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Entrevista a Timothy Olyphant

Fue su equipo el encargado de decidir la fecha y hora para nuestra entrevista telefónica. A pesar de ello, cuando recibo la puntual llamada de Timothy Olyphant no puedo evitar tener la sensación de que el actor está más dormido que yo. Podría tener algo que ver con ello el hecho de que en California sean apenas las nueve de la mañana del lunes posterior a los excesos de la Super Bowl. A pesar de los bostezos, el protagonista de Justified: La ley de Raylan nos habla de su pasado y presente televisivos con buena disposición. Hay algo que queda muy claro al conversar con él y es que el intérprete comparte al menos un par de características con ese marshal que se toma la justicia por su mano en ‘Justified’: ambos tienen tendencia a ser parcos en palabras y a reír poco, pero cargan de cierta ironía lo que dicen.

Patricia Puentes: Ahora mismo estáis con la quinta de Justified y ya es oficial que la serie acabará con la sexta. ¿Cuál fue tu reacción al saber que había fecha de cancelación?
Timothy Olyphant: Ante todo me siento muy afortunado por poder haber interpretado a este personaje y formar parte de esta serie. Y aprecio el hecho de que podamos darle un cierre. Nos están diciendo cuál será el punto final, el momento de acabar. Eso es mucho mejor que que te cancelen de repente y ya está. Me parece una buena situación. El hecho de poder tener una previsión me parece una buena oportunidad.

PP: ¿Tienes alguna teoría de lo que le depara a tu personaje cuando llegue el final?
TP: No. Pero no puedo imaginármelo siendo algo diferente a un marshal.

PP: Justified está basada en un personaje creado por el novelista americano Elmore Leonard, que hasta su reciente fallecimiento también era productor en ella. ¿Cuál fue el trabajo de Leonard en la serie?
TO: En realidad no llegó a trabajar en ella. Lo mejor que hizo para nosotros fue continuar escribiendo historias sobre Raylan y los personajes de la serie. Pudimos usar y adaptar como quisimos la historia de su último libro, que se titula Raylan. Fue algo muy generoso por su parte.

PP: ¿Hablabais a menudo sobre tu personaje?
TO: Sí, hablaba con él a menudo, pero nunca sobre la serie.

PP: Háblanos un poco de la evolución de Justified. Empezó siendo más procedimental, con el caso de la semana, y ha evolucionado para plantearnos un arco argumental por temporada. ¿Es éste uno de los lujos de la televisión, el hecho de que permite encontrar el tono y fórmula adecuados?
TO: Tuvimos la oportunidad de poder cambiar sí y es algo de lo que somos muy conscientes. En la primera temporada de alguna manera teníamos que encontrar la forma de hacer esta serie, con la suerte de poder tener ese tiempo adicional para descubrir exactamente lo que queríamos hacer.

PP: Además de ser el protagonista de Justified, eres uno de sus productores. ¿Qué implica ese cargo?
TO: Diría que tengo demasiada influencia. Me involucro en todo y me encanta poder hacerlo y formar parte del proceso narrativo. Estoy muy agradecido de que los guionistas y sobre todo (el creador y show runner de Justified) Graham (Yost) me permitan formar parte del proceso.

PP: ¿Les propones tramas? ¿Líneas de diálogo?
TO: Todo ello y lo que sea que me parezca adecuado en cada ocasión.

PP: Hablemos del sombrero. Tengo la sensación de que en la cuarta y quinta temporadas de la serie tu personaje se ha dejado ver más sin su inseparable Stetson…
TO: La verdad es que suelo decidir qué hacer con el sombrero en el momento de rodar. A veces la gente de vestuario me pregunta si quiero llevarlo puesto y les digo que no. Y entonces me doy cuenta de que todo el episodio transcurre de hecho en un solo día, con lo cual no hay sombrero en absoluto ese día. La verdad es que no pienso mucho en ello. A veces me levanto por la mañana y digo: “¿Con o sin sombrero?”. En cuanto tomas la decisión, hay que ir a por todas. Otras veces decido que no, simplemente porque es uno de esos días en los que llevo bien el pelo. En realidad eso es todo.

