Crítica: ‘The Handmaid’s Tale’ 2x12

(Fuente: HBO España)

Después del intenso y emocional Holly, que casi pareció un final de temporada, en este penúltimo episodio de The Handmaid’s Tale muere (ejecutan) un personaje e introducen uno nuevo. Posparto es el preámbulo de un cierre que, al parecer, tendrá una duración superior a la acostumbrada.

June volvió, una vez más, a casa de los Waterford y allí tuvimos nuestras raciones de Fred siendo repugnante y de Serena como la reina del hielo, pero hoy vamos a centrar este comentario en Eden y en Emily. Y empezaremos con Eden, porque en las críticas de episodios pasados siempre solíamos dejarla para las notas al margen y esta vez merece el protagonismo.

La despedida de Eden

Los guiones y la dirección de la serie hicieron un buen trabajo sembrando desde el principio la duda sobre el personaje de Eden. Nos la presentaron como devota de la religión de Gilead y, como en muchas ocasiones fue testigo de situaciones en las que otros no respetaban las normas (las Criadas diciendo sus nombres, las cartas que tenía escondidas Nick…), supusimos que en algún momento iba a traicionar a alguien.

Pero también sabíamos que Eden era una víctima de esa cultura religiosa; había crecido en Gilead y, a diferencia del resto de personajes que hemos conocido, ella no tenía referencias del mundo anterior, del mundo libre. Sydney Sweeney, la actriz interpreta el personaje de Eden, explica en esta entrevista algo en lo que yo no había pensado, que aunque Gilead se instituyó hace unos cinco años aproximadamente, la religión de Los hijos de Jacob ya existía antes de su formación, por lo que Eden, que vivía en un pequeño pueblo, pudo haber crecido dentro de esa fe, con todas sus normas; seguramente nunca fue al colegio, ni aprendió a leer, creció esperando casarse y para procrear y servir a Dios.

Sería interesante volver a ver sus escenas sin dudar nunca de ella, poniéndonos siempre en su lugar. Eden era una niña de quince años que solo conocía lo que le enseñaron y que durante los meses que estuvo casada con Nick sufrió su rechazo y la falta de afecto, porque no entendía su frialdad; si hacía todo lo que se suponía que debía hacer por qué no podía tener una familia feliz como le prometieron.

Sus creencias entraron en conflicto con la realidad y empezó a cuestionarlas. Estaba intentando entender su fe y el despertar de su sexualidad. Después de conocer a un chico de su edad que le prestaba atención, se despertaron en ella los sentimientos e inquietudes propios de alguien que estaba en edad de soñar con el amor frente a los casilleros del instituto en el que la ejecutaron.

Eden ha tenido como modelo la hostil relación entre Fred y Serena y también ha experimentado la falta de afecto en su corto matrimonio con Nick. Un Nick que se mantenía distante por el obvio conflicto moral que implicaba esa cita mensual con una menor en pos de la procreación, pero eso era algo que Eden no podía entender. Ni siquiera imaginar, porque en su mundo ese conflicto no existe. Y cuando empezó a vivir la emoción de ese primer amor en el que no veía maldad, empezó a replantearse las cosas.

“-¿Y si tuviera la oportunidad de tener amor y un bebé?
-Creo que en este lugar debes agarrarte al amor donde sea que lo encuentres”.
(Eden y June)

En este episodio vimos a Eden recibir dos consejos. Uno no solicitado, por parte de Serena, el que comulga con aquello que le enseñaron: paciencia y sacrificio al final tienen recompensa. El otro, se lo pide a June, y de ella recibe la respuesta que quería escuchar.

Eden no pide perdón y no muestra arrepentimiento porque no quiere vivir en una mentira, se mantiene firme en su fe y rechaza ser una hipócrita. A cambio, opta por aceptar el castigo mientras recita el texto de la Carta a los Corintios que se suele leer en las bodas católicas, el mismo que leyó Nick en casa de los Waterford la noche de su boda.

Decidió apostar por el amor, confiada en que su Dios la protegería, porque por qué no iba a querer que sus siervos formaran una familia en la que todos fueran amados. Se atrevió a imaginar un mundo en el que era posible vivir una relación de pareja y la maternidad en sus propios términos, qué locura. Un mundo donde poder ser libre, uno como el que imaginaron Nick y June unas escenas antes; pero que Eden quiso hacer realidad más allá de la fantasía.

Su final fue emotivo e impactante, creo que habrá conseguido conmover incluso a aquellos a los que el personaje les resultaba antipático. Serena está rota en esa escena y nunca se había dejado ver así en público; si alguna vez la hemos visto llorando siempre ha estado confinada en su habitación. A todos en la casa Waterford (menos a Fred) les afectó ver morir de esa forma a Eden, porque si una niña tan pura y tan devota como Eden no está a salvo en Gilead, nadie lo está. Por eso, al final del episodio Serena derriba una vez más el muro y deja entrar a June para cuidar a Holly. Espero que este sea el detonante definitivo para entrar en un proceso de transformación de su persona(je).

