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Esto tienes que saber de ‘The Get Down’ si quieres reengancharte

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Foto: Netflix

El viernes, Netflix estrena la temporada 1B de The Get Down, o lo que es lo mismo, la segunda parte de los episodios que lanzó el pasado verano. La serie musical de Baz Luhrmann hizo en su momento menos ruido del esperado, pero quizás pienses darle una segunda oportunidad con este nuevo estreno.

Si es así, y no conseguiste terminar los seis primeros episodios, nosotros te contamos todo lo que necesitas saber para reengancharte a The Get Down directamente el viernes, con sus seis últimos capítulos.

De qué va ‘The Get Down’

La serie se ambienta en Nueva York, en 1977, cuando la ciudad estaba arruinada y había barrios enteros llenos de edificios más listos para la demolición que para que alguien viva en ellos. Uno de los barrios es South Bronx, donde las bandas prenden fuego a algunos de esos edificios abandonados para que los caseros cobren el seguro, y en cuyas calles empieza a nacer un nuevo estilo musical: el hip-hop.

Los protagonistas principales son dos, Zeke y Mylene, dos jóvenes que sueñan con salir del barrio a través de la música. El primero escribe rimas; la segunda quiere ser cantante de música disco, el estilo dominante en las radios y los clubes. Zeke conoce un día a Shaolin Fantastic, un joven que se gana la vida en la calle y que aspira a ser DJ, mientras Mylene tiene que pelear con su padre, pastor de iglesia y muy estricto.

Al mismo tiempo, a través del tío de Mylene, Papa Fuerte, se nos cuentan los tejemanejes políticos para aprovechar el estado de abandono y ruina del South Bronx y hacer negocio con él. Y también tenemos un vistazo a las mafias que dominan sus calles y sus garitos.

Zeke y Shaolin introducen a los espectadores en el nacimiento del hip-hop a través de su relación con Grandmaster Flash, uno de los pioneros de ese estilo. Durante la primera mitad de la temporada, ellos dos y los amigos de Zeke aprenden a rimar por encima de los discos que pincha Shaolin, y éste aprende a utilizar las secciones rítmicas de las canciones (el “get down” del título) para crear un ritmo continuado que lleve a la gente a bailar.

La música es la pasión de Zeke, pero si quiere tener una oportunidad real de salir del barrio, quizás tiene que dedicarse a un trabajo más de oficina como la beca que le surge a través de Papa Fuerte y sus negocios con Ed Koch, futuro alcalde de Nueva York, cuya campaña electoral se basa en una dura posición contra el crimen y, por extensión, contra la cultura callejera en la que se macera el hip-hop, incluidos los graffiti.

Por su parte, Mylene recurre también a Papa Fuerte para poder grabar un disco e intentar que suene en las radios y, aún más importante, que los DJ lo pinchen en las discotecas. Cuando llega el último episodio, los dos parecen haber conseguido lo que querían (hasta estar juntos), pero siempre les va a quedar la duda de si están renunciando a una parte fundamental de quienes son con tal de salir del barrio.

La música

Foto: Netflix

The Get Down es una serie musical y, como tal, hay una gran cantidad de canciones originales, y de éxitos de la época, sonando en sus capítulos. Los dos momentos showstoppers, por decirlo de algún modo, de la primera mitad son la grabación de la canción de Mylene, Set me free, en la iglesia de su padre, y la batalla entre The Get Down Brothers y el grupo rival, Notorious 3, por ver quién tiene el respeto de las calles.

La mano de Baz Luhrmann se nota en la manera en la que se presentan esas canciones, sobre todo en el piloto, dirigido por él. Entre Moulin Rouge y Strictly ballroom, Luhrmann siempre ha tenido querencia por jóvenes que quieren utilizar la música como escape de sus vidas, para cumplir sus sueños.

Por eso, la banda sonora es uno de los aspectos más cuidados de la serie, con la colaboración de artistas consagrados como el propio Grandmaster Flash, Nas, y una inspirada mezcla entre los sonidos de los 70 y las nuevas composiciones, de la que el ejemplo más claro es ese club de drag queens con Christina Aguilera de fondo.

¿Pero merece la pena?

Foto: Netflix

Es cierto que la primera temporada es bastante irregular. Cadillac, el hijo de la gran dama del crimen en el barrio, que dirige el club Les Inferno, está siempre al borde de la caricatura y las tramas de Papa Fuerte, con sus intentos por mejorar la vida del barrio, nunca terminan de funcionar del todo, aunque Jimmy Smits se divierta mucho con ese personaje y sus mezclas entre el inglés y el español.

También puede resultar almibarada, y puro Luhrmann, la historia de amor entre Zeke y Mylene, y The Get Down no es una serie a la que le vayan las sutilezas. Sin embargo, despliega una vitalidad que, sobre todo, le viene muy bien en los momentos musicales y en el retrato de sus jóvenes protagonistas.

Tienen toda su vida por delante, una vida llena de sueños y posibilidades. La serie presenta una realidad ligeramente aumentada, no es un documental sobre cómo era el South Bronx de finales de los 70, habitado por gente a la que nadie quería hacerle caso como afroamericanos e hispanos. Se presenta más como una fábula, el cuento de todo lo que Zeke siempre quiso, y lo que perdió por el camino.

marina

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