No, no nos referimos a que Valerio enseñe demasiado. (Fuente: Netflix)
Los tráilers son un peligro y verlos es responsabilidad de cada uno. O no. Porque la experiencia con el avance de la tercera temporada de Élite nos dice que, aunque no quieras verlo, el spoiler puede hacerse tan popular que te va a reventar en la cara a poco que entres en las redes sociales ese día. Y ahí está, todo destripado.
En sus dos temporadas anteriores, Élite fue muy cuidadosa con no revelar demasiado y, en especial, proteger el giro del final del primer episodio, ese que nos contaba, tras saber el QUÉ de la trama de misterio, el QUIÉN. En la primera temporada ese qué era un asesinato y al final del primer episodio descubríamos que Marina era la víctima (algo que al director se le escapó en la visita de rodaje, pero le guardé el secreto) y la segunda abría con una aparición que luego resultaba ser la de Samuel. Pero esta vez, adiós misterio.
Ese punto de giro al final del primer episodio está expuesto en el tráiler para quien lo quiera ver. Y no hay margen de dudas o dobles interpretaciones: se ve un muerto y bien muerto. Y no es lo único, buena parte de los quién-se-enrolla-con-quién de la nueva temporada también se airean en un avance tras el que solo nos queda unir los puntos con líneas hasta llegar a la resolución final: quién lo hizo.
Por supuesto, cada plataforma es dueña de su contenido y puede elaborar la estrategia de promoción que considere que más le conviene, pero no hay que dejar de poner en el centro al espectador. A veces es muy complicado vender un producto porque una simple sinopsis puede ser considerada spoiler y de algo hay que hablar, y otras veces se peca desde los departamentos de comunicación de un hermetismo excesivo que termina por matar la conversación sobre el mismo.
La cuestión entonces no es sencilla. ¿Cuánto contar en un tráiler o en una sinopsis? En mi opinión, el espectador debería poder entender cuál es el planteamiento general de la temporada sin que luego tenga la sensación de estar viendo horas de contenido que ya le han anticipado. ¿Qué nervios puedo sentir por llegar al final del primer episodio de la tercera temporada de Élite si lo que me será revelado es algo que ya sé? Aquí, desde mi punto de vista, se han pasado de frenada.
Solo espero que el resto de episodios tengan mucho más fuego para que se me apague el disgusto. Y mucho más folleteo del que se ve en el tráiler, también. Quedo a la espera de la promesa que me hizo Carlos Montero: “Mientras esté yo, habrá verbena, fiesta y desnudos”. Brindemos por ello.
