Janet Mock, productora y guionista de ‘Pose’, en una de sus intervenciones en la docuserie. (Fuente: Apple TV+)
La primera vez que los estadounidenses escucharon la palabra homosexual en la televisión fue en 1954, durante las comparecencias del macartismo, en una emisión que vieron 80 millones de personas. Lo hizo vinculada a la perversión y presentada como una amenaza contra la seguridad nacional, esto nos lo cuentan en la serie documental Visibilidad LGTBI en la televisión de Apple TV+, que nos muestra paso a paso cómo ha sido la evolución de la percepción pública del colectivo a través de su representación en la pantalla.
“El poder de la televisión” es una frase que se repite en los testimonios hasta que se convierte en un mantra, un poder que actúa como generador de cambios en la sociedad; para bien y para mal, por eso hay que asumirlo con responsabilidad. Durante muchas décadas la representación queer en la televisión existió solo en los márgenes; fueron el enemigo, objetos de broma y personajes desechables atrapados en una narrativa de violencia contra sus cuerpos. Si hoy podemos decir que las cosas han cambiado, ha sido gracias a una larga batalla contra la invisibilización, el rechazo y la hostilidad.
En cinco episodios repasamos la historia de la representación LGTBI en la televisión a través de los momentos que marcaron un cambio en la opinión pública, de los primeros referentes, los que lucharon contra todos los obstáculos para hacer la diferencia y también a aquellos que murieron sin tener la oportunidad de vivir sus vidas abiertamente. Esta serie es historia de la televisión y demuestra que es un medio capaz de generar cambios profundos en la sociedad; es una carta de amor al poder de la representación.
Lo más emocionante de esta serie es escuchar las voces de los actores, guionistas, directores y periodistas del colectivo contando cómo fue aquella primera vez que se reconocieron en pantalla a través de otros y se sintieron menos solos, el orgullo que los invadió cuando pudieron interpretar o escribir un personaje que los representara a ellos y a tantos otros, cuando tuvieron voz para dar una noticia con una perspectiva diferente y fundada. La primera vez que no fueron invisibles.
El último episodio, titulado La nueva guardia, repasa el panorama televisivo reciente y es bonito ver cómo en la última década la representación se ha convertido en revolución gracias a la entrada de la diversidad detrás y delante de cámaras. Pero no podemos bajar la guardia, tenemos que seguir luchando contra esas corrientes narrativas de algunos sectores de la sociedad que se sienten validados para decir cosas como que una serie es “demasiado gay”; si la diversidad ha conseguido finalmente colarse por las rendijas hasta encontrar un lugar bajo los focos, que continúe entrando por esos espacios ahora que están más abiertos. Y que pongan luces más potentes para que todos podamos verla.
Dejémoslo claro: la diversidad no está metida con calzador
Y un beso, siempre es un besofueradeseries.com