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Aquí también hay negros o latinos, aunque las series españolas no lo sepan

Si eres un personaje negro, es más probable que seas estríper que ingeniero. (Fuente: Antena 3)

Mi médica de cabecera es latina, pero en Hospital Valle Norte no hay personas racializadas entre los doctores protagonistas. En la calle, en el metro, en los comercios, me cruzo a diario con personas de distintas razas. Sin embargo, las series españolas siguen cerrando los ojos ante la diversidad y obviándola en sus guiones.

Si miramos las ficciones nacionales estrenadas en lo que llevamos de año, la foto es clara: todos los protagonistas son blancos. Ni El embarcadero, ni Secretos de Estado, ni Mira lo que has hecho tienen personajes de otras razas con relativa importancia. Los hay en Los nuestros 2, pero para ofrecer un abanico de clichés sobre yihadismo, o en La Sala con su clásica mafia del este. Porque cuando aparece una raza diferente en las series españolas siempre es sinónimo de conflicto. Los marroquíes de El príncipe o los africanos de Mar de plástico estaban para eso.

Matadero, sin embargo, sí introduce a un personaje racializado. Coral (Merjoddy Bermúdez) tiene una lectura con su cara y su cruz: vemos a una mujer latina manipuladora e interesada por conseguir dinero a través de un hombre, pero también es inteligente y, a fin de cuentas, no es ni peor ni mejor que el resto de personajes canallas de la serie.

Pero el problema de la representación racial en las series españolas no es cosa de este o aquel título, sino un tema general. De base, no hay interés en tratarlo por parte de las cadenas, las productoras o los guionistas. Por defecto se es blanco y si se toca es por exigencia del guion. Si una adolescente es musulmana, como Nadia en Élite, es porque tendrá conflictos relacionados con ello, pero pocas veces un personaje racializado lo es sin que ese sea su rasgo definitorio o sin vincularlo a la marginalidad. En Vis a vis eran presas y en la próxima Toy boy serán estríperes.

No deja de resultarme curioso (casi esquizofrénico) que los medios y espectadores españoles miremos con interés hacia Estados Unidos y escuchemos sus debates sobre la inclusión de las minorías, como en los Oscar, y los aplaudamos, pero luego sigamos con nuestras vidas como si la cosa no fuese con nosotros. Como si la diversidad racial fuese una cuestión de allí, pero que aquí no sea una asignatura pendiente. Y lo es. Miren los colores de su ciudad y luego miren los de su televisor. No se corresponden.

Dejémoslo claro: la diversidad no está metida con calzador
Y un beso, siempre es un besofueradeseries.com

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