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Saltos temporales y nuevos personajes: así se renueva una serie diaria

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Algunos de los nuevos personajes de la temporada 8 de ‘Amar es para siempre’. (Fuente: Atresmedia)

La semana pasada, El secreto de Puente Viejo demostró lo que es hacer borrón y cuenta nueva de verdad. La serie diaria de Antena 3 pegó fuego al pueblo para que sus tramas renacieran nuevas de sus cenizas, como si fuera Weeds al final de su tercera entrega. Sumando a eso un salto temporal que sitúa a la ficción en 1930, la serie ha entrado en su 12ª temporada con el objetivo de “hacer un nuevo Puente Viejo, pero sin perder la esencia del Puente Viejo que fue en sus inicios” en 1885, en palabras de Miquel Peidró, coordinador de guión de la serie.

Ésa actitud es la que preside los “terremotos” narrativos que, de vez en cuando, sacuden a las ficciones diarias españolas. Entregar capítulos de una hora de lunes a viernes durante todo el año es una tarea ardua y en la que se quema trama a un ritmo mayor que en una ficción semanal, así que, de vez en cuando, sus guionistas ven que ha llegado el momento de abrir ventanas y airear la serie con saltos temporales como el que ha dado la propia El secreto de Puente Viejo en esta temporada, o buscando nuevas maneras de narrar una trama, como va a hacer Amar es para siempre para su octava entrega.

La introducción de nuevos personajes es otro recurso que no suele fallar. Tirso Calero, coordinador de guión de Servir y proteger (la más nueva del grupo, hasta que TVE estrene Mercado Central), explica sobre ese truco que “normalmente, se incluyen nuevos personajes que traen nuevas historias. Aunque también pueden abrirse nuevas tramas con aspectos menos conocidos de los personajes habituales. En Servir y proteger apostamos por un modelo mixto. Es decir, en cada nueva temporada (ahora arrancamos la cuarta) hay nuevos personajes, pero también a los personajes habituales les van a pasar cosas nuevas. Lo importante es evitar la sensación de estancamiento, o de estirar un chicle que no da más de sí”.

Ese esfuerzo por no repetirse ni estancarse lo comparten los guionistas con los que hemos hablado para elaborar este reportaje. Luis Santamaría, director ejecutivo de Boomerang TV Ficción (productora de El secreto de Puente Viejo y Acacias 38), explica que esa sensación de que se avecina el momento de dar un golpe de timón “a veces, es más por intuición que por una convicción de que es lo adecuado, y porque a nosotros nos apetece hacer cosas nuevas. Es una manera de renovar la ilusión”.

¿Cuáles son, entonces, los recursos más habituales a la hora de renovar las tramas de una serie diaria? No hay un manual como tal, pero Borja Glez. Santaolalla, uno de los coordinadores de guión de Amar es para siempre, apunta que “hay trucos que sabemos que funcionan, pero no depende sólo de lo que nosotros queremos hacer, sino del cambio que suponga”.

Saltos temporales

Un momento del rodaje de ‘Acacias 38’. (Fuente: Pedro Valdezate/TVE)

El año pasado, cuando Acacias 38 dio un salto de diez años en el futuro, situando sus tramas en 1913, sus seguidores se llevaron un pequeño impacto. No es que la ficción cambiara tanto con ese paso adelante que ya nadie podía reconocerla, pero daba una buena sacudida a las historias de sus personajes habituales, introducía otros que podían dar mucho juego y despedía a otros cuyas tramas ya se notaban agotadas.

No es la única serie que ha optado por este recurso. El secreto de Puente Viejo acaba de tirar de un salto hasta 1930 para arrancar su nueva temporada y Amar es para siempre dio uno de cinco años hacia delante para iniciar su séptima entrega. Estos cambios de tiempo no sólo permiten renovar tramas y personajes, sino que sitúan a estas series históricas ante hechos que pueden ser fuente de conflictos y de drama.

