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Diseccionamos ‘La Zona’ con los hermanos Sánchez-Cabezudo

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Alberto y Jorge Sánchez-Cabezudo, en la presentación de ‘La zona’ en el Festival de Sitges. (Fuente: Movistar+)

Los hermanos Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo tenían la responsabilidad de estrenar las producciones originales de Movistar+ con La zona. Ha sido un poco un bautismo de fuego, con una temporada poco complaciente con el espectador y que ha ido ganando peso conforme se acercaba a su último capítulo. En Fuera de Series ya hablamos con ellos cuando se presentó la serie, pero queríamos que nos contaran algunos detalles de la historia una vez se hubiera visto ya ese episodio final.

Mientras estaban preparando las líneas maestras de una hipotética segunda entrega (Movistar+ no se ha pronunciado todavía sobre el futuro de la serie), los Sánchez-Cabezudo nos contaron cuáles son los temas que querían explorar en La zona, por qué decidieron acabar la temporada con ese plano concreto y qué cosas se han llevado a este proyecto de su experiencia con Crematorio, su anterior serie.

‘La zona’ termina dándole un cierre a la historia de Héctor y, también, un poco de esperanza. ¿Buscábais terminar así?

Alberto Sánchez-Cabezudo: Creo que es la primera vez que sonríe Héctor en toda la serie. Nos gustaba mucho aguantar toda la temporada y acabar con esa sonrisa de Eduard.

Jorge Sánchez-Cabezudo: Esa sonrisa entre lágrimas. La sensación que queríamos dar es que al final, incluso teniendo una resolución al caso policial y una resolución a Héctor, lo que pasa es que yo resuelvo esto pero, al final, aquí no va a pasar nada. Que dentro de todo, ese último plano de él, con lágrimas en los ojos, cuando cierra los ojos y sonríe, a todos, cuando fuimos a negro, nos dejó un acorde agridulce. Por un lado es un acorde serio, en ese tono grave que nos gusta darle a las cosas, que tengan peso y que tengan fondo, pero al mismo tiempo, la serie termina con una sonrisa entre lágrimas.

Es interesante que hayáis optado por darle a Héctor esa razón para seguir viviendo.

Jorge Sánchez-Cabezudo: A él y al espectador (risas). Es una serie muy dura, que plantea un universo muy duro, tiene mucha violencia, y la trama personal de él tenía que tener una compensación positiva. Además, estamos también en ese momento de nuestras vidas en el que no sólo hablamos de lo malo, sino que hay esa parte emocional, emotiva, que está sembrada desde el primer capítulo.

Alberto Sánchez-Cabezudo: Toda la trama de Fede buscaba poder llegar a este punto.

Los hermanos Sánchez-Cabezudo hablan con Eduard Fernández en el rodaje. (Fuente: Movistar+)

¿Os planteasteis en algún momento meteros más en detalle en el tema de los restos mal identificados y de las cosas que Julia oculta todavía de lo que pasó el día del accidente?

Alberto Sánchez-Cabezudo: Era demasiado y nuestra intención, si hacemos una segunda temporada, es que hay muchas cosas que planteamos como universo y que están ahí para poder recoger y desarrollar.

Con Julia, la temporada acaba con ella contándole al periodista todo lo que ha averiguado, pero no sabemos qué va a pasar después.

Alberto Sánchez-Cabezudo: Es lo que suele pasar con estas cosas de corrupción. No tienen una resolución única e inmediata sino que, además, son objeto de otra serie, de otra evolución, de cómo son esas charlas interiores entre jueces y los demás, incluso dentro del Consejo de Seguridad Nuclear, que sería lo que más atañería a Julia.

Jorge Sánchez-Cabezudo: Al drama le viene mal, porque lo que viene bien es una resolución rápida en la que, al final, Hércules Poirot descubre a todos los culpables y van todos a la cárcel. Pero la realidad no es así y, de hecho, es una de las cosas que no solemos contar. En Crematorio también era así y es algo que se va a diluir y, como dice Alberto, es objeto de otra temporada, pero a largo plazo. Al final, la corrupción es un telón de fondo permanente que tinta, que toca, que es objeto de debate…

Alberto Sánchez-Cabezudo: Es una cadena de favores. Lo dice en un momento Marina Salas, “sé lo que es deber favores”. Al final, en cuanto entras en esa rueda, ya funciona así.

Jorge Sánchez-Cabezudo: Pero a la vez, y esto es algo que estamos barajando para la segunda temporada, es el leño tras leño tirado a un fuego, que calienta una olla, que genera un descontento, que genera la ira. Eso nos interesa mucho.

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Eso se aprecia un poco en la asociación de víctimas. Dejando de lado las posibles teorías conspiranoicas, hay gente muy indignada y enfadada que pide respuestas.

Alberto Sánchez-Cabezudo: Nuestra idea es ir subiendo ese fuego lento y, como dice Jorge, ya veremos adónde lleva ese cruce de que las cosas siguen siempre así y… Ya veremos (risas)

¿Puede el personaje de Marina Salas ser representativo de la evolución de muchos de los personajes de la serie, que al principio no quieren ver lo que está pasando y acaban también indignados?

