Esta crítica se ha escrito tras ver la temporada 6 de ‘Fear The Walking Dead’ completa y contiene spoilers.
Fear The Walking Dead –o toda la franquicia de The Walking Dead, ya que nos ponemos- sería un buen recuerdo para las personas con ansiedad: incluso en el apocalipsis, cuando parece que el mundo se acaba… no lo hace. Es una conclusión bastante positiva en una ficción que se basa en hacernos sufrir emocionalmente mientras sus personajes luchan con uñas y dientes por su supervivencia. Y el final de la sexta temporada de Fear The Walking Dead, entre otras cosas, viene a confirmar esa idea, holocausto nuclear incluido. El mundo lleva acabándose más de seis años y siempre va a haber alguien cruel, desquiciado o que abusa de su poder a la vuelta de la esquina. Luego, una nueva amenaza a la que inevitablemente sobreviven. ¿El mundo acaba? Oh, debe ser lunes.
Ese ha sido el tema central de una temporada que ya dejó muy claro en el primer capítulo de su segunda parte que se iba a centrar en sus personajes: el perdón, la autoestima, el crecimiento personal, las segundas oportunidades y la fuerza de las propias decisiones. Somos lo que ponemos en el mundo, bueno o malo. No vamos a negar a estas alturas que muchas veces Fear The Walking Dead ha pecado de obvia, de poco sutil en su esfuerzo por transmitir este mensaje. No podía ser de otra forma protagonizada por Morgan, que posiblemente sea el personaje más mojigato y pedante que nos haya dado la franquicia, a pesar de todas sus buenas intenciones.
Una mezcla que funciona
Pero lo cierto es que funciona. Igual porque venimos de nuestro propio sentimiento apocalíptico con todo de la pandemia, pero pese a algunos episodios en los que era imposible poner los ojos en blanco por la obviedad de todo el asunto (como el capítulo «psicotrópico» en el que Grace se despedía de su hija no nata), la temporada ha mantenido un buen nivel. En parte gracias a la presencia de personajes que si bien están al límite, no se encuentran tan teatralizados como el Negan de The Walking Dead. Teddy Maddox (John Glover) y Dakota (Zoe Margaret Colletti) se definen a si mismos como «conclusiones» del mundo en el que viven, y no les falta razón en que son producto del apocalipsis zombi… aunque se equivoquen en todo lo demás.
Se sigue echando en falta un desarrollo mayor de Alicia Clark, a la que no llegamos a ver en el final de temporada, pero el resto del grupo sí que encuentra lugar para profundizar un poco más. Aunque sea solo para dejar claro que Strand no está hecho de la pasta de los héroes o que Dwight se sigue ganando nuestros corazones capítulo a capítulo pese a su pasado como ‘Salvador’.
Los caminantes siguen sirviendo de telón de fondo en un apocalipsis en el que ya ni siquiera son la mayor preocupación. La temporada anterior, Fear The Walking Dead fue la primera de la franquicia en preguntarse que pasaba con las plantas nucleares una vez se acaba el mundo tal y como lo conocemos (zombies-chernobyl, ese concepto tan terrorífico). En esta temporada, aunque de forma ligeramente diferente, ha vuelto a recuperar la idea. Esta vez de la mano de una mente desquiciada como la de Teddy. Y de nuevo, la amenaza vuelve a funcionar como la espada de Damocles perfecta forzando las decisiones de los protagonistas. Aunque los espectadores sepamos que, como nos avisaba el título del primer episodio de esta tanda de capítulos: el final es el principio. El fin del mundo… nunca lo es.
La temporada 6 de ‘Fear The Walking Dead’ está disponible en las plataformas VOD de los operadores en los que está incluido AMC España.