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‘Catalina la Grande’: verdades y mitos sobre la emperatriz rusa (y su serie en COSMO)

(Fuente: COSMO)

Ser la monarca femenina más poderosa de la historia durante 34 años no tuvo que ser fácil para Catalina la Grande. La que fue emperatriz de Rusia desde 1762 hasta su muerte en 1796 estuvo rodeada, durante toda su vida, de grandes enemigos, así como de personas que reclamaban el poder y el ascenso al trono. Además, ser mujer en el siglo XVIII y tener todo el control de Rusia trajo consigo la creación de muchos mitos y leyendas que rodearon a Catalina durante su vida y después de su muerte. Recopilamos algunos de ellos con motivo del estreno de la miniserie Catalina la Grande, que COSMO emite los martes a las 22.00 horas y que, a medida que se estrenan sus cuatro capítulos, está disponible bajo demanda en los principales operadores de pago.

¿Quién era Catalina la Grande?

Antes de entrar de lleno en los rumores que se difundieron sobre este personaje, es importante conocer quién era Catalina la Grande. El 2 de mayo de 1729, esta mujer nació bajo el nombre de Sophia Federica Augusta como princesa de Anhalt-Zerbst. A sus 14 años, la emperatriz Isabel de Rusia convocó a la joven a Moscú para casarse con el que más tarde se convertiría en emperador, Pedro III. Fue en ese momento en el que fue rebautizada como Catalina.

El matrimonio entre Catalina y Pedro no fue bien desde el principio, por lo que ella comenzó a pasar mucho tiempo sola. Utilizó este periodo como experiencia formativa en el que leyó gran cantidad de libros, que le sirvieron para establecer sus valores y objetivos. Tras unos años así, en 1762 la emperatriz Isabel murió y Pedro III subió al trono, pero, tan solo unos meses después fue derrocado por ella misma, que pasó a convertirse en la emperatriz de Rusia.

Helen Mirren, la reina de todas las reinas

Helen Mirren es la encargada de interpretar a Catalina la Grande en la ficción que trae COSMO y parte con cierta ventaja porque no es la primera reina que interpreta. De hecho, a lo largo de su carrera se ha metido en la piel de diferentes monarcas, tanto en televisión como en teatro, siendo su actuación más conocida la de La reina, película por la que ganó un Oscar. También ha interpretado a: Isabel I en la miniserie titulada Elizabeth I, donde trabajó con Nigel Williams, guionista ahora de Catalina la Grande; fue la reina Charlotte en la película La locura del rey Jorge; así como, entre otras, Lady Macbeth, que fue reina de Escocia durante apenas un minuto.

Para este papel concreto de Catalina la Grande, Mirren llevó a cabo una investigación para conocer a fondo a la emperatriz rusa y poder llevarla a la pantalla lo mejor representada posible. Esto implicó la lectura de gran cantidad de escritos y diarios que dejó Catalina. “Era agradable. No era una dictadora violenta, obsesionada y loca, como lo habían sido muchos miembros de la corte rusa”, explica. Además, trató de asegurarse que no se la juzgara por ser tan libre sexualmente y que “no se despreciara ni se criticara esto en absoluto”.

Catalina no era ninfómana

Gran parte de la sociedad no entendía cómo una mujer en el siglo XVIII podía tener tanto poder sobre el resto. Es precisamente esto lo que la convirtió en víctima de mitos misóginos: desde que tenía muchos amantes y era ninfómana hasta que tenía una sala específicamente para pasar sus noches con Platon Zubov, su amante de 22 años. Sin embargo, nada más lejos de la realidad y es que, aunque Catalina era muy libre sexualmente y se acostaba con quien quería, tuvo alrededor de 12 a 20 amantes durante las tres décadas de su reinado. Dado que su esposo era un alcohólico violento y, por aquel entonces, tener amantes era algo común, Catalina disfrutaba libremente de sus relaciones amorosas, pero no era tan extremo como decían los rumores para desacreditarla y avergonzarla.

Sus amantes

La mayoría de las aventuras amorosas de Catalina duraban varios años y con cada uno de ellos Catalina tuvo grandes gestos. Como era una mujer muy inteligente, la mayoría de sus amantes eran generales, nobles, ricos y almirantes, lo que políticamente era ventajoso para ambos. Tanto durante la relación que mantenía con alguno de ellos como después, Catalina les otorgó títulos, tierras, palacios e, incluso, sirvientes. Stanislaw Poniatowski, uno de sus primeros amantes y padre de uno de sus hijos, fue el que más recompensa obtuvo, ya que consiguió coronarse como Rey de Polonia gracias a su apoyo militar y financiero.

