Amy Adams, como Camille Preaker en ‘Heridas abiertas’. (Fuente: HBO España)
Marina Such: Heridas abiertas ha llegado a la mitad de su temporada y ya se ha confirmado que el verdadero “misterio” que la serie busca resolver es la propia Camille. Esos retazos perturbadores de sus recuerdos de su adolescencia en Wind Gap, de su estancia en una clínica de rehabilitación, son trazos en el cuadro de quién es Camille Preaker que está pintando la serie y que, para mí, es lo más interesante de todo.
Valentina Morillo: Lo es. El mayor porcentaje de lo que estamos viendo en la serie lo hacemos desde el punto de vista de Camille, lo que siente, lo que recuerda y cómo va resignificando todo lo que le ocurrió. Nuestra protagonista tiene muchos traumas y no ha procesado ninguno de ellos; lo que está ocurriendo ahora con Natalie y con Anne y, por supuesto, con Amma, la lleva inevitablemente a revivir sus experiencias pasadas.
Como espectadores, ver el mundo a través de sus ojos, o dentro de su cabeza, es una experiencia confusa y perturbadora. Para trasladar ese flujo de pensamiento, el trabajo de edición es clave. Aquí tengo que destacar algo que han hecho con la adaptación. En el libro, Camille reacciona a situaciones sintiendo que las palabras que tiene marcadas en el cuerpo, las cicatrices, la queman. En la serie han optado por esos insertos de palabras que aparecen casi sin que nos demos cuenta.
Marina Such: Hay que tener vista de lince, y estar muy atentos, para ver esas palabras que surgen aquí y allá. Y hay que estar muy pendientes de Amy Adams para que el puzzle que es Camille tome forma. Su reacción a esa cabaña medio derruida y siniestra dice mucho más de lo que le ocurrió allí que cualquier confesión entre lágrimas. ¿Crees que es necesario que nos expliciten todos los abusos sexuales que sufrió siendo una adolescente? Entre sus recuerdos, el ambiente del pueblo y lo que vemos de Amma y sus amigos, está todo cristalino.
Valentina Morillo: No, no creo que sea necesario que la serie sea más explícita. Lo que es importante también de esa historia que nos contaron en el cuarto episodio, la del abuso sexual al que te refieres, es que ella prefiere no verlo como tal. Supongo que es una historia que se ha contado porque en aquel momento lo entendió así, como un rito por el que pasaban todas las chicas, o porque con el tiempo se ha convertido en un mecanismo de defensa. En cualquier caso, Wind Gap es lo peor.
Crítica: ‘Heridas abiertas’ yuxtapone pasado y presente para explorar el trauma
Comentamos con spoilers ‘Vanish’, el primer episodio de la seriefueradeseries.com
Valentina Morillo: La serie transmite muy bien esa atmósfera de mantener la fachada y de opresión de pueblo. El personaje de Jackie me gusta mucho y yo también me habría quedado allí cotilleando con ellas. Ese cotilleo me recuerda a lo de las declaraciones en la comisaría de Big Little Lies, todos tienen una opinión. Lo que me gustaría es ver a Jackie y Adora compartiendo escena porque está claro que se conocen bien. Adora ya se ganó un lugar en el top de (peores) madres de series. Y Amma… esa casa es puro terror gótico.
Eliza Scanlen, como Amma. (Fuente: HBO España)
Marina Such: Estoy un poco como Camille, temiendo que Amma vaya a ser la próxima víctima. Sabemos tan poco de ella… Su manera de rebelarse contra esa casa de muñecas aparentemente perfecta es seguir, teóricamente, el camino de su hermana, pero hay mucho que Amma nos está ocultando aún, y no sólo porque en el último episodio nos enteremos de que se dedicaba a mediar constantemente entre Ann y Natalie.
