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‘Person of interest’, la serie que se adelantó a ‘Westworld’

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Los personajes principales de ‘Person of Interest’. (Fuente: Warner)

“Estás siendo observado”. Con esa frase arrancaban siempre los títulos de crédito de Person of Interest, serie que CBS tuvo en antena entre 2011 y 2016 y que se centraba en una máquina (la Máquina) que calculaba las probabilidades de que un ciudadano corriente se viera involucrado en un crimen violento. Dos hombres se encargan de evitar que dichos crímenes ocurran: John Reese, ex agente de operaciones especiales al que sus jefes dan por muerto, y Harold Finch, el ingeniero que construyó la máquina. A simple vista, parece un procedimental más de casos, con un giro de tecnología más avanzada, ¿no?

No, evidentemente. Person of Interest fue la primera serie que creó Jonathan Nolan y su primera colaboración con J.J. Abrams antes de Westworld, el título que lo ha hecho más conocido (y que supervisa en conjunción con su mujer, Lisa Joy). También es la que adelanta algunos de los temas que se exploran en la ficción de HBO, desde la creación y evolución de las inteligencias artificiales hasta la avaricia de las grandes corporaciones (y de los gobiernos) por espiar a sus usuarios y amasar la mayor cantidad de datos sobre ellos. Y todo lo hizo bajo el envoltorio de una serie “de casos” muy adictiva.

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De qué va ‘Person of Interest’

La Máquina, en realidad, es un programa clandestino del gobierno de Estados Unidos llamado Luces del Norte. Se le encargó a Harold Finch y a un socio suyo que construyeran una IA que fuera capaz de predecir cuándo iba a producirse un atentado en suelo estadounidense. Para ello, la Máquina recopilaba grabaciones de cámaras de seguridad, datos de transacciones de negocios, desplazamientos, actividad en determinadas zonas urbanas, etc., y decidía qué conjunto de datos podía derivar en un acto terrorista. Con todo ello, daba como resultado un número, en lugar de un nombre, el número de afiliación a la Seguridad Social de las personas que podían acabar implicadas en ese acto.

Sin embargo, la Máquina no especificaba si esas personas eran los perpetradores o las víctimas y su alcance no se quedaba sólo en potenciales actividades terroristas; lo veía todo, incluidos crímenes que afectaban a personas corrientes, como se decía también en sus títulos de crédito. Esas personas eran catalogadas como “irrelevantes” e ignoradas por el gobierno, algo que Finch no podía soportar. Por eso, se llevó parte de su programa y se dedicó a ayudar a todos los irrelevantes que la Máquina encontrara.

Finch y Reese estudian uno de sus casos. (Fuente: Warner)

El gobierno, lógicamente, no ve con buenos ojos que Finch ponga en marcha su propio programa de vigilancia, así que se dedica a buscarlo para recuperar la parte de Luces del Norte que “robó” cuando abandonó el proyecto. Y ya tenemos montado un procedimental de casos de la semana con su toque de pequeña serialización al fondo entre los intentos de los antiguos jefes de Finch por localizarlo y los viejos enemigos de Reese, que vuelven para solucionar asuntos que quedaron pendientes en su momento.

Al menos, Person of Interest fue eso durante su primera temporada. Finch y Reese (al que en la calle se le conoció enseguida como el Hombre del Traje) resolvían los casos que la Máquina les daba mientras evitaban también a la policía de Nueva York, representada en los detectives Fusco y Carter, pero en la recta final de aquella entrega inicial algo sucedió. Apareció un personaje que se presentaba como la némesis de Finch, una hacker que creía que la Máquina debía ser libre. Su apodo era Root, y fue el momento en el que Person of Interest se convirtió en algo más.

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Sociedades vigiladas y máquinas con corazón

La entrada de Root, más un episodio en el que Nolan y compañía pronosticaron las filtraciones de Edward Snowden más de un año antes de que se produjeran, representó el punto en el que la serie comenzó a explorar más en serio los temas sobre los que se asentaba su estructura procedimental (estructura que no abandonó nunca). Entre ellos figuraba la hipervigilancia de los gobiernos en aras de la seguridad nacional, la responsabilidad a la hora de crear inteligencias artificiales muy poderosas, la lealtad entre compañeros de armas, el peso que tus decisiones pasadas tiene en tu presente…

Person of Interest hasta encontró hueco para un sentido del humor sarcástico y, a veces, incluso autoparódico y para una potencial historia de amor que obsesionó a los fans durante años (y que no desvelaremos para mantener la sorpresa). La serie fue desarrollando un corazón que acabaría dominando su última temporada y la relación entre sus personajes, una familia de proscritos que sólo se tenían los unos a los otros.

Pero lo más interesante de todo era la relación de Finch con su creación. La Máquina aprendía por sí misma, evolucionaba, lo que aterrorizaba a su “padre”. Él le había dado ciertas cortapisas, ciertos principios que debían ser su guía a la hora de tomar determinadas decisiones. Básicamente, Finch intentó enseñarle ética a una IA, y cómo se desarrolla esa dinámica no sólo es el centro alrededor del que gira toda Person of Interest, sino que es el germen principal de lo que luego se trata en Westworld.

‘Person of Interest’ está editada al completo en DVD y Blu-Ray por Warner.

marina

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