Imagen promocional de ‘La Valla’. (Fuente: Atresmedia)
Una niña mira desde la ventana y presencia un tiroteo que sucede fuera de plano. Su padre la aparta y se pone a ver en la televisión el mensaje del nuevo presidente del Gobierno que habla de la Tercera Guerra Mundial. El mundo tal y como lo conocemos ha caído a consecuencia de un virus, la economía se ha hundido y apenas hay recursos. Es el futuro cercano de La Valla, una ficción distópica que cuando fue producida nadie podía imaginar que tendría tantas similitudes con la situación global que ahora estamos viviendo a consecuencia del coronavirus.
Antes de que la pandemia estallase, La Valla se ha estrenado completa en Atresplayer Premium y Antena 3 tenía previsto emitirla en abierto antes o después, plan que, a día de hoy, parece seguir en marcha porque siguen promocionándola para el siempre inexacto “muy pronto”. No sería exactamente oportunismo lanzarla ahora porque era algo que ya se valoraba, pero tal y como ha avanzado la situación creo que se debería dar marcha atrás, como hacen las cadenas estadounidenses cuando retiran ficciones con episodios especialmente violentos al producirse un tiroteo que deja sin aliento al país.
De todas las personas que estos días me han pedido recomendaciones de series para ver durante la cuarentena -y os aseguro que han sido bastantes- a ninguna le he dicho que le dé una oportunidad a Years & Years, no porque no sea buena, que lo es, sino porque no procede. En nuestro Top de comedias sí que metí El último hombre en la tierra porque el tratamiento de su premisa es desde la comedia, pero tampoco sugeriría ver estos días Black Summer o el primer episodio de Fear The Walking Dead, por poner dos ejemplos de ficciones apocalípticas. Mejor probad con un entretenimiento más escapista.
La población española ahora necesita calma, distracción y tener la mente positiva, o al menos eso dicen los expertos, y no tengo muy claro cómo podría impactar una ficción como La Valla donde vemos las calles de las ciudades españolas (y no las típicas de Nueva York, Londres o París) devastadas por una catástrofe que parece un juego de espejos con la realidad. De hecho, la serie da tanto en la diana que hasta el tráiler mostraba un Madrid completamente vaciado. “Una España distópica”, decíamos entonces, que ahora es una imagen cotidiana.
Como decía Marina Such en su crítica, La Valla tiene una temática muy relevante, y esa significación se ha disparado por las nubes con los últimos acontecimientos. No me cabe duda de que, de producirse su estreno ahora, la serie despertaría mucha curiosidad y que, con el consumo de televisión lineal disparado, podría alcanzar una altísima cuota de share. Y aún así, no lo veo. Y remarco que no estoy entrando en si La Valla es mejor o peor serie, sino si es el momento adecuado para verla. Quizás sea mejor dejarla en el cajón un poco más. Cuando pasen unos meses seguirá llamando la atención, pero no nos sentiremos atrapados dentro de la pantalla.
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