La nueva casa de Emily

“Me pregunto por qué un hombre tan inteligente e importante aceptaría a una Criada de mierda”.

Antes de que empezara la temporada ya sabíamos que Bradley Whitford iba a interpretar un papel en estos nuevos episodios. Han esperado hasta el penúltimo para introducirlo, y vaya introducción. Creo que es la mejor presentación de personaje que hemos visto en la serie, está construida con cada uno de los detalles de la casa y con las dinámicas de convivencia. Desde que la Martha abre la puerta y no dice una de las frases estándar de Gilead ya sabemos que esta casa es diferente. Que le hayan sacado un ojo da mala espina, aunque en realidad no sabemos si ha sido por algo que hizo allí.

En ese mismo plano ya podemos ver al fondo unos libros apilados, y ya sabemos que están prohibidos en Gilead. Están por toda la casa y también cuadros en todas las paredes, y no como los clásicos y neutros que hemos podido ver en casa de los Waterford, en la escalera hay un Basquiat. Cuando la Martha se aleja y se tropieza dice palabrotas. El Comandante baja sin la Esposa. La primera interacción del Comandante Lawrence con Emily y con la Tía Lydia se debate entre lo tenso y lo divertido, con largos silencios y su “Super” después de que intercambian las frases habituales. Tía Lydia se va, no sin cierta inquietud, y después comprobamos que entre la Martha y el Comandante hay una dinámica inusual. Esta casa es como La dimensión desconocida.

La ambigüedad del personaje del Comandante Joseph Lawrence se mantiene durante todas sus escenas, sentimos tensión por cómo puede reaccionar e inmediatamente nos sorprende con actitudes totalmente fuera de la norma. Habla de castigo cuando descubre a Emily leyendo, pero su falta no tiene ninguna consecuencia; parece cariñoso cuando está llevando a su esposa a la habitación, pero cierra la puerta rápidamente; habla del mundo anterior con Emily, pero finaliza con una pregunta muy incómoda y personal.

En la habitación de Emily hay un espejo, eso tampoco es habitual.

El personaje de Eleanor, aumenta la ambigüedad de Joseph dibujándolo como una suerte del Edward Rochester de Jane Eyre, o del John de El papel amarillo. Ella no puede conciliar la realidad de la monstruosidad que hizo su marido al concebir la idea de Las Colonias. Este dato se pone en la balanza de la villanía de Joseph, pero también cabe la posibilidad de que posteriormente se haya arrepentido de su creación.

La última escena entre Emily y el Comandante es la mejor del episodio. Y funciona porque conocemos la historia de Emily y las reglas del juego de Gilead: lo que está permitido hacer y lo que no, aquello de lo que está prohibido hablar. El Comandante reconoce la vida anterior de Emily, y no la condena, tal como se esperaría de un gileadeano de verdad. Muestra interés y curiosidad por sus actitudes rebeldes. Parece que la está poniendo a prueba constantemente. Todo esto hace que en la dinámica de esa situación, como espectadores, compartamos el flujo de emociones que experimenta Emily: la sorpresa, la confusión, la intriga, pero también el impacto emocional del incómodo comentario final.

En los últimos episodios la serie ha establecido varios paralelismos entre June y Emily: en el décimo episodio fuimos testigos de sus terribles Ceremonias; en este, a ambas les preguntan si han sanado bien sus heridas “ahí abajo”, como dice Tía Lydia; June es popular y tiene mucha demanda y Emily ha sido rechazada cuatro veces; incluso, también podríamos sumar que June vuelve a hablar de Scrabble y Emily tiene una reunión con su nuevo Comandante en un espacio en el que también se habla de cosas prohibidas. Es posible que nada de esto sea casual y que sus tramas de alguna forma lleguen a confluir en el último episodio. No puedo tener más ganas de que llegue el próximo jueves.

Notas al margen:

Sí, June, la verdad es que te mereces una pastelería entera.

