El reparto de ‘Merlí’, liderado por Francesc Orella. (Fuente: TV3)
En los últimos años, algunos de los mayores fenómenos de la televisión española han salido de Cataluña, de las producciones propias de TV3. Primero fue Pulseras rojas, con los niños enfermos de cáncer que llegaron a dar el salto, brevemente, a la televisión estadounidense, y ahora es Merlí, una serie de instituto que se parece poco a las que se estaban haciendo hasta ahora en nuestro país.
Creado por Héctor Lozano, es un drama juvenil cuyo protagonista es, sin embargo, uno de los profesores, Merlí Bergeron (Francesc Orella), docente de filosofía que llega nuevo a un instituto de Barcelona. Merlí tiene varios retos por delante en su nuevo destino: ganarse a sus alumnos con una asignatura que muchos consideran que no vale para nada, superar las reticencias de sus compañeros ante sus métodos de enseñanza y, en casa, recuperar su relación con su hijo adolescente, Bruno.
La segunda temporada superó el medio millón de espectadores de media en TV3, y aunque el salto a la televisión nacional en laSexta tuvo menos repercusión de la esperada, la inclusión de las dos entregas emitidas hasta ahora en Filmin es una buena excusa para darle una oportunidad.
Merlí se distingue, por ejemplo, de Física o química en que, como decimos, es el profesor de filosofía recién llegado el que centra la acción. Él sigue un poco el molde de Robin Williams en El club de los poetas muertos: su manera de enseñar a los chavales las obras de Sócrates o Maquiavelo no es la ortodoxa y, además, Merlí tiene una personalidad muy particular, que le lleva a tener roces con sus compañeros. Pero en lo que sí se parece a Física o química es en que intenta tomar temas importantes que son relevantes para los adolescentes.
‘Merlí’ consiguió un 18,4% de share en Cataluña en su segunda temporada
Lozano explicaba, en una entrevista en Fotogramas, que “ he escrito la serie que me hubiera gustado ver cuando tenía 16 años. Una serie que me hiciera pensar y que me divirtiera al mismo tiempo, que me ayudara a tomar decisiones, que me hiciera cuestionar algunas cosas, que me ayudara a no sentirme diferente, o, al contrario: a valorar la diferencia”. Así, una de las subtramas que recibió más atención en su momento era la asunción de un personaje de su homosexualidad, y cómo eso era recibido en su clase.
Precisamente las clases de Merlí pueden ser uno de los aspectos más curiosos de la serie, en la que cada episodio lleva el nombre del filósofo que los alumnos estudian esa semana. Los estudiantes muestran interés por lo que el profesor Bergeron les cuenta, expresan sus opiniones en clase y debaten sobre ello, y esos principios filosóficos se trasladan después a las tramas que transcurren fuera del aula.
Es una serie juvenil que no inventa el género, pero que intenta ser honesta con él, y ahí está probablemente, el secreto de su éxito. Héctor Lozano ha afirmado que la tercera temporada, que se verá en TV3 en otoño, será la última, pero hasta entonces hay tiempo para echarle un vistazo.
Las dos primeras temporadas de ‘Merlí’ están disponibles en Filmin.