PP: ¿Es esa la misma actitud que empleas a la hora de plantearte tu personaje e interpretarlo?
TO: No soy nada impreciso para ese tipo de cosas. Hay mucho trabajo y esmero en las historias que contamos en esta serie y pienso en ello de forma extensa y hasta límites casi ridículos. He trabajado muy duro hasta llegar al punto de que, si siento que debo hacer algo, voy a por todas. Pero también he de confesar que se me da muy mal lo de hablar sobre el personaje. Lo que hago es invertir mucho tiempo en la historia que queremos contar y, en cuanto creo que está tomando una buena forma, interpreto la escena e intento ser lo menos consciente de ello posible.

PP: Háblanos del humor en Justified
TO: Ha estado ahí desde el principio. Si coges cualquier libro de Elmore Leonard lo más probable es que te encuentres con una mezcla de historia oscura y divertida a la vez. Y ese es el espíritu de la serie, algo que hemos intentado mantener vivo desde el principio.

PP: La serie está ambientada en una zona rural de Kentucky pero en realidad rodáis a las afueras de Los Ángeles. ¿Todo un reto o en Los Ángeles se puede imitar cualquier paisaje?
TO: La verdad es que es difícil. Hay mucho trabajo en el guión y eso se traduce también en mucho trabajo para los decoradores. Creamos un mundo que parece Kentucky, pero lo hacemos aquí y desde luego no es algo sencillo en absoluto. De hecho si te pones a fijarte en algunos detalles concretos de la serie, creo que puedes llegar a ver LA. Intentamos que el mundo de Justified sea lo más vivo y rico posible. La gente se lo acaba creyendo y no piensa en el hecho de que en realidad la serie está creada en el sur de California.

PP: Y precisamente porque se supone que es Kentucky está el tema de vuestros acentos sureños…
TO: Walton (Goggins) habla de una forma muy divertida. Normalmente suelo escucharlo a él e intentar exagerar el acento un poco menos. También he hecho trampas, ya que antes del piloto trabajé con un profesional para que me marcara todas las palabras y letras del diálogo y me dijera cómo se suponía que debían sonar. Siempre es divertido tener una voz un poco diferente. Junto a un buen vestuario, hace el trabajo por ti. A veces haces una escena y piensas: “Ha quedado genial”. Entonces te das cuenta de que te has olvidado el acento y hay que volver a hacerla.

PP: Con el final de series como Breaking Bad o Dexter estamos viendo el adiós a una hornada de antihéroes televisivos. ¿Es Raylan Givens uno de ellos?
TO: Yo no lo veo de esa forma. Raylan es alguien que se siente muy seguro y cómodo consigo mismo y disfruta haciendo su trabajo.

PP: Si no lo ves como un antihéroe, ¿lo clasificarías como héroe?
TO: Para mí es un tío que nació 100 años demasiado tarde. Lo que lo hace interesante es el hecho de que opere con un código diferente al del hombre de la ley moderno. Eso es divertido. Se cree que está a finales del siglo XIX pero lo pones en el mundo contemporáneo y ves lo que le pasa. Tengo muchas conversaciones con Graham y con los guionistas para recordarnos que, cuando Raylan entra en un sitio, no ve las cosas de la forma que lo haría la mayoría: él ve las cosas como lo haría alguien salido de una película de John Wayne.

PP: Danos algún ejemplo…
TO: Raylan vive en un mundo en el que las reglas del juego no acaban de poder aplicarse. Cuando leí el piloto por primera vez, y la historia breve en la que estaba basado, me fijé en algunas de las situaciones que planteaban y pensé: “Me encanta pero no sé si va a funcionar”. Recuerdo el primer día que rodamos la escena con Ava (Joelle Carter) y yo pensaba: “No la he visto en 15 ó 20 años y va a venir y me va a plantar un beso en los labios”. En mi fantasía mental es algo que funciona y puede pasar cada puta vez (risas) pero no sabes quién más va a tener que verlo y creérselo.