Alberto Sánchez-Cabezudo: Sobre todo cuando los hechos los implican ya directamente. Ella ha optado por el progreso, por mirar hacia delante, y una vez que está en ese barco, se da cuenta de que el barco también hace aguas. A partir de ahí, ¿qué haces? ¿Te sales? Y cuando te sales, ¿cómo luchas contra eso? Desde el principio planteamos el personaje de Marina Salas un poco así, que fuese un personaje que creía en mirar hacia delante pero que, al mirarse los pies, veía que también le llegaba el agua.

Marina Salas es Esther, la hija de Héctor. (Fuente: Movistar+)

¿Es también algo que plantea ‘La zona’, que la situación está como está porque nadie quiere remover las cosas, no sea que les cause dolor? Es la razón que Héctor le da a Marta para que no indague más en la identificación errónea de los restos de su hijo.

Jorge Sánchez-Cabezudo: La serie también habla del luto. La secuencia de la adivina habla de eso. La otra frase que nos gusta mucho es “quiero cerrar tumbas y me las vuelvo a encontrar abiertas”. Es un poco lo que le pasa a Héctor. Es una idea de luto, de cicatriz, y lo que plantea el final, cuando habla en la fogata con su mujer, es “vamos a cerrar esto”. Vete a hablar con ella (la novia de Fede) y cerremos esto. Porque son lutos que no se acaban de hacer del todo, son cierres en falso.

Alberto Sánchez-Cabezudo: Y son muy difíciles de cerrar. Enlaza muy bien con una de las premisas de la serie, que es el concepto de Sísifo. Esto no hay quien lo arregle. Las autopsias no son ésas, pero no hay forma de reparar eso. Igual que no hay forma de reparar la central. Del mismo modo que es un animal muerto con el que hay que convivir, el luto forma parte de la misma metáfora.

Jorge Sánchez-Cabezudo: Y eso nos vuelve a llevar al plano final de la temporada, que es “vale, esto es así, ¿vamos a suicidarnos? No, la vida sigue”.

Alberto Sánchez-Cabezudo: Hay futuro.

Jorge Sánchez-Cabezudo: Vamos a buscar la parte de nosotros que depende exclusivamente de nosotros, que es la de querernos, llevarnos bien, hacerlo bien entre nosotros.

Ahora que hablamos de la central, es muy interesante que lo que se cuenta en el capítulo 7, la fuga que se produce en ella, sea provocada por mera ineptitud.

Alberto Sánchez-Cabezudo: Estuvimos hablando con un ingeniero que nos contó que se había desbordado una presa porque se habían llevado los generadores de la luz. Aunque parezca tan cutre como que los de la obra hayan conectado sus generadores a los generadores de emergencia (de la central)…

Jorge Sánchez-Cabezudo: Es así. Ha pasado. Hay una cosa que nos lo confirmó ya no sólo con respecto a nosotros, como españoles, sino al género humano. Cuando estudiamos lo de Fukushima vimos que los japoneses, los cocos del universo, los señores más tecnificados del mundo, no habían leído el manual de no sé qué pieza y estaban leyendo mal los niveles.

Susi Sánchez, en el capítulo 7 de ‘La zona’. (Fuente: Movistar+)

Alberto Sánchez-Cabezudo: Una de las cosas que pasó en el accidente de Fukushima es que hubo un error de lectura. Lo que debía ser el nivel de agua se convirtió en un nivel de vapor, con lo que ellos pensaron que estaban leyendo agua y no vapor, y en un momento dado, todo era tan sencillo como haber abierto manualmente una válvula del agua de condensación para refrigerar eso. Y eso estaba en un manual así de gordo y no tenían ni idea. No lo habían leído, porque era la cuarta o la quinta medida de seguridad.

Jorge Sánchez-Cabezudo: Pero con eso te digo dos cosas. Que el ser humano tiende a la chapuza porque es imperfecto y no somos seres que lo tengamos todo cuadriculado. Y segunda, ¿es porque somos españoles? No (risas). Nuestros ingenieros, probablemente, sean de los mejores del mundo, y no tiene que ver con eso.

“El profesional competente es un individuo a reivindicar permanentemente, y que generalmente absorbido por cuestiones de dinero, o de burocracia, o de política”

En ese capítulo, de todos modos, les dais a los trabajadores de la central un momento heroico, porque son los únicos que quedan.

Alberto Sánchez-Cabezudo: Creo que el héroe de esta temporada es Susi Sánchez, es Laura. Eso lo teníamos muy claro. Cuando vimos los documentales de los ingenieros de Fukushima llorando porque llevan tres años intentando no ya arreglarla, sino que no pase nada, es algo épico, es heroico.

Jorge Sánchez-Cabezudo: Lo que nunca nos planteamos fue hacer un discurso de que todo lo que viene del mundo nuclear son gente mala. Hemos buceado en una realidad que nos da un abanico de perfiles humanos muy poderoso. Como dice Alberto, ver llorando en un documental al jefe de ingenieros de Fukushima es muy potente.

