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El final de ‘Por trece razones’ tira de lágrimas y, nuevamente, trae polémica

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Alisha Boe es Jessica Davis en ‘Por trece razones’. (Fuente: Netflix)

Parecía que Por trece razones estaba concebida para una sola temporada, pero finalmente su historia se alargó durante cuatro temporadas. Y, ahora sí, la serie ha llegado a su punto final, no exenta de polémica. Porque si el tratamiento que ha dado la ficción a temas como el suicidio o la violencia sexual ha levantado ampollas en el pasado, su despedida no ha sido para menos.

La serie ha cerrado con Clay y Tony en el coche, alejándose de la etapa del instituto y empezando una nueva. Los alumnos del Liberty High School se graduaron y enterraron, por fin, las cintas de Hannah Baker para así dejar atrás todos los problemas que sacudieron sus vidas desde que escucharon por primera vez los mensajes de su compañera de clase muerta. Sin embargo, antes de ese cierre, Por trece razones apostó por la muerte de uno de sus personajes, que no ha sentado muy bien a algunos de sus seguidores.

Al comienzo de la temporada vemos un funeral a través de un flashforward, sin saber quién ha fallecido. Posteriormente descubriremos que se trata de Justin, quien, a pesar de rehabilitarse del consumo de drogas, muere porque contrajo VIH cuando fue un sintecho -época en la que, además, se prostituyó- y termina desarrollando SIDA, dejando a la familia Jensen y a sus amigos destrozados.

A estas alturas no le debería pillar por sorpresa a nadie que Por trece razones abuse de las situaciones dramáticas y sobrepase la línea de la pornografía emocional para conseguir un golpe de efecto. Pero para muchos espectadores este último giro ha sido, cuando menos, una oportunidad perdida para contar a la audiencia más joven que, afortunadamente, el VIH no es a día de hoy un virus tan letal como lo fue en los años ochenta y noventa, sino que se puede convivir con él con tratamiento.

Antes del estreno de la cuarta temporada, el creador de la ficción, Brian Yorkey, ya avisó de cómo habían planteado el final: “Queríamos terminar la serie con optimismo, pero había que ganarse ese optimismo. La serie nació de la oscuridad y, como se señala a menudo, es una serie oscura, pero siempre hemos tratado de añadir esperanza y humor como pudiéramos. Queríamos terminar con esa nota de esperanza, pero no fue forzado, ni tampoco demasiado soleado, porque no habría sido consecuente con lo que había sucedido antes”, explicaba a EW. En otras palabras, había que dar una de cal y otra de arena.

La muerte de Justin sirve a la serie como misterio de temporada, como fuente de lágrimas final, pero también para empujar a otros dos protagonistas, Jessica y Clay, hacia un cierre de tramas trágico, pero que mira hacia un futuro más luminoso. A Jessica la vemos llorar a su novio en el funeral, pero también pasar página sobre Bryce, tras enterrar las cintas, con una conversación con su “fantasma”. Clay está igualmente devastado, pero las palabras que Justin le deja escritas en una carta, donde le nombra como su hermano y su influencia positiva, le ayudan a continuar.

De este modo, mientras algunos personajes han quedado atrás, otros quedan como supervivientes. O, al menos, así lo ve Yorkey: “Todo viene de nuestra capacidad para sobrevivir de los momentos más difíciles y para seguir adelante, manteniéndonos vivos para las cosas buenas que la vida nos tiene reservadas. La serie comenzó mostrando que Hannah Baker no pudo hacer eso y queríamos terminar viendo que muchos personajes sí podían hacerlo, afrontando la oscuridad y salir al lado de la luz. Eso era lo que queríamos y espero que lo hayamos conseguido”.

‘Por trece razones’ está disponible en Netflix.

alvaro

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