó esa temporada fue un especial de Navidad que sí estuvo a la altura de lo que había sido la ficción en su primera entrega.

Viendo Tiempos de guerra, el nuevo drama de época de Antena 3, resulta difícil no pensar que es como si Downton Abbey se hubiera tomado más en serio su segunda temporada. El primer episodio, que tiene que presentar a los protagonistas y establecer la dificultad de la situación en la que van a meterse, despliega tal cuidado en su labor de ambientación, en la música, en los títulos de crédito y en el vestuario, que resulta realmente bonito de ver.

Una escena del arranque de ‘Tiempos de guerra’. (Fuente: Atresmedia)

Además, tiene una secuencia inicial bastante destacable. Para que el público se haga una idea del escenario por el que se van a mover los personajes, vemos un ataque de los rebeldes rifeños a las tropas españolas (mal equipadas, sin un liderazgo claro y mal preparadas para luchar contra las tribus de la región, que se levantaron en armas contra el Protectorado español del norte de Marruecos). Hay acción y cierta desesperación en los soldados, y aunque es un inicio llamativo, también le falta un poco más de espectacularidad.

Al fin y al cabo, ese arranque está mostrando el Desastre de Annual, la derrota más humillante sufrida en todas las campañas de África, una en la que murieron 12.000 soldados y que expuso la corrupción y la mala gestión del ejército en aquella guerra, y no sólo porque los llamados a filas que tuvieran dinero podían librarse de ir al frente pagando. Aquella debacle precipitó la caída de la monarquía de Alfonso XIII y la subida al poder del general Primo de Rivera, que impuso una dictadura. Es un punto de partida potente para la serie, pero sólo es el fondo contra el que se presentan las historias principales.

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Ésta es el baño de realidad que se llevan las Damas Enfermeras de la Cruz Roja al llegar a Melilla. El cuerpo estaba impulsado por la propia reina Victoria Eugenia (que las envía a África con la misma falta de previsión con la que se estaba dirigiendo la guerra) y lo formaban chicas de buena familia que, al llegar a Melilla, se encuentran con al reticencia de las otras enfermeras y de algunos oficiales. ¿Cómo van ellas a saber dónde están metiéndose si hasta ahora se han dedicado a los bailes de salón para recaudar fondos? Ése es uno de los retos que tienen las protagonistas, ganarse el respeto de quienes ya son veteranos allí.

Las cuatro principales protagonistas son la Duquesa de la Victoria (Alicia Borrachero), jefa de las Damas Enfermeras, dispuesta a hacer su trabajo por muchas trabas que se les pongan por delante; Magdalena (Anna Moliner), una ingenua joven que cree que va más de excursión y que deja atrás a su novio; Pilar (Verónica Sánchez), viuda y de talante resolutivo, y Julia (Amaia Salamanca), que se integra en el cuerpo para saber qué ha pasado con su prometido y con su hermano, perdidos en Annual. El primer capítulo se dedica a construir la relación entre ellas y a mostrar el choque que supone encontrarse con sus primeros heridos graves cuando su hospital no está todavía del todo preparado para abrir. Pero si esperábamos que Tiempos de guerra siguiera la línea de una Playa de China en el Rif, íbamos apañados.

Amaia Salamanca y Álex García. (Fuente: Atresmedia)

La serie no esconde que lo que le interesa es establecer historias románticas. La guerra ofrece un fondo dramático y hasta exótico, y la pobre situación de los destacamentos españoles en Marruecos puede hasta dar alguna línea argumental sobre la corrupción y la incompetencia que dominaban al ejército y al gobierno del país, pero esa escena en la que Magdalena se queda prendada del joven marroquí que la ayuda a bajar del camión es muy significativa.

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Evidentemente, Tiempos de guerra no es la serie a la que pedirle que profundice en el desastre que fue la guerra de África. Es un melodrama romántico, como Gran Hotel, Velvet o Las chicas del cable, que utiliza una época como excusa para tener un punto de partida llamativo, más que otra cosa.

Quizás sería más interesante que tuviera una fotografía más definida y que su dirección fuera menos formal en los momentos de tensión (como la frenética llegada de todos los heridos al hospital en mitad de la noche), que no fuera sólo bonita de ver.

Eso sí, su primer episodio puede resumirse en una cosa: haz siempre lo que te diga Alicia Borrachero.

‘Tiempos de guerra’ se emite los miércoles, a las 22:30, en Antena 3.

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