“Hicimos un salto temporal de cuatro años para situarnos en un contexto histórico muy interesante”, explica Miquel Peidró, “en un entorno que puede darnos para generar historias con los nuevos y con los viejos personajes porque nos hemos situado al borde de la declaración de la República, con todo lo que eso conlleva”.

El último salto de Amar es para siempre llevó la ficción hasta 1975, el año en el que murió Franco, y el contexto histórico y sus eventos más importantes son tenidos muy en cuenta por los guionistas. El secreto de Puente Viejo, por ejemplo, dispone de un departamento de documentación que les da también información sobre hechos más cotidianos de la historia con potencial para impactar en la vida de los personajes, según Peidró: “por ejemplo, en tal año se inventó la escoba, o en tal año, en este sitio, hubo una epidemia de nosequé. Todo esto da color y nos da pie a desarrollar historias que, sin ser las grandes tramas de la temporada, sí que las complementan y las matizan muy bien”.

La llegada de nuevos personajes

Una imagen de ‘El secreto de Puente Viejo’. (Fuente: Atresmedia)

Éste es, probablemente, el truco más viejo a la hora de refrescar tramas y de colocar a los personajes ya veteranos ante nuevas situaciones. Incorporaciones que acarreen un misterio que se debe resolver, personajes del pasado que vuelvan para generar otros conflictos, potenciales intereses amorosos, nuevas parejas o familias que entren en entornos más o menos cerrados… Borja Glez. Santaolalla explica que “con las tramas, se abre un abanico enorme porque, al final, siendo los 21 personajes que tenemos durante 250 capítulos, es muy endogámico. Cada vez que entra un elemento nuevo de fuera, es un respiro para nosotros”.

A veces, esos personajes nuevos pueden llegar para quedarse. A Amar es para siempre le ocurrió con Amelia Ledesma (Carol Rovira), que entró en la séptima temporada como una empleada del club King’s y, con el tiempo, como el interés amoroso de Luisita (Paula Usero), con la que forma una de las parejas más populares de la serie.

En los protagonistas es donde es más habitual que pueda producirse una rotación mayor, ya que son los que llevan más peso en las tramas, y así lo apunta Luis Santamaría: “las tramas de los personajes protagónicos son las que se nos suelen agotar antes. Nos pueden durar un año, dos, generalmente, no más (…). En nuestras tramas de amor imposible, pones trabas para que puedan lograr esa felicidad, pero hay un momento donde se tiene que resolver, de un lado o del otro”.

Y con la resolución viene la salida del serie y la sustitución por otros personajes, que a veces es la clave de la longevidad de muchas ficciones, su capacidad para renovar su elenco.

Otras maneras de narrar las historias

‘Servir y proteger’. (Fuente: TVE)

No siempre es necesario hacer saltar por los aires las tramas para que una ficción sea lo mismo, pero sin ser igual, como decían Martes y Trece. Se puede jugar con la manera de narrar las tramas, con la estructura de los capítulos, para ofrecer una experiencia un poco distinta a la audiencia.

Tirso Calero explica el funcionamiento del equipo de guionistas de Servir y proteger apuntando que “dividimos las tramas en tres: las largas que abarcan toda la temporada, las medias (que se desarrollan en un trimestre) y las episódicas (que no abarcan más de 5 o 6 capítulos). Cuando comienzas a desarrollar una historia te das cuenta enseguida del potencial que tiene, aunque también te puedes llevar sorpresas”, y añade que, a la hora de idear cambios, la experiencia que todos tienen en este formato es un grado: “para nosotros, no es complicado idear nuevas tramas dentro del formato del serial diario. Hay unos patrones que se repiten, unas reglas que suelen ser las mismas en todas estas series. Lo ideal es intentar sorprender al espectador, sin perder de vista la seña de identidad del formato”.

