Crítica: ‘El cuento de la criada’ 3x11

(Fuente: Hulu)

Praised be! No sé si la excitación y los nervios han nublado mi capacidad de análisis, pero ¿es este el mejor episodio de El cuento de la criada? El mejor de la tercera (hasta ahora) seguro. Para decidir si es el mejor tendríamos que pensar en los anteriores y ahora mismo solo quiero reposar lo que acabo de ver. Bueno, dejando a un lado la tentación de la hipérbole, creo que podemos estar de acuerdo en que es el episodio más satisfactorio de la serie.

Los últimos 15 minutos me permiten afirmarlo sin miedo a equivocarme. Fue un aluvión de emociones intensas, una experiencia muy catártica; tanto por la liberación de toda la frustración acumulada durante la temporada, como por los malos augurios de la media hora previa, que apuntaban a que todo iba a dar marcha atrás (otra vez): la marcha de Joseph Lawrence, una reconciliación de los Waterford que no queríamos ver, la agresión de Winslow a June…

June estuvo en un sube y baja constante. La tensa escena con Eleanor derivó en el agradecimiento de Joseph y un aparente compromiso de ayudarla en su plan, el cual, después de la tirante reunión con las Marthas, se vino abajo cuando él intentó huir por su lado. El Comandante regresó, pero solo porque las nuevas regulaciones lo habían dejado sin privilegios.

Como pago parcial por sus deudas y traiciones, Joseph llevó a June hasta Jezebel, una aventura muy diferente a la del octavo episodio de la primera temporada, porque ahora June tenía el control de la situación, disponía de información para intentar convencer a Billy y todo parecía un mero trámite de entrada y salida, hasta que apareció Winslow.

(Fuente: Hulu)

Ese fue el momento de retorcernos en el sofá. June tuvo la agilidad mental para darle al Comandante de la capital una razón convincente para estar allí sola y, cuando pensamos que iba a ocurrir lo inevitable en una situación en la que él tenía todo el poder, y después de que ella se repitiera lo que ha tenido que decirse a sí misma tantas veces durante cinco años, esta vez, sin testigos ni normas que valgan, se sintió con la suficiente fuerza para resistirse.

La escena fue muy violenta, y no sé si es posible causar tanto daño a un hombre como Winslow con un bolígrafo pero, como imaginareis, no me importa lo más mínimo. Al contrario, me parece pura justicia poética que June le diera una patada voladora en los testículos al patriarcado con el instrumento con el que trabajaba como editora y que ahora tenía prohibido usar. “My children”, con esa mentira barata intenta suplicar clemencia antes del merecido mazazo final la persona que ha institucionalizado el robo de niños a mujeres como ella.

Después del subidón de adrenalina llega el shock, por supuesto, porque June no esperaba que ocurriera nada de lo que ocurrió allí, estuvo a punto de ser violada 2 minutos antes, fue agredida físicamente, no es una agente de campo entrenada y nunca había matado a nadie. ¿Que es una coincidencia que la Martha que entró en la habitación fuera una de las cinco mujeres que salvó de ir a las Colonias al principio de la temporada? Puede, pero es una bonita coincidencia.

Además, lo más probable es que cualquier mujer, Martha o Jezebel que hubiese entrado allí la hubiese ayudado. Y, por la eficacia en la reacción, parecen estar preparadas. No será esta la primera vez que ha muerto un Comandante en esas habitaciones, ¿recordáis la huida de Moira?

(Fuente: Hulu)

El montaje final, con June levantándose y vistiéndose la mañana siguiente, mientras las Marthas trabajan en equipo para limpiar todo el rastro y meter el cadáver de Winslow a la hoguera, con Cloudbusting de Kate Bush sonando de fondo, es apoteósico.

Como lo es también el final de Fred. Aunque antes de llegar allí pasamos por el suplicio de verlos vivir un momento romántico en el que me quise sacar los ojos, cual Phoebe en Friends. Pero, como comentamos en la crítica de la semana pasada, y por lo que habíamos visto en la serie, lo que decía Serena sobre su contacto y el teléfono no era cierto, así que se abría la posibilidad de que hubiese llegado a un acuerdo y ese movimiento fuera una traición a Fred. Qué satisfactorio fue descubrir que Serena, como le dijo June, se había puesto el vestido y estaba moviendo los hilos.

Para escribir estas críticas siempre veo los episodios dos veces. En la primera, todo el tiempo tuve la duda de si habría traición o no, pero en la segunda, una vez conocemos la resolución, los gestos y las palabras de Serena nos van dando pistas claras de qué es lo que va a ocurrir.

