Claire y Jaime son el estándar actual en cuanto al sexo en televisión. (Fuente: Movistar+)
“Todo en el mundo es sobre sexo excepto el sexo. El sexo es poder”. Esta frase de Oscar Wilde retrata bastante bien el modo en el que algunas de las series más populares utilizan las escenas de cama. Si no son gratuitas (carnaza por el mero hecho de poder enseñarla), tienen siempre una justificación en la historia y deben decir algo de los personajes involucrados en ellas. Como cualquier otra escena. Cada uno tiene sus propias motivaciones y busca algo distinto, y la gracia del momento está en ver si no es más que un juego de poder, de comprobar quién manda ahí, o una conexión real entre los personajes.
Cuando Juego de tronos se estrenó, era muy habitual que sus frecuentes escenas de sexo fueran muy criticadas. Algunas se empleaban como distracción mientras algún personaje contaba una historia que, de otro modo, los guionistas consideraban que habría aburrido al público (la famosa sexposition), pero la mayoría de veces eran una extensión de la manera en la que el poder estaba distribuido en Poniente. Allí no había amor, ni deseo, ni lujuria: un personaje (generalmente, un hombre) quería demostrar que era más poderoso que otro (generalmente, una mujer) y lo hacía a través del sexo.
Puede extraerse un análisis muy interesante sobre Juego de tronos fijándonos sólo en esas escenas, igual que The Deuce establece toda su tesis sobre el porno como industria multimillonaria a través de cómo ruedan el sexo los directores de las películas X. Siendo una ficción sobre la mercantilización del erotismo, construida sobre la objetificación de las mujeres, ya os lo podéis imaginar.
Una imagen de la segunda temporada de ‘The Deuce’. (Fuente: HBO)
Ahí queda muy claro quién ejerce el poder y por qué. Y, en realidad, ninguna escena de sexo es gratuita. Siempre se reproduce esa misma dinámica. Cuando Virginia Johnson y William Masters trasladan sus experimentos a un terreno más personal en Masters of Sex, las propias preconcepciones que tienen el uno del otro están presentes, lo mismo que la sensación de autoridad que Masters puede querer mantener.
Hasta en Outlander el sexo no deja de ser poder. Y eso que Claire y Jaime protagonizaron en la primera temporada una noche de bodas que trazaba muy certeramente las evoluciones de ambos a través de cómo se comportan en la cama. Pero es una serie en la que la amenaza de violencia sexual contra sus mujeres está muy presente, y donde el gran villano de las primeras temporadas demostraba su poder, precisamente, utilizando el sexo como un arma.
Por supuesto que hay hueco en las series para el amor romántico (en la misma Juego de tronos tuvimos, en la séptima temporada, una escena entre Missandei y Gusano Gris que iba por ahí), pero lo más habitual es que las escenas de cama sean otra manera de representar la posición de prominencia de un personaje con respecto a otro.
(El título de la columna es, en realidad, un verso de Screwed, canción de Janelle Monae que utiliza esa cita de Oscar Wilde y le añade después: “sabes que el poder es simplemente sexo; si me jodes, yo te jodo a ti”. Perfecto para un capítulo de House of Cards).