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Crítica: ‘The Good Fight’ 3×01 — ‘Basado en problemas recientes’

Imagen promocional de la tercera temporada de ‘The Good Fight’. (Fuente: CBS All Access)

Cuando una nueva temporada de una serie empieza con su protagonista en la cama con su marido, diciendo que es feliz y que nada puede estropear ese sentimiento, todos sabemos que algo va a descarrilar su felicidad en la siguiente escena. The Good Fight también lo sabe y esa manera de arrancar su tercera temporada denota algo que parece que Robert y Michelle King han trasladado a la serie desde su fallida serie estival para CBS, BrainDead: autoconsciencia, guiños al espectador y una sátira todavía más acerada.

La canción humorística que interrumpe el capítulo para explicar lo que es un acuerdo de confidencialidad (un NDA, por sus siglas en inglés), es el mejor ejemplo de esa confianza en sí misma que The Good Fight ha ganado con el paso del tiempo. Sigue la línea de la que explicaba qué era un impeachment (y por qué se debería lanzar uno contra Trump) en la segunda entrega y demuestra que la serie quiere divertirse, y divertirnos, tocando temas que son importantes para la sociedad estadounidense.

En el primer capítulo de la temporada 3, Basado en problemas recientes, ese tema es el #MeToo, o una de sus ramificaciones. Ya se trató, desde otro ángulo, con el caso de la web que detallaba con qué hombres conocidos no había que salir, sólo que ahora se convierte en algo personal. Las revelaciones de que Carl Reddick, icono de la lucha por los derechos civiles, fundador del bufete y padre de Liz, abusó de su secretaria, y de más mujeres, durante años caen como una bomba en la firma, que está buscando el modo de promocionarse y ganar visibilidad frente a sus competidores.

La manera en la que se debate qué hacer entre los socios representa, de nuevo, las discusiones que surgen siempre que se conoce un nuevo caso de abusos por parte de un hombre influyente (ahí están las reacciones a Leaving Neverland, el documental sobre Michael Jackson, para probarlo). Diane lanza una idea que, de hecho, es muy interesante: si hacen públicas las acusaciones, se mancha el legado de Carl Reddick. Si intentan taparlas con NDAs y pagos a las víctimas, es el del bufete el que acaba comprometido. Pero acaba siendo Liz la que toma las riendas del asunto, por mucho que Boseman intente ocultárselo.

(Fuente: CBS All Access)

Se enfrenta al dilema de la enorme decepción que le supone descubrir que su padre era, básicamente, un violador y decidir qué es lo mejor para su empresa. Llevarlo al terreno personal es como The Good Fight consigue que su enfoque no sea sensacionalista ni manipulador. No hay ninguna decisión buena porque todas van a causar dolor, especialmente ahora que Reddick está muerto.

Y su indignación se traslada, aunque de otra manera, también a Diane. Y también se desata por algo personal, en este caso, que los hijos de Trump contraten a Kurt para que los acompañe en un safari y lo traten igual que a uno de los animales a los que disparan. Ya en la segunda temporada, la señora Lockhart se debatía entre luchar contra sus rivales con sus mismas armas rastreras o hacerlo sin rebajarse a su nivel, pero parece que ha decidido que la única manera de luchar y que alguien le preste atención es jugar según su falta de reglas.

Es una dicotomía que centra toda la serie. Sí, peleemos la buena lucha, ¿pero qué quiere decir esa buena lucha? ¿Basta con que sea por los motivos correctos? ¿O también ha de ser con los métodos correctos?

Diane va a pasar al ataque, y toda The Good Fight parece acompañarla. Al menos, es la promesa con la que se cierra el primer capítulo, que incluye también una pequeña subtrama muy simpática en la que Marissa intenta que Maia gane más confianza y consiga que la tomen más en serio. Rose Leslie no tiene gran cosa qué hacer, pero está aprovechando bien la vena cómica que la serie está extrayendo de ella.

Aún no hemos visto en acción a Michael Sheen y Lucca al frente de los casos de divorcio puede ser un giro con mucho potencial (su suegra la convence de que es una gran idea diciéndole que ningún abogado matrimonialista toma nunca en serio a las mujeres). The Good Fight apunta a que va a dejarnos grandes momentos.

La tercera temporada de ‘The Good Fight’ está disponible los jueves en el VOD de Movistar+. También se emite los viernes, a las 22:00, en Movistar Series.

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