Luego, hay un tipo de personaje que también recogimos con Julia, y que nos gusta mucho, y es el profesional que hace bien su trabajo a pesar de que le obligan a hacerlo mal por otras razones. El profesional competente es un individuo a reivindicar permanentemente, y que generalmente absorbido por cuestiones de dinero, o de burocracia, o de política. Y el criterio técnico, que es por lo que la gente va a las universidades, curra, saca sus diplomas, queda sepultado ante intereses completamente espurios y mezquinos.

Alberto Sánchez-Cabezudo: O políticos. En el Consejo de Seguridad Nuclear no hay ningún técnico especializado, que es algo que reivindican los técnicos nucleares.

Jorge Sánchez-Cabezudo: En ese sentido, hablamos de los trabajadores, de la sobreexplotación por un lado y, por el otro, de los profesionales, y entre medias está ese universo de gente con intereses, y sin escrúpulos, que tira para donde más le conviene.

Juan Echanove (izquierda), como Fausto Armendáriz. (Fuente: Movistar+)

Sí que es muy español que decidierais que todo el entramado se monte con amigos que se van de caza juntos.

Jorge Sánchez-Cabezudo: Eso sí que es muy español.

Alberto Sánchez-Cabezudo: Eso es algo que no sucede en Suecia, por ejemplo. Y del mismo modo que teníamos en la cabeza el Yak-42 y las víctimas del metro de Valencia, teníamos en mente esas fotos que habíamos visto con un político cazando, y reuniéndose…

Jorge Sánchez-Cabezudo: El sistema caciquil de España, que está heredado de tiempos inmemoriales. Es algo que tiene que ver con que, cuando estudiamos la corrupción y los sistemas mafiosos, están muy anclados en el Mediterráneo, en las culturas mediterráneas. Es un poco por eso; el concepto de individuo, clan, familia, grupo, región, a diferencia de, por ejemplo, el concepto de ciudadanía en los países nórdicos. Es un sistema clientelar, de ayudas. La mafia funciona así. Hay una frase que nos gusta mucho en la conversación de Esther con Ferreras, cuando él dice “no soy un mal hombre”, y lo piensa realmente, y le pregunta “¿tú crees que yo sería capaz de hacer algo así?” Y ella contesta, “sé lo que es deber favores”.

Alberto Sánchez-Cabezudo: ¿Dónde está el límite? ¿Qué es lo correcto? Julia se lo dice también al ingeniero. ¿Quién decide lo que es correcto?

“En ese discurso del principio del capítulo 6 habíamos basado la serie. Creemos que la almendra del concepto está en la idea del mal necesario”

¿Exploráis también hasta dónde está dispuesta a llegar toda esa gente para mantener ese sistema?

Alberto Sánchez-Cabezudo: Exacto. Y otra de las premisas es que un mal justifica todo mal. Como estamos inmersos en una catástrofe que no tiene arreglo, eso justifica una serie de decisiones que no son justificables o que son muy dudosas.

Es un poco lo que hace Fausto. ¿Teníais algún referente concreto a la hora de crear a ese personaje?

Jorge Sánchez-Cabezudo: Es un conglomerado. Es una suma de personajes que teníamos en la cabeza, incluido el propio Bertomeu (de Crematorio). Y en ese discurso del principio del capítulo 6 habíamos basado la serie. Creemos que la almendra del concepto está en la idea del mal necesario. Es verdad que eso recupera un poco el discurso más Chirbes, si quieres, en la medida en que ese personaje tiene una justificación muy clara de su propia actitud o de por qué hace las cosas.

Pepe Sancho y Alicia Borrachero, en ‘Crematorio’.

¿Cuánto aprendisteis de Rafael Chirbes y de ‘Crematorio’?

Alberto Sánchez-Cabezudo: Mucho. La inmersión que tuvimos en la obra de Chirbes, como él tiene esa visión, la violencia del lenguaje, esa especie de ajuste de cuentas con la sociedad… Nos marcó bastante.

Jorge Sánchez-Cabezudo: Había una afinidad. Recuerdo que Rafael vio La noche de los girasoles, que es previa a que lo conociéramos, y le encantó, pero me reprochaba que el final fuera mucho más amargo y más políticamente incorrecto, y que, sin embargo, en Crematorio matáramos a Bertomeu en un final más complaciente y más políticamente correcto. Trabajar en su obra, y en su forma de pensar, y en su forma de analizar la sociedad, que era de una lucidez pasmosa, eso nos lo hemos llevado y queremos ser fieles a él.

Es cierto que, en ‘La zona’, aunque dais al final un toque de esperanza, seguís la tesis de ‘The Wire’ de que no se puede luchar contra el sistema, de que siempre te va a ganar.

Alberto Sánchez-Cabezudo: Es el concepto de la tragedia griega. Tienes a los héroes luchando todo el rato, pase lo que pase, cuando sabes que los dioses se los van a ventilar y que todo va a seguir igual.

Jorge Sánchez-Cabezudo: Por eso, y vuelvo al último plano, lo único que te queda es lo que depende de ti.

La primera temporada de ‘La zona’ está disponible completa en el servicio VOD de Movistar+.

marina

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