Algunos de los estrenos de Starz en 2018: ‘Vida’, ‘Sweetbitter’, ‘Counterpart’ y ‘Howards End’.
Para los espectadores españoles, Starz puede ser, quizás, el canal de cable premium menos conocido. HBO y Showtime suelen llevarse toda la atención porque, realmente, tienen más experiencia en la producción de series y, francamente, también habían conseguido, hasta ahora, series mejores. Durante muchos años, Starz era conocida más por su capacidad para aprovechar la libertad del cable premium apostando por desnudos, sexo y violencia gratuitos, y le ha costado bastante sacudirse de encima esa reputación.
Empezó a hacerlo cuando fichó, como responsable del giro de programación, a Chris Albrecht, arquitecto de la gran HBO de los 2000, que había salido por la puerta de atrás de la cadena por un escándalo de drogas y violencia doméstica. Su llegada a Starz era también su oportunidad para rehabilitar su imagen, y acabó teniendo éxito en ambos frentes, hasta llegar a la compra de la cadena, por parte de Lionsgate, por 4.400 millones de dólares.
Albrecht y sus colaboradores decidieron establecer una estrategia que no se obsesionara con lograr series de prestigio que pudieran ganar muchos Emmy, sino que buscara los espacios del mercado a los que HBO y Showtime habían dejado de prestar atención. “En lugar de serlo todo para todos, estamos dirigiéndonos a públicos específicos que están desatendidos en el espacio premium. Esos incluyen a los afroamericanos y las mujeres, curiosamente”, explicaba el ejecutivo hace un año.
Power y Outlander (y, en menor medida, Survivor’s remorse) fueron las series en las que cristalizó esa estrategia, y ambas fueron un acierto. Power va a estrenar su quinta temporada y Outlander ha conseguido que el fandom de los libros de Diana Gabaldon se traslade a la serie. Hasta ha conseguido colarse en la conversación cultural del momento con la manera en la que afronta las agresiones sexuales a sus personajes.
El reto de ‘Outlander’ de retratar las agresiones sexuales en la era del #MeToo
La serie ha sido tan elogiada como criticada por su tratamiento de la violencia hacia las mujeresfueradeseries.com
El camino de los estrenos de 2018
La evolución de Starz en esta última década queda clara en su parrilla de novedades para este año. Dio la campanada inicialmente con la mezcla de ciencia ficción y espías de la Guerra Fría de Counterpart, y esta primavera-verano va a dar un paso más allá con Vida, un drama con episodios de media hora que sigue a dos hermanas latinas del este de Los Ángeles que vuelven a casa tras la muerte de su madre.
Las primeras críticas apuntan a cierto potencial gracias a su mezcla de toques de realismo mágico con el esfuerzo por mostrar a una comunidad presa de los clichés en Hollywood, pero sobre todo la destacan por ser una apuesta distinta en el cable premium, algo por lo que Starz parece estar apostando cada vez con más decisión.
Aunque, también es cierto, esa apuesta por dirigirse a públicos más diversos a veces da la sensación de que se queda en tirar de historias que HBO y Showtime han dejado de hacer. La entrada de una joven en el mundo de la cocina de élite en Sweetbitter, por ejemplo, y la adaptación, en coproducción con BBC, de Howards End son dos de esos casos. Lo mismo ocurría con el doblete de miniseries de época The White Queen y The White Princess o con American Gods, un proyecto descartado por HBO que en Starz se estrenó apuntando a ser su nuevo buque insignia (si logra superar los cambios en su cúpula creativa y el retraso en el estreno de su segunda temporada).
La cadena no consigue llamar la atención de los Emmy, pero sí está logrando expandir su base de suscriptores, que es lo que se buscaba con este cambio de dirección. Especialmente, está potenciando su servicio de streaming y su app de vídeo bajo demanda, intentando tener lo mejor de los dos mundos en los que se divide actualmente el consumo televisivo.
Las series de Starz son heterogéneas (era el hogar de Ash vs Evil Dead, sin ir más lejos) y han demostrado que, fuera de las demográficas habituales del cable premium, hay todo un mercado que puede ayudar a crecer a una marca mucho menos conocida. El reto es consolidarla y, por supuesto, conseguir que los Emmy se acuerden de ella.