Esa seña de identidad es lo que, en Amar es para siempre, se conoce como “la turmix de Amar”. Tanto Borja Glez. Santaolalla como Diana Rojo, la otra coordinadora de guión, la utilizan para indicar que en su serie tienen cabida multitud de cosas que, a priori, no encajarían en la plaza de los Frutos, y que sí pueden hacerlo si pasan por esa “batidora”. “No tienes que cortarte a la hora de (pensar) ‘a mí me gusta este tipo de serie como espectadora, vamos a intentar hacer algo así por Amar’”, señala Rojo.

Para su nueva temporada, por lo que ha optado esa ficción es por jugar con el tiempo narrativo. Los nuevos episodios arrancan el 24 de enero de 1977, una fecha marcada a fuego en la historia de la Transición española por ser la del asesinato de los abogados laboralistas de Atocha, y a partir de ahí, se contará un largo de flashback de cuatro meses. Rojo explica que “cuando elegimos esta trama, pensamos que sería guay, ya que esto es Crónica de una muerte anunciada, como quien dice, contarlo así”. Pero tanto ella como Glez. Santaolalla reconocen también que pueden jugar con la estructura del relato dependiendo de la trama. “Amar permite muchos trucos de narrativa porque hacemos comedia”, señala ella.

‘Amar es para siempre’. (Fuente: Manuel Fiestas/Atresmedia)

Al final, las reglas por las que se mueve cada serie marcan hasta dónde pueden renovarse o de qué recursos tirar para hacerlo. Calero apunta que, en su caso, Servir y proteger es distinta porque está ambientada en la actualidad y en una comisaría de policía, y llevan otro ritmo a la hora de contar sus historias: “acostumbrados a un tiempo más pausado y a un lenguaje más antiguo, Servir y proteger pretende ser todo lo contrario: tramas ágiles, ritmo alto, diálogos picados, montaje rápido (…). Y pensamos seguir en esa línea. Si, en una serie diaria tradicional, se tarda un mes en anunciar la noticia de una boda mientras los “protas” están alrededor de una mesa camilla, nosotros, en una semana, hemos anunciado la boda, los novios se han casado y un francotirador ha matado al novio con un rifle de mira telescópica”.

Para Amar es para siempre es la mezcla de géneros lo que les da la medida de hasta dónde pueden llegar. “Sin pudor alguno, nosotros tenemos un drama emocional intenso, tenemos un thriller, con los elementos que tenemos, pero un thriller, y tenemos una comedia de situación”, señala Borja Glez. Santaolalla, que reconoce también que una de sus inspiraciones a la hora de estructurar las tramas y las escenas es Cómo conocí a vuestra madre. En palabras de Diana Rojo, tiran mucho de “las estructuras no lineales, general. Escamotear al espectador una información que ha pasado para generar cierta incertidumbre, y soltarla después como un flashback”.

Y en cuanto a Acacias 38 y El secreto de Puente Viejo, están un poco más encorsetadas por las épocas en las que transcurren, que marcan el tipo de lenguaje que se utiliza, por ejemplo, pero Miquel Peidró señala que esas condiciones, más las limitaciones que marca hacer 50 minutos de ficción todos los días, en horario de protección infantil, pueden jugar también a su favor: “de la necesidad, hacemos virtud. Estas cosas son muy positivas a la hora de desarrollar la creatividad. Nosotros nos movemos en un formato en el que, con un poco de ingenio y habilidad, se puede hacer cualquier cosa”.

‘Amar es para siempre’ y ‘El secreto de Puente Viejo’ se emiten en Antena 3, de lunes a viernes, a las 16:30 y a las 17:30, respectivamente. ‘Servir y proteger’ y ‘Acacias 38’ se emiten, también de lunes a viernes, a las 16:25 y a las 17:20, respectivamente, en La 1.

Un día en ‘Amar es para siempre’
O por qué deberíamos arrodillarnos ante cualquier serie diaria. Y ante Manolitafueradeseries.com

marina

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