Imagen promocional de la última temporada de ‘Modern Family’. (Fuente: Neox)
Hubo un tiempo en que Modern Family era la serie de la temporada, o al menos una de las comedias con mayor seguimiento y titulares. Parece que quedan lejos los años en que cosechaba cinco, seis y hasta siete nominaciones en los premios Emmy, y el galardón a mejor comedia. Poco quedaba de ese rastro en la gala de este año, y encara su última temporada con el reto de cerrarse bien, temporada que podremos ver desde hoy en Neox.
Evolución natural
Cuando pensábamos que los Dunphy no tenían nada más que darnos, llegó una décima temporada para abrirnos los ojos. El formato no está agotado, y la familia tampoco. Sus roles son distintos y han tenido que encontrar otras dinámicas en las que ya no hay un montón de niños pequeños que hacen cosas divertidas. Es otra serie distinta, pero sigue siendo un lugar confortable.
Pero durante mucho tiempo fueron víctimas del tiempo. Las series con niños son graciosas, porque hacen cosas ante la cámara que gustan a mucha gente, pero esos niños crecen y se convierten en adolescentes más o menos estereotipados y en adultos que no pueden mantener su personalidad de niño. Modern Family fue víctima de ese paso del tiempo durante varias temporadas y eso le hizo perder interés mientras, además, surgían nuevas comedias que se alejaban de la sitcom.
Haley y Dylan en una imagen de la undécima temporada. (Fuente: Neox)
Nuevos retos
La pasada temporada tuvo suficiente previsión como para cerrar etapas o, lo que es lo mismo, abrir otras. Este último año, Modern Family tiene un reto difícil, que no es otro que conseguir satisfacer y enganchar en un momento en que lo que toca es empezar muchas tramas nuevas. Cómo hacerlo sin ser repetitivo con el cierre, pero tampoco dejándonos con la palabra en la boca, es el mayor de los desafíos.
Por delante nos queda ver cómo Haley y Dylan logran afrontar el primer año de matrimonio, vivir en casa de sus suegros y criar a dos bebés a la vez sin enloquecer ni acabar siendo un drama descarnado. Alex deberá decidir qué hacer una vez graduada. Los Dunphy aprenderán a ser abuelos y a enfrentarse al salto generacional que eso comporta y, con un poco de suerte, Luke conseguirá encontrar su lugar en una comedia donde él y Manny se han quedado algo desubicados (en especial el segundo, es cierto).
Pero no son los únicos. Lily empieza a ser una mujer y Jay un bisabuelo. Que suena a broma, pero si eso no supone un golpe en el punto de flotación de la cabeza, poco lo supondrá. Y todo esto en menos de un año. Rebajemos las expectativas e intentemos disfrutar.
(Fuente: Neox)
Las necesidades de un público convencido
Somos clientes de Modern Family. Llevamos una década con ellos. Hemos reído muchísimo, pero también hemos aceptado llorar a mares con escenas perfectamente planificadas para despertarnos las emociones. Es una de esas serie que tiene un planteamiento transparente y que compras o no, pero no engañan a nadie.
Sólo queremos más risas. No transformar esta última temporada en una despedida constante, llorar un par de veces y, sobre todo, continuar con esa lucecita que se encendió el año pasado y que nos hizo reconciliarnos con ella. Ya no es la serie de 2009. Es otra, más mayor, con menos locuras y bromas que en ocasiones pueden haber quedado antiguas. No pidamos que cambie el panorama a estas alturas, sabemos qué nos pueden ofrecer.
Así que cojamos sitio y escuchemos qué vienen a decirnos una temporada más.
La undécima temporada de ‘Modern Family’ se emite los miércoles, a las 22:30 h., en Neox.
‘Modern Family’, y al décimo año resurgió
La comedia vuelve a recuperar la frescura en su actual temporadafueradeseries.com