De izquierda a derecha: ‘Clique’, ‘Por trece razones’, ‘Sweet/Vicious’ y ‘Riverdale’.
Cuando os hablamos hace unos días de Por trece razones, hacíamos énfasis en que, después de haber visto sus primeros cuatro episodios, no solo nos parecía una buena serie adolescente, sino una buena serie. Era necesario hacer la aclaración, porque las series protagonizadas por personajes adolescentes y destinadas, en principio, a un público juvenil suelen ser subestimadas por crítica y público.
Pasan los años y seguimos tropezando con la misma piedra, aunque hayamos tenido que tragarnos nuestras palabras más de una vez con series como Skins, Buffy, cazavampiros, Es mi vida, Freaks and Geeks o Veronica Mars. En parte, porque los géneros a los que suelen estar adscritas las series juveniles son al culebrón o la fantasía, y esto las hace fácilmente descartables, incluso antes de darles la oportunidad de mostrar sus virtudes.
El problema no es sólo nuestro como espectadores. Bryan Elsley, creador de la británica Skins, declaró en un artículo publicado en The Guardian que abordar temas de interés en las series juveniles no era una prioridad para las cadenas y productoras, porque pensaban que, en la era de Internet, los jóvenes ya no verían la televisión. Sí, puede que ya no la vean en el aparato conectado en el salón de los hogares, pero la realidad contradice sus predicciones: según un estudio publicado en Variety, los jóvenes suelen ver seis episodios de media cada vez que encienden sus pantallas.
Fotograma de ‘Riverdale. (Foto: Movistar+).
En el mismo artículo, su autora, Hannah J Davies, llama la atención sobre nuevas series juveniles que tienen tanto que contar como cualquier drama adulto y las enmarca dentro del new noir en las series adolescentes, o teen noir. Series que, como hicieron hace unos años la película Brick, o Veronica Mars, usan elementos y convenciones propios de otro tipo de ficciones, incorporándolas a su universo para hablar de temas que los afectan directamente y que no encuentran cabida y desarrollo en dramas adultos.
“Los dramas adultos atraviesan una crisis ideológica, están obsesionados con el crimen y la historia, respuestas típicas a la era en la que estamos. Es en los dramas juveniles donde se están produciendo las conversaciones más interesantes sobre nuestra sociedad”
– Bryan Elsley.
Sweet/Vicious, serie de MTV, es un claro ejemplo de esta tendencia. Aborda un tema serio y altamente problemático como el de los asaltos sexuales en los campus universitarios de Estados Unidos. Creada por Jennifer Kaytin Robinson, Sweet/Vicious se detiene en todos los agentes y factores que forman parte de la llamada cultura de la violación, mostrando con respeto y cariño las consecuencias emocionales. El documental The Hunting Ground muestra como esta realidad es ignorada y escondida por las instituciones, por lo que es necesario que se encuentre un espacio donde se pueda hablar de ello y despertar consciencias.
Sobre la depresión y el suicidio juvenil, un tema tabú tanto en la ficción como en los medios de noticias, nos habla la nueva serie de Netflix, Por trece razones, y por su temática también la incluimos en este subgénero. Hace un retrato de la cultura adolescente, sus miedos y sus retos; del acoso escolar, del ostracismo al que son condenadas sus víctimas, que sufren en silencio sin tener las herramientas que les permitan procesar y superar aquello que les ocurre.
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Con otro tono y otras intenciones, entra también en esta categoría del teen noir la serie de la CW, Riverdale. Descrita por las primeras críticas como una mezcla entre Twin Peaks y Gossip Girl, una combinación que parece imposible sobre el papel, esta serie añade a las tramas típicas de instituto elementos como asesinatos, misterios, crimen organizado, abuso sexual y oscuros secretos familiares que la alejan de los melodramas más propios del género como The OC o Dawson Crece.
Por último, os hablamos de Clique, una serie de BBC3 que se podrá ver en abril en HBO España. En este caso, se retrata el mundo de los universitarios a través de la historia de un grupo de chicas que entran a formar parte de un grupo de élite que les da la, aparentemente, gran oportunidad de empezar sus prácticas en el mundo laboral gracias a una mentora con un discurso feminista con muchos grises. Una historia de intriga sobre la ambición en un entorno muy turbio.
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