(Fuente: Hulu)

La expresión de su rostro en la puerta del hotel; cuando se despide de Rita reconociendo que siempre ha hecho bien su trabajo; su mirada a lo que deja atrás y la sonrisa antes de mirar lo que le espera por delante cuando se baja del coche para ponerse en el asiento del conductor; la conversación en el bosque, en la que queda claro que siempre se ha sentido traicionada por Fred y que su relación estaba condenada al fracaso, Gilead mediante o no. En medio de la conversación, Fred deja caer que sabe que tiene problemas de fertilidad. Y aun así aceptó la farsa de las Ceremonias. Le pasa poco para lo que merece.

El Comandante Waterford siempre ha vivido en la profunda inopia, pero en esta ocasión no creía que hubiesen motivos para desconfiar. Después de todo, siempre se ha creído mucho más listo de lo que es, habían tenido sexo por primera vez en años (y por iniciativa de Serena), él sabía que lo más importante para ella era la niña que está en Canadá, quiere complacerla y ella le dijo que confiaba en Mark Tuello. En eso no mentía.

(Fuente: Hulu)

Las dudas que tenía la primera vez que vi el episodio desaparecieron con el plano aéreo de ese extraño puente con dientes. Pensé que estaban entrando en la boca del lobo y me emocioné. “Ha cruzado la frontera de Canadá”, música para nuestros oídos. La lectura de todos los cargos contra Fred, su cara de no enterarse de lo que está pasando y su lucha inútil por proteger a Serena, hasta que empieza a darse cuenta de que ha sido traicionado son pura poesía. Podemos hacer pausa en el momento en el que se le rompe el corazón. Y podremos hacerlo durante toda la eternidad.

Notas al margen:

La directora de este episodio es la maravillosa Deniz Gamze Ergüven, autora de la también maravillosa Mustang, nominada a mejor película extranjera en los Óscar de 2016. Una incorporación perfecta para la serie que esperamos que se repita.
La guionista es Yahlin Chang, que repite después de episodios como Otras mujeres (2×04), La última ceremonia (2×10) y Vigilamos (3×03).
Cuando desaparece Joseph Lawrence, Beth dice que tendrá que volver a Jezebel. Nos queda un poco lejos, pero sabemos a qué se refiere. En el episodio 1×08, cuando Fred lleva a June a ese lugar, en la cocina hay una escena entre Nick y ella, que trabajaba allí como cocinera. Él le lleva albahaca, ella le da algunas cosas del mercado negro y menciona que antes de Gilead había estado nominada por su pesto a un James Beard, el premio culinario más importante de Estados Unidos.
La canción en latín que entona la econofamilia que acoge a los Waterford se titula Dona Nobis Pacem y es un himno religioso tradicional que se traduce como “Concédenos la paz”. A la niña, que ha crecido en Gilead y vive en una comunidad tan apartada, le llama la atención el color del vestido de Serena, porque está acostumbrada al color grisáceo asignado a su clase.
Queríamos un avión y habrá uno. La idea nos estaba rondando después del viaje de Serena a Canadá y ahora sabemos que hay una entrega organizada por la red de Marthas la semana siguiente. El mismo avión que June le ha pedido a Billy que retrase durante 20 minutos para movilizar a los 52 niños, Beth y los Lawrence. Pueden salir tantas cosas mal en este plan. Realmente puede salir todo mal: destruir la red de las Marthas, puede morir gente, pueden morir niños; también está el riesgo de captura, porque la desaparición de Winslow y Waterford sería un buen motivo para que se intensifiquen los controles de seguridad. Y June tiene una pistola.
Me da curiosidad saber cómo y cuándo se dará cuenta Gilead de que han desaparecido dos Comandantes y qué harán para gestionar el asunto, porque ya sabemos que, en teoría, los escapes no existen y tampoco Jezebel. También me pregunto cuánto tiempo puede estar Rita sola en casa sin despertar sospechas, porque esta vez el viaje de los Waterford fue clandestino.
“This is Radio Free America broadcasting from somewhere in the Great White…”. Sí, la voz que se escucha en la radio cuando Fred y Serena van en el coche es la de Oprah Winfrey, que ya había hecho otro cameo en el episodio 2×11.
No entro en detalles sobre la promo del próximo episodio porque sé que a muchos no os gusta verlas. A los que sí, hacedlo sabiendo que vais a tener que esperar una semana para ver lo que pasa en el penúltimo de la temporada.
Blessed be The Marthas!