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Crítica: ‘The Good Fight’, 3×09 — ‘El de en una hora el sol se pondrá’

Maia está empezando a parecerse a Alicia Florrick. (Fuente: Movistar+)

Durante toda la temporada 3 de The Good Fight hemos visto cómo la lluvia acompañaba constantemente a nuestros protagonistas. Los ventanales de Lockhart, Reddick & Boseman estaban mojados todo el rato, las nubes cubrían Chicago como si estuviéramos en uno de los sueños apocalípticos del protagonista de Take shelter y, en consonancia con ese tiempo, los personajes se adentraban en terrenos éticos muy pantanosos. Pues bien, el sol sale finalmente en este noveno episodio, y lo hace para provocar que todo el castillo de naipes se desmorone definitivamente.

Los malabarismos que Adrian y Liz han estado haciendo para tapar los casos de abusos sexuales de Carl Reddick y, al mismo tiempo, afirmar que el bufete es perfectamente igualitario en todos los frentes les explotan en la cara. La maniobra de ChumHum es rastrera, sí, al someterlos a la humillación de una investigación independiente sólo para darles la patada de todos modos, pero esa investigadora les obliga a afrontar de una puñetera vez la verdad de lo que ocurre en su empresa: que, inconscientemente, está segregada racialmente y por clase social.

La tozudez de Boseman, sobre todo, por afirmar que su bufete no tiene esos problemas es lo que los acentúa. Los abogados jóvenes se sienten infravalorados y creen que lo están porque no son blancos, o porque no son hombres, o porque no han ido a una universidad pija. El conflicto por la disparidad salarial y por la detención por posesión de drogas que llevó al despido de Maia eran advertencias de que el clima era muy volátil y, como si fueran Trump, todos optaron por cerrar los ojos. Si no veo el problema, es que no hay problema, ¿no?

No, evidentemente. The Good Fight ha puesto a todos sus personajes ante el reflejo de sus propias hipocresías y prejuicios. Muchos son inconscientes (algo que los King ya exploraron bastante en The Good Wife) y terminan determinando sus conductas. También acaban forzando que Adrian, Liz y Diane se encuentren de frente con el peor escenario para el futuro del bufete en aras del que se han tomado todas esas decisiones éticamente dudosas.

(Fuente: Movistar+)

Una a una, todas se vuelven contra ellos. Ocultar bajo pagos cuantiosos y acuerdos de confidencialidad los actos de Carl Reddick les cuesta su mejor cliente; despedir a Maia la sitúa a ella en la órbita de un Roland Blum dispuesto a morir matando; ignorar el descontento de los empleados más jóvenes azuza las tensiones entre ellos. Hasta la decisión de Diane de mentir al club de lectura sobre quién era realmente Valerie, la que las juntó a todas, le explota en la cara de la peor manera posible porque el club se ha convertido, de repente, en algo muy peligroso.

El otro tema favorito de los King, las borrosas líneas de separación entre lo personal y lo profesional, queda perfectamente claro en este episodio. Liz se equivoca al querer mantener el escándalo de su padre como algo privado, por ejemplo, pero donde esa exploración se ve mejor es en la amistad de Marissa y Maia.

Las dos se han tenido como confidentes desde la temporada anterior, sobre todo, y es bastante lógico que, después de que Maia consiga convencer a Blum de que necesita una oficina y algo parecido a un bufete de verdad, quiera ver de nuevo a su amiga y salir a emborracharse con ella, incluso bromean con lo que podría pasar si a Marissa le fueran las mujeres. Pero compartir por qué una está tan contenta y otra tan frustrada con su día entra indirectamente en terreno laboral, en información que Maia puede utilizar para ayudar a Blum a atacar a su antigua firma. Lo que no es más que una noche entre amigas se convierte en un campo de minas profesional con consecuencias personales muy serias.

(Fuente: Movistar+)

En Lockhart, Reddick & Boseman creen que pueden seguir huyendo hacia delante como hasta ahora, y eso es imposible. Ya no poden hacer oídos sordos a sus problemas internos, a las consecuencias de las violaciones cometidas por Carl Reddick, ya no pueden quitarle importancia a las decisiones que los han llevado hasta allí. El sol sale cuando creen que se han librado y es justo el momento en el que se caen con todo el equipo.

Ah, y una duda. ¿Alguien más cree que Maia está siguiendo el arco de Alicia Florrick en las primeras temporadas de The Good Wife? Cuidado con ella como sea así. Ese “entiendo el dinero” encierra muchas cosas.

Todas las críticas de la temporada 3 de ‘The Good Fight’

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