Crítica: ‘El cuento de la criada’ 3×13— ‘Mayday’

por Valentina Morillo15 de agosto de 2019

(Fuente: Hulu)

En esta temporada 3 de El cuento de la criada no sé si he disfrutado mucho del viaje, pero la llegada al destino vale para compensar los desvíos por los que nos llevaron hasta un último episodio en el que hubo tensión, reencuentros, despedidas y cuyo desenlace salió mucho mejor de lo que parecía por momentos.

Para el cierre de esta tercera entrega, la serie eligió abrir con las horas posteriores a cuando June fue capturada en el bosque y separada de Hannah por primera vez. En medio de todo el caos y el horror de lo que estaba ocurriendo con todas esas jóvenes y mujeres descartadas (socorro), hacinadas, maltratadas y transportadas como ganado, June estaba más confundida que asustada; en contraste con Janine, quien siguió siendo una rebelde hasta los primeros días del Centro Rojo. Hasta que le sacaron un ojo.

La serie ha querido mostrarnos así todo lo que ha vivido June hasta poder convertirse en la persona que cinco años después ha sido capaz de orquestar el escape de más de 50 niños de Gilead porque, como dijimos después del noveno episodio de esta temporada, nosotros la vimos siempre como una heroína, pero ella no sintió que tuviera lo que hacía falta para serlo hasta ese momento.

June volvía así al bosque por tercera vez. En la primera quería huir con Hannah y Luke, en la segunda quería huir ella y ahora lo hacía dispuesta a sacrificarse para conseguir que escaparan otros. Y, si al final de la primera temporada se nos mostró la unión de las Criadas que se resistieron a matar a Janine, en el de esta tercera vimos a Criadas y Marthas coger esas mismas piedras para distraer al Guardia.

Si al final de la primera se nos mostró la solidaridad entre Criadas, y en el de la segunda la de las Marthas ayudando a escapar a June y Holly, en esta tercera las vimos trabajando juntas a todas. Eso es quizá lo más importante del final, comprobar que Mayday son todas y cuando se unen para trabajar por una causa común, en lugar de sobrevivir al día a día, o de salvar solo a sus propios hijos, juntas pueden ser imparables.

(Fuente: Hulu)

Es un episodio de grandes momentos, pero la parte que dedican a poner en marcha la logística del plan, lo que nos demuestra que realmente se han sentado a pensar en cómo desarrollar el escape, es una de mis preferidas. Desde la compra de una barra de jabón por algunas Criadas (para no levantar sospechas) a la preparación de comida y agua para el viaje, pasando por la “linterna roja”, el engrase de las rejas o la idea de Sienna de ir a pie. Tengo debilidad por estas situaciones, porque me gusta mucho verlas trabajar cada detalle mientras los que vigilan las subestiman, porque que ellos crean que tienen el control es algo patológico, como le dijo June a Lawrence.

Y qué más le podemos pedir a un episodio que nos dio todo lo que esperábamos: el aterrizaje en Canadá de todos los niños sanos y salvos, Moira y Emily trabajando juntas como voluntarias recibiendo a los refugiados, un encuentro entre Rita y Luke, Janine viva y, de regalo, Serena arrestada por violación.

La pistola (de Chéjov) tenía que ser disparada y, a pesar de haber apuntado con ella hasta a una niña, cuando June finalmente la disparó lo hizo dos veces. La primera, en defensa propia; la segunda, por la causa. A la mañana siguiente, sus amigas la encuentran y la llevan como se lleva a un soldado herido en la guerra, con referencias directas a Moisés y otras indirectas a Harriet Tubman (que igual no sientan muy bien,) decimos adiós hasta el año siguiente. Ahora sí ha nacido la revolución.

(Fuente: Hulu)

Notas al margen:

Reconozco que consiguieron que me emocionara con el encuentro de Rebecca y su padre, pero cuando pienso en toda esa trama no puedo evitar pensar que ha sido muy poco sutil. La escena con June es bonita y lo que le dice es importante, pero la frase: “¿Este es el lugar donde puedo vestirme como quiera?”, que dice cuando ve a Moira, no funciona tan bien como se imaginaron sobre el papel. Sobre todo, para una niña que no recordaba cómo era su vida antes. Quién sí consiguió emocionarme de verdad fue Luke y su esperanza de ver a Hannah bajando del avión.
Mucho mejor funciona la lectura de La isla del tesoro que hace Joseph rodeado de niños absortos que estaban acostumbrados a escuchar las historias de la Biblia y aquí pueden dejan volar su imaginación en un mundo de aventuras.
Un detalle pequeño, pero significativo, es escuchar a Rita diciendo “Praised be” cuando saluda a Emily; son muchos años de adoctrinamiento. Cuánta emoción en un simple “Hi!”. Y qué sentido el abrazo a Luke.

(Fuente: Hulu)

Lo de Serena produce una satisfacción insuperable. Y será interesante lo que pueda declarar Rita sobre ellos ahora que está en Canadá.
Con el voluntariado en la llegada del avión encontraron la forma de que aparecieran todos los personajes en este último episodio. Todos excepto Nick, cuyo papel queda en duda hasta la temporada siguiente.
He leído quejas sobre la falta de verosimilitud en cuanto al comportamiento obediente y silencioso de los niños en algunas críticas. En cuanto al bebé, voy a apostar porque hayan recurrido a algún tipo de ayuda externa para sedarlo un poco. Y en cuanto al resto, se me ocurren dos justificaciones. Una, que todos están en torno a los diez años y entienden lo que está ocurriendo. La otra, triste pero real, es que son niños criados en Gilead y están acostumbrados a obedecer y callar.
Cómo procesarán los niños un cambio tan drástico de su entorno y cómo se abordará legalmente su situación será un tema que explorarán en la próxima temporada. Al igual que las consecuencias inmediatas del escape en Gilead. Hace un mes habría dicho que la cuarta temporada de El cuento de la criada me daba igual, pero me han dejado con mucha expectación hasta que regrese el próximo año. Mientras tanto, gracias por acompañarme en el seguimiento de la serie estos meses.