Su hijo mayor pudo haber sido ilegítimo

Como detallábamos antes, el matrimonio de Catalina y Pedro fue complicado desde el principio. Aunque ella fue trasladada de Alemania hasta Rusia con el objetivo de que engendrara un heredero, pasaron ocho años hasta que tuvo su primer hijo. Algunos historiadores comentan que Pedro era estéril y, por lo tanto, no podía tener descendientes. Esta situación y su apagada vida de casados llevó a ambos a comenzar relaciones extramatrimoniales. Catalina conoció a Sergei Saltykov, un oficial militar ruso, y cuando Catalina dio a luz a Pablo en 1754 muchos rumores comentaban que el hijo era de él y no de Pedro. A pesar de que la propia Catalina lo afirmó en sus memorias y comentó que Isabel había permitido esa relación, los historiadores creen que lo hizo para desacreditar a su marido.

La tormentosa relación con su hijo Pablo

Desde el nacimiento de su hijo Pablo, la relación entre él y Catalina no era especialmente buena. Poco después de nacer fue retirado del cuidado de su madre y lo crio la entonces emperatriz Isabel. Con el paso de los años y después de conseguir el poder de Rusia, Catalina seguía manteniendo a su descendiente bien lejos de estos asuntos monárquicos hasta el punto de que él pensó más de una vez que su madre planeaba su muerte. No era el caso, aunque no dejó que su hijo reinara cuando cumplió la mayoría de edad porque tenía miedo de que fuera un gobernante incompetente. De hecho, Pablo tuvo hijos, que Catalina cuidó y educó y, según los rumores, la reina tenía la intención de nombrarlos sus herederos, dejando a un lado a su hijo. Se piensa que quería hacerlo público a finales de 1796, pero murió antes de hacerlo.

Consciente de esta tensa situación que tenía con su madre, Pablo confiscó el testamento por miedo a que nombrara a sus hijos herederos antes que a él. El hijo mayor de Pablo, Alexander, sabía cuáles eran los planes que tenía su abuela, pero cedió ante la presión y no se interpuso en el camino de su padre. Cuando Pablo llegó al poder tras la muerte de Catalina demostró lo que ella había temido y es que era tan impopular como su propio padre. Cinco años después de hacerse con el trono, fue asesinado y su hijo de 23 años se hizo con el poder como Alejandro I.

El golpe de estado que destronó a su marido

Cuando Isabel I de Rusia murió en 1762, su sobrino, Pedro III, ascendió al trono, con Catalina como su consorte. Él, que se dice que nunca fue demasiado hábil en política, pronto se volvió impopular y, sobre todo, los de la baja nobleza comenzaron revoluciones que volvieron infeliz a Pedro, pero también a Catalina. La tensión iba aumentando y se llevó a cabo un plan para destronar a Pedro, para el que Catalina consiguió apoyo militar con el que organizó el arresto de su marido. Tan solo seis meses después de este suceso, Pedro abdicó y Catalina fue nombrada emperatriz de Rusia.

Lo que había sido un golpe de estado sin sangre cambió rápidamente cuando Alexei Orlov, el hermano de uno de los amantes de Catalina, Gregory, estranguló con sus propias manos a Pedro hasta la muerte. Otras fuentes dicen que murió accidentalmente durante una pelea causada por una rabieta el 17 de julio de 1762. Sea como fuere, aunque se desconoce si Catalina estaba al tanto de lo que iba a pasar, fue algo que marcó su reinado en todo momento.

¿Murió por mantener sexo con un caballo?

Cuando escuchamos hablar de Catalina la Grande lo primero que suele venirnos a la cabeza es esa leyenda que dice que murió por practicar sexo con un caballo. Se dice que, cuando el arnés que sostenía al animal sobre ella se rompió, fue aplastada y falleció en el acto. De hecho, esta fue la primera noción que tuvo Nigel Williams sobre Catalina: “Hasta hace unos años no sabía absolutamente nada de ella. Recuerdo que un niño en el colegio me dijo, con gran autoridad, que ella tuvo sexo con un caballo”, explica, “Esta fascinante e inquietante imagen se quedó conmigo más tiempo del que me hubiera gustado”. A pesar de que los enemigos de Catalina quisieran difundir este rumor con el fin de manchar su figura y su legado, lo cierto es que Catalina murió el 17 de noviembre de 1796 por un derrame cerebral.

‘Catalina la Grande’ se emite los martes a las 22:00h en COSMO y estará disponible en las plataformas bajo demanda de los operadores en los que se encuentra el canal.

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