PP: ¿Cómo consigues humanizar al personaje y hacer que algo así funcione?
TO: A veces hago cosas como sugerir que mencionemos que cada martes y jueves Raylan solía jugar a baloncesto por ejemplo. Al final lo cambiamos porque nos dimos cuenta de que ése no era Raylan, eso es algo que he cogido de mi vida. Lo acabamos cambiando por una partida de póquer. Raylan tenía partida de póquer cada martes y es algo que dejas caer como quien no quiere la cosa. Es una idea divertida y te hace pensar en el hecho de que Raylan pueda llegar a sentarse a una mesa con un grupo de tíos la mar de normales.

PP: ¿Podría ser Raylan Givens una especie de continuación del personaje que interpretaste en Deadwood?
TO: Yo no veo esa semblanza, aunque está claro que físicamente se parecen bastante. Creo que son versiones muy diferentes de hombres de la ley. En Deadwood los movía la venganza. Mi personaje en la serie sentía el peso de la responsabilidad. Era un tío para el que la ley y el orden eran una forma de evitar que se convirtiera en algo que lo asustaba. Raylan está feliz con su trabajo y, además, con Elmore tienes un tono más ligero. Tienes a un personaje que te acaba cayendo bien y cuya capacidad para la violencia se convierte en una contradicción. Es algo que no te esperas. Para mí fue toda una oportunidad el empezar a interpretar a alguien que podía ser divertido. No recuerdo que en Deadwood fuéramos divertidos, aunque sí recuerdo que les dije que yo sí que podía serlo.

PP: ¿Cómo ves la repercusión que tuvo esa serie ahora que han pasado unos años?
TO: Fue una gran oportunidad. Siento una gran admiración y respeto por David Milch (su creador) y estoy muy agradecido por poder haber trabajado con él.

PP: Otra de las series de culto en las que te hemos visto fue Daños y perjuicios (Damages)
TO: Me encantó. No trabajé con Glenn Close todo lo que me hubiera gustado pero fue un honor y un placer estar tan cerca de ella. Es alguien increíble. Fue algo que disfruté mucho.

PP: Y se te ha dado muy bien lo de combinar papeles en series dramáticas con apariciones puntuales en comedias como The Office o Archer
TO: No es algo que pase por accidente. Es genial tener la oportunidad de poder ir a trabajar a estas series con esta gente tan divertida. Me gusta ser divertido. He tenido muy buenas experiencias así. La última que hice creo que fue la de The Mindy Project y soy muy fan de ella y del resto de gente con mucho talento de esa serie. Volvería a hacer algo así sin pensármelo.

PP: Con tanta experiencia televisiva, ¿qué te gusta ver como espectador?
TO: La verdad es que no veo ninguna serie. Creo que han pasado algunos años desde que vi la última.

PP: A ver si lo he entendido bien… ¿Dices que no ves series?
TO: No, no veo series. En la tele soy más de deportes. A veces algún late night como Conan, pero en realidad no la veo demasiado.

PP: Y eso con el buen momento televisivo que estamos viviendo actualmente…
TO: Es un gran medio para los guionistas y les da la oportunidad de invertir en sus personajes al máximo. Y eso acaba implicando que los actores también tengamos la oportunidad de hacer aquello que nos gusta y hacerlo bien. Ese tipo de oportunidades cada vez se dan más de vez en cuando en las películas ahora mismo.

PP: ¿Te atreverías a decir que el guión es mejor en la tele ahora mismo?
TO: Todavía tengo la sensación de que, al menos las mejores películas del año, siguen teniendo la ventaja de ser ideas completamente desarrolladas en una sola dosis. No lo sé, hay muy buena televisión y muy buen guión televisivo en estos momentos, pero no acabo de estar seguro de poder afirmar algo así.

PP: Pregunta friki para acabar. Jorge es fan de una película tuya de hace bastante: Rockstar. ¿Qué recuerdos guardas de ese rodaje?
TO: Me lo pasé muy bien haciéndola (risas). Había un montón de músicos reales en ese set y era genial pasar tiempo con ellos. Sobre todo a partir de la segunda mitad de la jornada cuando ya empezaban a estar un poco perjudicados. La cosa se ponía mejor todavía hacia el final del día cuando te dabas cuenta de que eran incapaces de seguir actuando. Y además de pasarlo bien, el vestuario era genial.

PP: Muchas gracias por todo.
TO: Gracias Patricia, ha sido un placer.

Calle 13 emite ‘Justified: La ley de Raylan’.

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