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Crítica: ‘La línea invisible’ radiografía a las personas detrás de ETA

Álex Monner, como Txabi Etxebarrieta. (Fuente: Movistar+)

(Esta crítica se ha escrita tras ver completa ‘La línea invisible’ y no contiene spoilers).

¿Cómo eran las personas que pusieron en marcha ETA? ¿Qué pretendían, cuáles eran sus sueños, qué había detrás de una organización que empezó luchando contra el franquismo y acabó asesinando a más de 800 personas en casi medio siglo de actividad? Son preguntas que no tienen respuestas simples, pero La línea invisible aspira a ofrecer algunas.

La miniserie, de seis episodios, se estrena hoy en Movistar+ habiéndose quedado como la única de las dos ficciones sobre el conflicto vasco que iban a verse esta primavera. Patria, la esperada adaptación de HBO España del libro de Fernando Aramburu, ha retrasado su estreno desde el original en mayo ante la imposibilidad de terminar la postproducción con las medidas de confinamiento provocadas por el COVID-19, por lo que el diálogo que ambas series podían mantener tendrá que esperar.

Habría sido curioso ver, primero, el retrato que hace La línea invisible de cómo la ideología nacionalista vasca confluye con las ganas de luchar contra la represión franquista de un grupo de jóvenes idealistas para poner en pie ETA, y después comprobar en Patria las durísimas secuelas que décadas de actividad del grupo terrorista dejan en la sociedad de Euskadi. Ese es un punto que aún está lejos en el tiempo para la serie de Movistar+, pero se aprecian los primeros signos de división.

La ficción, puesta en pie por el mismo equipo que se encargó de El día de mañana (el director Mariano Barroso y el guionista Alejandro Hernández, más Michel Gaztambide, a partir de una idea original de Abel García Roure), cuenta su historia centrándose en dos personajes. Por un lado, Txabi Etxebarrieta (Álex Monner), joven idealista, poeta, intrigado por las actividades clandestinas de su hermano José Antonio (Enric Auquer), a través de quien conoce a los primeros miembros de ETA; por el otro, Melitón Manzanas (Antonio de la Torre), jefe de la Brigada Social de Guipúzcoa, encargado de vigilar y neutralizar a los disidentes al régimen, ya sean anarquistas, comunistas, sindicalistas o las juventudes del PNV, a las que no da demasiada importancia de inicio.

Pablo Derqui y Antonio de la Torre. (Fuente: Movistar+)

Ellos dos constituyen los centros alrededor de los que gira todo. Manzanas nos muestra la influencia que podía tener alguien como él, que no solo torturaba impunemente a los sospechosos, sino que intimidaba a quien hiciera falta para conseguir que su hija fuera feliz. Etexebarrieta, por su parte, encarna esa evolución en ETA de una organización obrera, que creía que las huelgas y las protestas eran las mejores armas contra la represión, a otra más de corte militar que aboga por la violencia, y que elige a Manzanas como primer objetivo porque representa esa brutal opresión franquista.

Tanto ellos dos como todos los personajes que los rodean son retratados mostrando su humanidad. Manzanas es un brazo ejecutor del régimen y, al mismo tiempo, un padre ideal. Etxebarrieta está convencido de que matar es la única manera de luchar por lo que cree, pero también es un sensible poeta. El dibujo poliédrico de aquel germen de ETA es, probablemente, lo más interesante junto con esa mirada humana a todo lo que ocurrió, desde la postura del Inglés (Asier Etxeandia, el ideólogo que no se mancha las manos y vive holgadamente en el País Vasco-Francés) al ímpetu juvenil de Txema (Patrick Criado) o cómo la vida hace cambiar de opinión a Txiki (Anna Castillo).

Lo que le interesa a La línea invisible son las personas atrapadas en ese conflicto. Tarda un par de episodios en que su propuesta arranque, pero conforme Txabi se va metiendo más y más en ETA y, al mismo tiempo, Manzanas lanza su investigación para intentar averiguar quién es el nuevo jefe de la organización, que cada vez se atreve con cosas más arriesgadas y violentas, la serie va tomando forma y cristalizando. Quizás se echa en falta un retrato un poco más matizado de, por ejemplo, los compañeros de Txabi, pero la exploración de sus contradicciones lo compensa.

(Fuente: Movistar+)

Con la excepción de un momento al final, la serie consigue mantener su mirada sobria y sin sentimentalismos a un momento muy concreto de la historia de España. Comprendemos por qué ETA aparece, las circunstancias en las que lo hace y cómo eran aquellos primeros integrantes (muchos de los cuales la abandonaron cuando llegó la democracia, a finales de los 70). Es consciente de que no es algo que pueda contarse de forma maniquea, identificando buenos y malos inequívocamente, aunque también recuerda siempre lo que simbolizaba Manzanas y a lo que se dedicaba.

Es menos redonda que El día de mañana, y seguramente va a generar bastante conversación (o debería), pero es efectiva y mantiene en todo el momento el control de lo que está contando. Tal vez el capítulo que más destaque sea el que muestra el asesinato del guardia civil José Pardines, que es el momento en el que todo cambia y ya no hay vuelta atrás.

‘La línea invisible’ se estrena esta noche en Movistar+, después de la premiere online y gratuita de sus dos primeros capítulos en su canal de YouTube, a las 22:00 h.

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