Imagen promocional de ‘Drama’. (Fuente: RTVE)
Playz, la plataforma de TVE, continúa subiendo su apuesta por el público joven. El nuevo envite es Drama, una serie creada por Dani Amor, que estrenó sus tres primeros episodios (de seis) el 4 de febrero y que se mueve más en la línea de Boca Norte que de otros títulos del servicio, como Bajo la red. La serie es una producción conjunta de la cadena pública española y El Terrat, la compañía detrás de Late Motiv, La Resistencia o la serie Mira lo que has hecho de Berto Romero.
Elisabet Casanovas (Merlí) protagoniza la divertida historia de una joven barcelonesa, embarazada sin saber de quién. Con la actriz continúa la onda expansiva de la chavalada de la serie de TV3, que aparece por todas partes. Está presente, de hecho, hasta en la música de esta serie: David Solans, que interpretaba a Bruno en la ficción de Héctor Lozano, aparece aquí como uno de los productores a cargo de la banda de sonido.
La serie, que abre con la búsqueda del artífice de la semillita dichosa, está estructurada en torno a una serie de flashbacks. África, la chica a la que da vida Casanovas, tiene acotado al padre del embrión en un grupo de cinco jóvenes, y las analepsis sirven para descubrir su historia con cada uno de ellos; mientras tanto, en el presente, la joven les da la noticia, y con ella el porcentaje de marrón que les corresponde.
‘Déjate llevar’, decían
La realizadora a cargo de Drama es Ginesta Guindal, una de las directoras entre las que se repartió Vida perfecta (junto a Elena Martín y la propia Leticia Dolera, creadora de la serie). La cacofonía con la producción de Movistar+, que es evidente, para bien, desde los primeros minutos (Drama tiene hasta su propio Enric Auquer), no es un intento de imitación del modelo de Dolera, claro está, sino la confirmación de que esa escuela del humor está cada vez más cómoda entre los cojines de nuestra ficción.
Esta es la primera serie de Playz que se rueda simultáneamente en catalán y castellano; lo que, según ha comentado Casanovas, aporta verosimilitud a la localización. Por suerte, ese impulso de acercarse a la realidad desde medias y medianas está lejos de Drama y la forma en que aborda su tema. El grotesco padre al que da vida Ignatius Farray o la doctora ocurrente/petarda del primer episodio no son figuras fantasiosas, pero tampoco verosímiles. Cruzarse con ellas es algo que, por supuesto, podría pasarle a alguna madre joven; pero dudo que les haya pasado a todas.
La representación de una cierta realidad (sobre todo cuando es una realidad como esta, controvertida y comentada; una REALIDAD) es la tarea más puñetera que uno se puede echar a la espalda. Cosas como Teen Mom, que también trataba el asunto, rompían la barrera que mantenía a la gente ordinaria y la underclass fuera de las representaciones masivas, pero también eran, en cierto modo, diarios de bitácora de unos cazatesoros que, a lo Callejeros, se calaban el casco de safari para revolcarse solo durante un rato en charcos poco profundos.
Esto se puede rechazar desde la ficción: lo que hace Drama, que es lo inteligente, lo ilusionante y lo más fácil, es proyectar. La serie de Playz entronca con un interés moderno por estrujar los relatos y presentar utopías, construcciones deliberadas y siempre políticas que hablan del mundo en el que vivimos; un mundo desde el que se pueden imaginar esos otros mundos. Y lo hace, en ocasiones, mejor que una fotografía inevitablemente parcial.
Los tres primeros episodios de ‘Drama’ están disponibles bajo demanda en Playz.
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