Pablo Medina firma ‘Días de mierda’. (Fuente: Serielizados Fest)
En el cómputo de lo que nos ha dejado el Serielizados Fest este año (abrázame, Damon Lindelof) la animación ha salido bien parada. La programación de la edición 2020 de esta cita seriéfila, que acaba de cerrarse con régimen de semipresencialidad, incluía dos títulos animados de los que pudimos ver algunos episodios en Filmin. Enmarcadas respectivamente en las secciones Showcase de Pilotos de Ficción y Short Form, Deivit and Lisa y Días de mierda son, en el fondo, dos series contrarias y la misma a la vez.
Si Arròs covat era un testimonio de la vida moderna reducido a los trazos mínimos de Juanjo Sáez, Deivit and Lisa replica la fórmula desde el otro lado, desde la exageración y el barroquismo. Creada y diseñada por Mario Tarragó, la serie cuenta algo que también resultará familiar a los fans de la de Sáez y Kike Maíllo: la vida de un chaval barcelonés en crisis con dos amigos zotes y una difícil relación con lo contemporáneo. El eclecticismo que hoy nos gobierna se abre paso a través de su trama (centrada en las perversiones del arte y las modas) hasta las formas mismas, convirtiendo los fotogramas en collages intertextuales rezumantes de cuadros, pósters y esculturas que componen personajes y escenarios a base de indisimulados recortes.
Sobre esos ejes (la juventud masculina, el desorden existencial, Barcelona como epicentro de sismos estéticos) se sustenta también Días de mierda, una serie escrita por Pablo Medina, quien también firma la animación y la edición. La producción, de episodios más amables por breves, recorre algunos hitos bochornosos de la vida de su autor en un estilo viñetesco que se hace fuerte en ilustraciones fijas, casi bocetos en negro sobre blanco. Un enfoque igualmente curtido en la comedia pero bajo amenaza de discretas notas amargas hace de esta una contrapropuesta intimista a la epilepsia paródica de su compañera de festival.
Las obras de Tarragó y Medina comparten, además, origen: ambas son producto de campañas de financiación a través de la plataforma de crowdfunding Verkami. El equipo de Deivit and Lisa contaba en la presentación de la suya que, hartos de recibir largas de productoras y cadenas, resolvieron embarcarse en una recaudación popular que se cerró en 2016 con 15 350 euros y el apoyo del ayuntamiento de Tiana y un par de marcas. Pablo Medina consiguió para Días de mierda, además del apoyo de Betevé, un monto de 1 690 euros por esta misma vía. En la animación española, al menos por ahora, las crónicas de vidas precarias se redactan también en precario.