Está claro que una parte importante de la serie es el contraste entre la imagen que los demás tienen de ti y cómo eres en realidad. El padre de Ann cree que era un ángel, cuando parece que no podía estar más equivocado. A Camille, todo el mundo la ve como una bala perdida y como la peligrosa, cuando es la que está en peligro.
Valentina Morillo: Esa dicotomía es lo que marca a las mujeres del pueblo, solo pueden ser una cosa, y solo existen dos posibilidades: ángel o demonio. La represión es la norma y todas encuentran alguna forma de rebelarse. Lo de llevar a identificar a las víctimas con Amma y Camille alcanza su momento estrella cuando Adora le dice a Camille que, cuando era pequeña, se cortó los rizos para fastidiarle una foto. Eso fue lo que le contó el padre de Ann a Camille durante su charla. Adora mezcla historias.
Amma es un personaje fascinante y produce ese efecto en Camille, que pasa de ser acosada por ella públicamente a temer por su vida. Diría alguna cosa más sobre esto, pero hay detalles en los que no puedo permitirme hacer énfasis porque me he leído el libro y no quiero filtrar la visión de nuestros lectores.
Marina Such: Me intrigas. ¿Recomiendas que los espectadores lean el libro? ¿Cómo son de diferentes serie y novela?
Patricia Clarkson, como Adora, la madre de Camille. (Fuente: HBO España)
Valentina Morillo: Como libro, no me gustó demasiado, me resultó excesivo o forzado a ratos. Creo que puede deberse a que la narración en primera persona, la de Camille, es muy agobiante. Hubo un comentario en particular que me fastidió, pero por cosas mías, y es en la escena de este cuarto episodio en el que Richard y Camille hablan sobre la violación; lo que allí dice Camille me incomodó, en la serie lo han modificado ligeramente.
Dicho esto, en cuanto a las diferencias, en la serie incluyen puntos de vista de otros personajes (en el libro nadie tiene vida propia si no está compartiendo escena con Camille); eso también ayuda a que, como espectadores, sospechemos de más personajes como los asesinos, algo que también hicieron en Big Little Lies. Más diferencias, la importancia de la música (obsesiones de Jean-Marc Vallée), y el personaje de Alice en el centro de rehabilitación, al que en el libro le dedican solo un par de párrafos. Recuerdo ahora la escena de Amma en el matadero de cerdos; en el libro es horrible, es perturbadora, incómoda y desagradable. En la serie es diferente. Y, por lo que he visto del trailer del próximo episodio, la fiesta, es una incorporación de la serie y creo que le pueden sacar mucho partido.
Marina Such: La escena del matadero de cerdos parece más movida por la curiosidad de Camille por averiguar qué hace su hermana, y el juego retorcido de Amma, que por el horror de lo que hacen allí. Confieso que que acaben atrapando al asesino no es lo que más me interesa de los próximos episodios; esa exploración de ese lugar malsano y de sus diferentes víctimas ya me resulta más que suficiente.
Valentina Morillo: El viaje de Camille revisitando sus experiencias pasadas y entendiendo por qué está donde está es lo más importante de la serie. Y sentir esa atmósfera pegajosa del pueblo y lo malsano del ambiente es el precio que tenemos que pagar para llegar allí. De todas formas, creo que la revelación de la persona responsable no decepcionará al espectador.
Antes hablábamos de música, además de que está siempre presente de forma diegética, es curioso que hayan optado por modificar el tema musical de los títulos de crédito en cada episodio. Lo realmente curioso es que los cuatro que hemos visto son variaciones de estilo de la misma canción. Miento, lo que me sorprende es que el montaje de imágenes sea siempre el mismo; da la sensación de que es diferente cada vez, o que han modificado el tempo, y no, cada plano tiene la misma duración, van en el mismo orden y no hay ningún inserto diferente. Bueno, que ayer me puse a comparar las cuatro cabeceras con lupa porque estaba fascinada. No me juzgues, tenía un rato libre.
‘Heridas abiertas’ está disponible los lunes en HBO España.