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La veterana de ‘NCIS: LA’ que, lo creas o no, ganó un Oscar con Peter Weir

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Larga vida a Linda Hunt. (Fuente: CBS)

Conoces a Linda Hunt. Puede que no lo sepas, pero has visto su gesto circunspecto decenas de veces en la pantalla. La actriz es parte insustituible de tu carrera como ávido consumidor de cultura. Ella es Hetty Lange, de NCIS: Los Angeles, claro está; pero ha sido muchas otras personas. Ha tenido muchas vidas. Ahora que cuenta 75 años, debe de sentarse a rememorarlas todas con la espalda retorcida, en un esfuerzo ya asumido por tocar el suelo con los pies cuando se deja caer en cualquier asiento pensado para una estatura mayor que la suya, 1,45 metros, en el mullido sofá de su casa de Hollywood, consciente de lo que ha sido durante años para las producciones de la industria estadounidense: un emblema de distinción, un objeto de lujo.

Una vez licenciada y en contacto con el circuito teatral, Hunt se estrenó en el cine de la mano de Robert Alman, en su extraña versión cinematográfica de Popeye. Después llegaría el milagro: Peter Weir, el director oceánico responsable de El club de los poetas muertos, El show de Truman o Master and Commander, que por aquel entonces solo había rubricado cuatro películas, todas bajo el radar global, le confió su película. Lo hizo simbólicamente, al menos, cuando la reclutó para el papel de Billy Kwan, un fotógrafo chino-australiano, en su película El año que vivimos peligrosamente, de 1982. Sin la interpretación de Hunt, la película se derrumbaría como un castillo de naipes.

Durante las dos horas de metraje, la actriz está enterrada bajo la piel de un hombrecillo extranjero que se arroga el papel de guía oriundo para un reportero australiano (Mel Gibson) recién llegado a la Yakarta de 1965, endeble y tambaleándose sobre los ya agonizantes cimientos del primer gobierno de Indonesia como estado independiente de los Países Bajos. Del extrañamiento que produce ver a Hunt encarnando a un personaje masculino, y a ese mismo personaje, un forastero, ejerciendo a su vez de guardián del honor autóctono, emana una enajenante vibración que eleva el filme a cotas legendarias.

Sergio Benítez, de Espinof, señala en su análisis (una de las pocas críticas decentes en español que puede encontrarse con un somero vistazo a la web) a Billy Kwan como ejemplo del interés del Peter Weir más joven por la figura del demiurgo, un ente divino que desequilibra el orden de lo mundano. En la piel del fotógrafo, verdadero héroe de la cinta, Hunt danza en los límites de lo real a través de la práctica del wayang indonesio, una forma ancestral de teatro. Su poderosa interpretación en El año que vivimos peligrosamente, la última película australiana que Weir haría antes de dar el salto a la industria yanqui, granjeó a Hunt un Oscar a la mejor actriz de reparto, quedando para la historia como la primera profesional en recibir el galardón por dar vida a un personaje del sexo opuesto.

Después encadenaría otros trabajos a las órdenes de directores atraídos por su exotismo, funcionando como una estrella fugaz de gravedad (muere a los pocos minutos de hacer su aparición, pero qué aparición) en la inconcebible Dune, de David Lynch (“fue una película rara, pero eso era exactamente lo que Lynch quería que fuera”, comenta). También navegaría las aguas del doblaje, atracando en puertos tan variopintos como Pocahontas, donde puso voz a la Abuela Sauce, o el videojuego God of War, en el que recaló hasta tres veces. Hunt influye en las películas incluso desde fuera: su icónico semblante, rematado por la media melena y unas perennes gafas redondas, inspiró el modelado de Edna Moda, el personaje de Los Increíbles.

Cinefilia aparte, Linda Hunt es ampliamente reconocida por su trabajo en NCIS: Los Angeles, la longeva serie policiaca de CBS. La intérprete se incorporó en 2009 a la producción, un spin-off de la NCIS original, que en España conocemos por el nombre de Navy: Investigación criminal (esta, a su vez, es un esqueje de otro clásico de los policiacos en abierto: JAG: Alerta roja). Llenó el vacío dejado por Louise Lombard, quien en teoría iba a representar el trasvase desde Navy hasta la serie derivada, pero fue descartada antes de comenzar. Así, Hunt acumula en el momento de escribir estas líneas 262 episodios de NCIS: LA, los mismos que los héroes de acción interpretados por Chris O’Donnel o LL Cool J.

Un bungaló Craftsman y dos chuchos lanudos

(Fuente: CBS)

Su personaje, Hetty Lange, es una mujer excéntrica que guarda en el zurrón toda una vida loca. Jefa de operaciones en la sombra y encargada de supervisar los cachivaches que el escuadrón maneja en las misiones, ha hecho de todo: desde trabajar a destajo en la industria del cine hasta operar para la CIA desde el Saigón de 1968, infiltrada como periodista. “Para mí, interpretar a Hetty es como haberme hecho mayor y ser por fin una adulta”, confiesa, embelesada con su papel como mujer de armas tomar. En alguna que otra entrevista se ha quejado, sin embargo, de que el tono dramático de Billy Kwan todavía colea en su imagen y afecta al tipo de papeles que le ofrecen.

Es consciente de que Hetty gana por goleada entre el público más joven de NCIS: “Ver a un perdedor repartir caña es un atractivo tremendo para los críos” (en el inglés original, Hunt expresa ‘perdedor’ con la elocuente voz inglesa underdog, utilizada en política o en deporte para designar a un contendiente con pocas expectativas de éxito). Como la jefa Lange, Linda Hunt fue la encargada de despachar la partida en la ficción del personaje al que interpretaba Miguel Ferrer, fallecido en 2017. Insuflar emoción a una escena armada en torno a un actor que no puede estar presente (por motivos obvios) es un engorro como pocos. Solo algunos privilegiados pueden levantar una chapuza así con la entereza con que lo hace Linda Hunt.

El de este simpático trasunto de la M de James Bond es el papel en el que está degustando los años de su etapa tardía como profesional, un periodo terriblemente puntuado por el grave accidente de coche que sufrió en 2018 a bordo de su SUV marca BMW. Actualmente vive junto a su pareja, la terapeuta retirada Karen Kline, y un par de chuchos lanudos en una casa Craftsman reformada, un bungaló de 1919 de un único piso situado en un vecindario antiguo de Hollywood. El suyo es uno de los matrimonios más longevos del cine americano: treinta añazos, algo que se estila mucho entre los modositos característicos ingleses, pero que parece por momentos imposible allende el Atlántico. Hunt es mujer de cultura: ha forrado las paredes del cuarto de baño de su estudio con las portadas de los ejemplares de la revista New Yorker que lleva coleccionando desde los 60.

‘NCIS: Los Angeles’ puede verse en FOX, y bajo demanda en Movistar+ y Sky.

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antonio

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