En la escena en el Centro Rojo, Tía Lydia le dice a June que hay que ver lo bien que sientan unas semanas de reposo; esta ubicación temporal nos sirve para saber que Eden e Isaac han tenido tiempo para enamorarse.
“Por qué una chica arriesgaría tanto por escapar”. A veces no sé si Fred es muy tonto o muy retorcido. Casi parece que vive en un mundo de delirio y que realmente se cree que June tiene algo que agradecerle, que disfruta estando con él y que no es el malo en esta historia.
Fue bonito que Nick reconociera que había tratado mal a Eden y que le pidiera perdón. En la escena de los casilleros casi parecía su hermano mayor (si no fuera por la parte en la que le dice que tendrán un hijo) rogándole que diga que se arrepiente, que Isaac la secuestró, que ella no quería hacerlo. Quizá le habrían perdonado la vida, no sin antes mutilarla de alguna forma.
Si miráis las imágenes del palco durante la ejecución de Eden e Isaac, hay pocas personas y casi todos van vestidos con las ropas de las Econofamilias. June era la única Criada, Serena la única Esposa, Fred el único Comandante y creo que Rita era la única Martha.
Sydney Sweeney hace un trabajo maravilloso en sus escenas y transmite toda la inocencia que requiere su personaje. Tuvo un arco sorprendente y bien construido pero os voy a confesar una cosa, no puedo evitar ver los hilos del por qué de su introducción y salida de la serie: para provocar una reacción en los otros personajes, sobre todo en Serena, pero también en Nick, en June, puede que también en Rita, pero apostamos porque no influirá en Fred.
Después de tanto vaivén, creo que este será el punto de inflexión en Serena, aunque lo que la haga cambiar no sea una información precisamente nueva. En el octavo episodio de esta temporada, con la hija de Janine, Serena ya confirmó que a los varones de Gilead la vida de los niños y la tasa de natalidad les importan menos que nada, pero presenciar la ejecución de Eden ahora que tiene a una bebé en casa la hizo más sensible y consciente de la situación. Narrativamente está justificado, y siempre estaré a favor de que empiecen a cambiar drásticamente las actitudes de mujeres como Serena, pero no os voy a mentir, me produce cierto conflicto que con todo lo que ha visto y ha hecho sufrir a June no se le remueva nada por dentro hasta que no piense en que lo mismo le podría pasar a su hija.

Esta escena. Cuando Serena cerró la puerta por un momento pensé que le iba a hacer algo a la bebé porque se sentía impotente ante su llanto. Cuando entendí lo que en realidad estaba haciendo me removí un poco en el sofá pensando que había llegado al límite del delirio, pero reconozco que cuando dijo “Lo siento. Lo siento”, me conmovió.

La directora de este episodio es Daina Reid, la misma del episodio anterior. Tiene mucha facilidad para generar tensión con la cámara. En este episodio hay varios momentos que pueden leerse en clave de terror gótico: June bajando las escaleras y asomándose por una rendija a la habitación de Serena, o estos en la casa del nuevo Comandante, con las sombras y los reflejos en los espejos. Por cierto, en la habitación de Emily hay un espejo y eso es muy inusual, recordad que en el baño de June está la marca de que allí hubo uno alguna vez.
En los subtítulos en inglés para personas con problemas auditivos aparece el nombre del personaje de la Martha de la nueva casa de Emily. El nombre es Cora; en el libro El cuento de la criada, en casa de los Waterford hay dos Marthas, Rita y Cora. Una curiosidad como cualquier otra, o la confirmación de que los miembros de esa casa jugarán un papel relevante.
Otro dato como curiosidad, cuando Eden está en los casilleros con Nick recita un pasaje del libro de Isaías del Antiguo Testamento (Isaías 43:2), en la última escena Serena recita un pasaje posterior del mismo libro (Isaías 49:24).
Me gustaría estar capacitada para poder identificar todas las obras que aparecen en las paredes de la casa del nuevo Comandante. Por lo que he podido leer en Internet, además de la obra de Basquiat que está en la escalera (y figura en los créditos finales del episodio), algunos han identificado a Paul Gauguin o a Georgia O’Keeffe, por ejemplo. Si tenéis las referencias, dejadlas en los comentarios.

Las páginas que aparecen en la serie sacadas de la edición española de Planeta de Agostini.

El cómic (o novela gráfica) al que le echa un vistazo Emily es Maus de Art Spiegelman, una obra muy apropiada una vez Eleanor nos revela el dato de Las Colonias.

Imagen del cartel oficial de la T2 de la serie. (Fuente: HBO España)

Durante toda la temporada hemos tenido muchas referencias verbales y usos visuales del fuego: June quemando su ropa de Criada (1×01), el flashback con la madre de June y las otras mujeres quemando los nombres de sus violadores (2×03), June quemando las cartas de las mujeres de Gilead (2×05), la bomba (2×06), la caja de cerillas que echa Serena al fuego (2×09), Nick con un mechero (2×10), el parto de June (2×11), el cartel oficial de la temporada… Puede que nos hayan estado anticipando (foreshadowing) algún evento del episodio final. O quizá solo sean mis ganas de que alguien salga a quemarlo todo en Gilead.

Todas las críticas de ‘The Handmaid’s Tale’

Los episodios nuevos de ‘The Handmaid’s Tale’ se estrenan los jueves en HBO España.