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Mudos, animados o musicales: ‘Mr. Robot’ y otros episodios especiales

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Una imagen de ‘405 Method not Allowed’, el capítulo especial de ‘Mr. Robot’. (Fuente: USA)

Cada temporada de Mr. Robot ha habido un capítulo que su creador, Sam Esmail, convertía en especial por la manera en la que contaba su trama. Podía incluir un homenaje a las sitcom familiares de los 80 y los 90 y otro a Regreso al futuro, siempre tirando del estado mental de Elliot. Para su cuarta y última temporada, sin embargo, ha optado por algo que es ya un clásico en televisión y que, si se hace bien, resulta muy efectivo: un capítulo sin diálogos.

El episodio en cuestión se titula 405 Method not Allowed y se centra en Elliot y Darlene. No diremos qué tienen entre manos para no desvelar más de la cuenta, pero sí podemos contar que la excusa para que los personajes se mantengan en silencio es lo que Darlene le dice a su hermano al recogerlo en su coche: no hace falta que hablemos. A partir de ahí, ninguno de los dos cruza apenas palabra con el otro.

Mr. Robot se suma así a otras ficciones que se han animado a probar otras maneras de narrar sus historias para romper sus fórmulas y ofrecer algo distinto al espectador. Hay bastantes ejemplos de estos capítulos especiales, tantos, que hemos elaborado una pequeña clasificación de los tipos más habituales, desde los mudos a los metanarrativos o, por supuesto, los musicales.

Los silenciosos

Tener un episodio en el que de repente no hay diálogo es un clásico. Obliga a los guionistas a recurrir a una narración puramente visual o a jugar con el sonido. Muchos de los sueños que tenía la protagonista de Medium, por ejemplo, tiraban de diferentes trucos con la música que Allison escuchaba de repente en su cabeza para poner a su protagonista a prueba de una manera diferente.

El ejemplo que viene enseguida a la cabeza en esta categoría es Hush, un capítulo de la cuarta temporada de Buffy, la cazavampiros en el que unos siniestros seres (los Caballeros) roban las voces de todo Sunnydale para poder recolectar siete corazones. La única manera de vencerlos es con un grito, pero para ello, Buffy tiene que averiguar cómo puede recuperar su voz.

‘Hush’, uno de los capítulos más recordados de ‘Buffy, la cazavampiros’.

En la última temporada de Expediente X hay también un episodio cuyo todo primer acto transcurre en silencio, Rm9sbG93ZXJz. Mulder y Scully están cenando en un restaurante japonés totalmente automatizado, en el que no hay camareros, ni tampoco más clientes, y se comunican sólo a través de miradas o enseñándose la pantalla de sus teléfonos. En esta ocasión, este truco muestra la gran comodidad que sienten ambos al estar juntos; no necesitan hablar para entenderse.

Los fans de BoJack Horseman recuerdan también Fish out of water, en el que la visita de su personaje a un festival de cine se transforma en un capítulo en silencio que simboliza la sensación de aislamiento que él está sintiendo.

En esta categoría podría entrar también Cambiadas al nacer. La premisa de esta serie era que sus dos adolescentes protagonistas descubrían un día que sus padres no eran en realidad sus padres; por error, en el hospital las habían cambiado al nacer. Lo curioso de esta ficción es que una de ellas era sordomuda y se comunicaba a través de lenguaje de signos, algo que se aprovechó para, en la segunda temporada, hacer un capítulo hablado por completo en lengua de signos (Uprising).

Los musicales

El recurso más habitual a la hora de hacer un episodio especial es convertirlo en musical. Desde los tiempos de Xena, la princesa guerrera (que hizo dos, The bitter suite y Lyre, lyre, hearts on fire) y Buffy (con Once more, with feeling), no ha habido serie que no haya querido probar suerte en este terreno. Ficciones tan dispares como Oz, The Flash, Fringe o Anatomía de Grey han aprovechado la experiencia musical de sus actores para crear capítulos en los que las canciones son fundamentales para impulsar la trama.

Animados y en blanco en negro

‘Abed’s uncontrollable Christmas’, un capítulo en stop-motion de ‘Community’. (Fuente: NBC)

Alterar de repente el aspecto de un episodio es otra manera rápida de hacer ver al espectador de que está ante algo especial. El recurso del blanco y negro es un clásico si se quiere dar un aire de fábula a la historia, como ocurre con The post-modern Prometheus, de la quinta temporada de Expediente X. Y si una serie quiere homenajear al noir de los 40, el blanco y negro es una herramienta muy útil. Para el neorrealismo italiano también sirve, como demostró el principio de la segunda temporada de Master of none.

Los capítulos animados, sin embargo, acaban llamando más la atención porque resultan muy llamativos. La imaginación de Abed en Community les permitió tirar de animación stop-motion (Abed’s uncontrollable Christmas), de los 8 bits de un videojuego (Digital estate planning), de los dibujos animados de los 80 (G.I. Jeff) y hasta convirtió a sus personajes en muñecos (Intro to Felt Surrogacy), algo que hizo también Angel (Smile time).

Que un personaje sufra de pronto algún accidente, o que se encuentre bajo los efectos de alguna droga, lleva en ocasiones a secuencias animadas; Lisergic Acid Diethlamyde, de Fringe, es un buen ejemplo, con la representación en animación por CGI del interior de la mente de Olivia Dunham.

Los capítulos embotellados

Muchas series solían hacer estos bottle episodes como una manera de ahorrar presupuesto para el tramo final de sus temporadas, ya que transcurren enteramente en un único lugar. Esta constricción puede también ofrecer grandes posibilidades dramáticas, como demostraron capítulos del estilo de Fly, de Breaking Bad, Pine Barrens de Los Soprano, Out of gas de Firefly, Fight de Masters of Sex, Teddy Perkins, de Atlanta, The Suitcase de Mad Men o Heroica, de El cuento de la criada.

Los juegos temporales

Desde las diferentes líneas temporales alternativas de Remedial chaos theory, de Community, a los bucles a lo Atrapado en el tiempo de Time, de Stargate Universe o Monday, de Expediente X, alterar el tiempo de la narración siempre funciona. Incluso podría incluirse aquí otro truco muy habitual como es alternar los puntos de vista a lo Rashomon: dilata el tiempo y juega con la información que recibe el espectador porque en cada momento ve sólo lo que uno de los personajes percibe. Uno de los ejemplos más evidentes es Rashomama, de CSI.

Los episodios en directo

La complejidad de emitir en directo un capítulo de una serie lleva a que sólo se haga en contadas ocasiones. Urgencias lo hizo en 1997 y 30 Rock lo repitió en sus temporadas quinta y sexta, y siempre se tenían que hacer dos pases, uno para la costa este y otro, tres horas más tarde, para la oeste.

Los casos especiales

Dentro de todos los modos de construir un episodio de televisión distinto y característico, hay algunos que son más difíciles de categorizar porque pueden dedicarse a homenajear a otras series o películas (Help for the lovelorn era un capítulo de Felicity en el estilo de La dimensión desconocida), hacer un metacomentario sobre la propia serie (Fur and loathing, de CSI) o sobre el funcionamiento de la ficción en general (el final de la primera temporada de Popular con los clichés de los finales de temporada) o, directamente, marcarse una digresión completa de la trama para contar otra historia relacionada con ella, pero de una manera totalmente diferente. Los mejores ejemplos recientes son International Assassin, de The Leftovers, y la parte 8 de Twin Peaks: The Return.

La cuarta temporada de ‘Mr. Robot’ se emite los lunes en Movistar+.

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marina

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