Esta crítica se ha escrito tras ver la primera temporada de ‘The Restaurant’ y no contiene spoilers.
Vår tid är un (Our time is now) llega a la plataforma Filmin después de haber supuesto el gran éxito de la televisión sueca durante los dos últimos años, y bajo el título de The Restaurant. Concebida como una especie de Downton Abbey a la escandinava, en las dos primeras temporadas (ya está en ciernes la tercera) la serie narra la historia de la familia Löwander, propietaria del céntrico restaurante Djurgårdskällaren de Estocolmo, durante varias generaciones. Estableciendo como pistoletazo de salida el final de la Segunda Guerra Mundial, en mayo del 45, la primera temporada abarca hasta principios de los 50, la segunda, hasta aproximadamente 1962, y se prevé que la tercera y última llegue hasta los 70.
Soy muy seguidor de las series escandinavas y, fundamentalmente, de los llamados nordic noir, o de las parodias tipo Norsemen o Fallet, así que cuando me dispuse a ver la serie que nos ocupa, me informé brevemente sobre ella, pues no la tenía en mi radar. Reconozco que las historias tipo saga no me motivan especialmente. Además, en algunos tabloides digitales se la comparaba con la excelsa y casi mítica Downton Abbey, lo que resulta, al menos a priori, abrumador, y si a esto le añadimos la duración de la historia, mi parecer inicial me retraía un tanto, pero nada como la experiencia para rebatirse o refutarse uno a sí mismo.
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Paralelamente, la hija más joven, Nina (Hedda Stiernstedt), que vive una vida de lujo propia de la clase alta sueca, se enamora de uno de los camareros, Calle (Charlie Gustafsson). La matriarca de la familia, Helga (Suzanne Reuter), ejerce como mentora y árbitra en los conflictos para mantener unida a la familia con la ayuda de Stickan (Peter Dalle), que representa sus ojos y oídos en el negocio.
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Desde la pátina colaboracionista con el régimen nazi en la tan criticada neutralidad sueca durante la guerra, hasta la crítica de los convencionalismos de las diferencias de clase, pasando por la controversia del aborto, los problemas derivados de la orientación sexual, la modificación de las definiciones económicas, The Restaurant se convierte en un microcosmos de una sociedad en constante cambio, donde las personas de toda condición se adecúan a una posguerra que nunca previeron como imaginaban. Es una historia de desafíos constantes, de amor y desamor y de expectativas (no siempre resueltas favorablemente), donde la pugna por adaptarse, y salir airoso, supone el eje central de la serie. Y, claro está, de la vida.
No sé si es comparable a Downton Abbey, pero The Restaurant tiene sus propios elementos sólidos para dedicarle tiempo y ganas. Además, Estocolmo es precioso.
‘The Restaurant’ está disponible en Filmin.