‘Presunto culpable’ no funcionó mal, pero tampoco bien. (Fuente: Antena 3)
Cada vez hay más series españolas. No fue la TDT la que propició la explosión de la producción -como se prometía hace más de una década- sino que han sido los canales de pago y plataformas quienes han promovido el cambio. Movistar+ arrancó la temporada pasada su estrategia de ficción original y Netflix intenta seguirle el ritmo. Pero en vez de sumarse a esta tendencia y subir su apuesta, las cadenas en abierto están cada vez más perdidas en esta guerra.
¿Quién tiene las mejores series?, nos preguntamos a veces y es una pregunta trampa. Porque importa tanto la calidad como la constancia; la estrategia. No se trata solo de quién consigue el éxito puntual sino de quién sobrevive en una carrera de fondo. Crematorio era muy buena, sí, pero Canal+ no siguió produciendo y desapareció como contrincante tan rápido como vino. Y es lo que le podría llegar a pasar a Atresmedia si sigue aminorando la marcha.
Hace unas pocas temporadas, Antena 3 decidió que las series iban a ser lo suyo, la distinción por la que apostarían frente a su rival, Telecinco, que le ganaba de calle con los realities y el entretenimiento. Así nació el sello “Series Atresmedia”, una apuesta corporativa por dotar de identidad al propósito: constituir una marca. Y no le fue mal.
Mientras que Telecinco ha tenido algunas de las ficciones españolas más exitosas en audiencia de los últimos años -y esto es incuestionable- con La que se avecina y El Príncipe, Antena 3 se ganaba la fama de la calidad por ir combinando productos destinados a las masas (Velvet) con otros con los que pretendían innovar, a veces para bien (Vis a vis, La casa de papel) y a veces para mal (Pulsaciones, Buscando el Norte). Pero la sensación de fracaso o acierto no dependía solo de la calidad del conjunto: Antena 3 lanzaba más veces los dados que Telecinco y, por ello, tenía la estadística de su parte.
Resulta llamativo que sea precisamente Antena 3 quien, ante la llegada de nuevos jugadores, haya decidido casi retirarse de la partida. Si hace un par de años nos acostumbró a tener en parrilla entre dos y tres series de prime time por trimestre, desde el pasado septiembre ha reducido su oferta a una serie cada tres meses. En otoño fue Presunto culpable y ahora tienen en emisión Matadero. La primera tuvo un paso muy discreto y la segunda empezó por todo lo alto y se ha descalabrado. Si no queréis llamarlas fracasos, desde luego ninguna puede calificarse como éxito.
Y ahí es donde ha quedado diluido el sello “Series Atresmedia” -de momento-, entre la irrelevancia de dos series que han ocupado su último medio año. Y mientras, la competencia no para de lanzar series, unas más acertadas que otras. Movistar+ sigue su promesa de sacar una serie al mes y en los últimos meses nos ha deleitado con títulos como Arde Madrid, Vergüenza, El embarcadero o Mira lo que has hecho, que han brillado lo suficiente como para que otros gatillazos (como Skam España) sepan menos a derrota. Netflix, por su parte, arrasó con Élite, se ha apropiado de Paquita Salas y La casa de papel (que nadie se acuerda ya que naciesen, precisamente, en Atresmedia), y ha sorprendido con el anuncio de varios proyectos muy potentes.
Es muy notable que, cuando Fotogramas elaboró su lista de mejores series españolas del año según 33 críticos (entre los cuales estábamos algunos del equipo de Fuera de Series), Fariña de Antena 3 se coronase como vencedora pero Movistar+ copase seis de las siete primeras posiciones. Netflix aparecía en el puesto ocho, Fox en el nueve, TVE en el once y Telecinco ni siquiera figuraba en la lista. Es algo que desde Mediaset parecen dispuestos a solucionar en vista de la batería de series que preparan (o quizás no les preocupe gracias a la buena acogida de Vivir sin permiso), pero si no les dan salida, si no las vemos, no servirá de nada. Tampoco si Antena 3 se duerme en los laureles.