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Los planes de YouTube y Facebook para convertirse en la nueva televisión

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La nostalgia ochentera se dejó sentir con fuerza el pasado fin de semana en Internet. Los fans de Karate Kid tenían la ocasión de reencontrarse con Daniel LaRusso y Johnny Lawrence 34 años después de su combate al final de aquella película, el combate en el que Daniel conseguía derrotar al rival que había estado martirizándolo durante meses. Podían ver qué había sido de ellos después de tantos años y qué habría pasado si Johnny no hubiera reconocido la valía de Daniel tras aquella pelea y hubiera alimentado el rencor contra él durante décadas.

Pero no lo han visto en el cine ni en un canal tradicional de televisión, ni siquiera en Netflix. Lo han visto en YouTube Red, el servicio de suscripción de la plataforma de vídeo online, que aún no está disponible en España, y que ha estrenado Cobra Kai, una serie que quiere aprovechar la nostalgia ochentera tan de moda para elevar el perfil mediático del servicio.

Lo cierto es que es curioso que, desde que lo compró Google, la plataforma no se haya animado a la producción de series hasta hora. YouTube Red se lanzó a finales de 2015 como una opción por el que, si pagabas diez dólares al mes, veías todos los vídeos sin anuncios y, además, podías acceder a dos servicios de música tipo Spotify (YouTube Music y Google Music). También empezó a dar cabida a proyectos exclusivos de algunos de los youtubers de más éxito, proyectos cuya repercusión apenas salía de los usuarios de Red.

El año pasado, sin embargo, se comenzaron a estrenar comedias que iban desde la parodia de Hollywood (Ryan Hansen solves crimes on television) a la continuación de la saga de baile Step Up o contenido orientado a toda la familia. Cobra Kai es la ficción que ha conseguido hacer más ruido en medios (estreno en la sección televisiva del festival de Tribeca incluido) y la primera de una nueva cosecha de ficciones que incluye desde una docuserie de baloncesto producida por LeBron James a Impulse, un thriller de ciencia ficción dirigido por Doug Liman que continúa la historia de su película de superhéroes Jumper.

YouTube nunca ha sido extraño a las webseries realizadas expresamente para que se vieran allí. Julia Stiles y Rodrigo García, por ejemplo, tuvieron en 2012 Blue, una serie sobre una mujer con una doble identidad en el canal WIGS, centrado en historias desde un punto de vista femenino, pero aquello era sólo un aperitivo, un probar cómo está de fría el agua antes de tirarse a la piscina. Red es la apuesta para intentar alcanzar el mayor público posible, como aseguraba a Vulture Susanne Daniels, responsable global de contenido de YouTube: “son marcas o talento que creemos que tienen potencial de crossover”. Y añade que “¿quiero una serie que vaya a atraer nuevos suscriptores y que esté en el zeitgeist y haga que la gente hable de ella? ¡Claro que la quiero!”

Una continuación de Karate Kid o series juveniles como Youth & Consequences buscan atraer a la demográfica entre 18 y 49 años tan codiciada por los anunciantes y, sobre todo, convencer a alguno de sus 1.500 millones de usuarios en todo el mundo a que paguen por ver contenido exclusivo en Red. Hasta el final de este año, YouTube pretende estrenar una treintena de nuevos títulos entre series y reality shows, ¿pero puede realmente cambiar la manera en la que se hace televisión?

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Las series, la nueva obsesión de Silicon Valley

Los periodistas que siguen los tejemanejes de Hollywood llevan tiempo hablando de la inyección de dinero de las empresas tecnológicas en el negocio de la ficción televisiva. No produciendo series que luego se ven en NBC o en FX, sino creando contenido para sus propias plataformas de streaming. Los mil millones de dólares que Apple va a gastar en sus propias series son la comidilla de la industria desde hace tiempo, y no sólo porque han conseguido atraer a grandes nombres como Reese Witherspoon. El ejemplo y el éxito de Netflix ha hecho que Silicon Valley preste atención a un sector que ha identificado como un mercado en el que diversificarse.

Facebook Watch es la plataforma de vídeo de la red social.

Las series fidelizan a los usuarios. Son la mejor herramienta para que pasen mucho tiempo en tu página web, tu red social, tu servicio de VOD o tu plataforma de streaming, tiempo que luego puede monetizarse de diferentes maneras. Facebook Watch se presentó a principios del año pasado buscando exactamente eso, que los usuarios se quedaran en Facebook para ver los vídeos que normalmente elegirían en YouTube. Hasta ha experimentado con las retransmisiones en directo con partidos de la liga MLB de béisbol.

Tampoco tardó en anunciar sus propios programas originales. Se apuntó un tanto al quedarse con el remake de la serie noruega Skam (perfecto para Facebook porque la original ya se emitía a través de la web de la cadena NRK y de actualizaciones diarias en sus redes sociales) y, en los últimos meses, ha sumado proyectos con Elizabeth Olsen, Kerry Washington y, más recientemente, Catherine Zeta-Jones. Si Amazon, Apple y YouTube se lanzan a esta arena, Facebook no quiere quedarse atrás, pero por el momento, todas estas estrategias suscitan la misma pregunta: ¿conseguirán convertirse en la nueva televisión? ¿Cambiarán esa industria para siempre?

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El año pasado, el crítico Tim Goodman escribía una columna en The Hollywood Reporter bastante escéptica con adónde podían conducir todas las series producidas por Apple, Facebook y YouTube. Sostenía que apenas alterarían el statu quo actual porque las dos últimas, sobre todo, son compañías muy asentadas cuyos clientes saben perfectamente para qué las utilizan. Goodman apuntaba que “usar Facebook no quiere decir que la gente vaya a ver la televisión en Facebook. Ver vídeos en YouTube no quiere decir que la gente vaya a pagar para ver la televisión en YouTube o tampoco pagar una suscripción para eso. No hay análisis ni ninguna muestra continuada que señale que ña gente verá otras cosas en esas plataformas fundamentalmente diferentes de las que están eligiendo ver ahora, incluyendo caras series originales”.

El mercado de la ficción televisiva está en expansión y, realmente, es demasiado pronto para aventurar qué ocurrirá cuando Apple lance sus primeras series propias. ¿Se fragmentará todavía más la audiencia? ¿Atraerá a públicos nuevos? ¿Será una competencia más dura para Netflix de lo que es actualmente Amazon? ¿Podrá verse fuera de Estados Unidos? ¿Afectará a la televisión tradicional?

marina

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