Mindhunter y la edad de oro que está viviendo el género clásico del true crime demuestran que el interés por los asesinos en serie como elementos narrativos para atraer la atención de los espectadores sigue funcionando, y lo hará como lo ha hecho siempre.
Los de la vida real llegan a convertirse en celebridades, hasta el punto de ser referenciados en la cultura popular formando parte del colectivo imaginario. En la ficción, sirven para construir tramas llenas de tensión que ponen en peligro las vidas de los personajes con los que hemos establecido vínculos emocionales, pero los vemos en la comodidad de nuestro salón con la esperanza de que en que en algún momento serán atrapados para poner fin a su reinado de terror.
Sus motivaciones son cuestionables e injustificables, aunque ellos se crean en posesión de la verdad, son seres perturbados, el mal es siempre una elección. Sus métodos son macabros y despreciables, nos revuelven el estómago, nos intimidan, nos dan miedo y muchas veces nos obligan a retirar la mirada de la pantalla. Estos son algunos de los asesinos en serie más memorables de la pequeña pantalla.
Dr. Hannibal Lecter (‘Hannibal’)
Puede criticarse la serie de Bryan Fuller por una estilización de lo macabro. Lo hacía, era su estilo; y nos gustaba. Si alguien dudaba sobre la necesidad de llevar a la televisión el personaje de Hannibal Lecter, que teníamos inevitablemente asociado a Anthony Hopkins, al ver la versión del gran Mads Mikkelsen seguramente se le olvidó lo que estaba pensando.
Nadie puede combinar estampados como lo hacía él sin parecer un payaso y su gran logro fue hacernos babear con los platos que preparaba, aunque supiéramos dónde había conseguido la carne. Eso sí, durante un tiempo consiguió que las setas me dieran mucho asco, pero afortunadamente me curé, memoria selectiva.
Dexter Morgan y Trinity (‘Dexter’)
Aunque siempre recordaremos su final como uno de los peores de la historia, Dexter se ganó su lugar cuando, en pleno auge de los antihéroes, hizo que nos pusiéramos de parte de un asesino en serie que, al no poder controlar su deseo de matar, jugaba a ser justiciero: ya que, según nos decía, tenía que matar, e iba a hacerlo, al menos mataba a monstruos peores que él. Ese gris oscuro tirando a negro en la escala moral es lo que lo hacía interesante.
La cuarta temporada sigue recordándose como la mejor de la serie y Trinity es uno de los grandes villanos, y de los más terroríficos, de las series de televisión. Con una temporada iguala al protagonista de la serie, así que ambos entran en la lista. “Hello, Dexter”.
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El sepulturero y Gormogon (Bones)
La trama del Gormogon y sus varios aprendices fue el eje de la tercera temporada de Bones y sería la opción lógica si sólo escogiéramos a uno de la serie; porque tiene toda una mitología y metodología particular lo mencionamos, pero realmente nos quedamos con El Sepulturero, cuya trama estuvo presente durante seis temporadas. Lo hacemos porque (spoiler: era mujer y no abunda este perfil) en la segunda nos hizo sufrir con el episodio en el que Brennan y Hodgins (y más adelante también Booth) estuvieron a punto de convertirse en sus víctimas mortales. Sí, sabíamos que no iban a morir, al menos no Temperance, pero fue un episodio emocionante.
Norman Bates (‘Bates Motel’)
Por la película Psicosis, sabemos en quien se convertirá, por eso pone los pelos de punta conocer la peculiar relación con Norma, su madre. En esta serie todo es muy perturbador y Freddie Highmore hace suyo su papel en el que se nos cuenta cómo empezó todo. Actualmente podemos ver al actor interpretando un personaje muy diferente en The Good Doctor, esperamos que nunca transmita vibraciones Bates cuando esté en escena con sus pacientes.
Paul Spector (‘The Fall’)
The Fall exploraba la figura del asesino en serie como una persona con una vida aparentemente normal, con un trabajo de carácter social y una familia a la que quería y que lo quería a él.
Spector fue una pesadilla para Stella Gibson (Gillian Anderson), cuyo personaje como la detective encargada de capturarlo nos regaló frases antipatriarcado para enmarcar y hacer camisetas. Lo espeluznante en este caso es la fachada de aparente normalidad y para ello la elección de Jamie Dornan es todo un acierto: eligieron a un hombre atractivo para encarnar a un monstruo. Porque en la vida real la maldad no tiene rostro ni se esconde en callejones oscuros. Y eso da más miedo.
Yellow King (‘True Detective T1’)
Este asesino en serie cometía crímenes horrorosos contra niños y mujeres y disponía los cuerpos de sus víctimas en escenarios ritualisticos. Lo llamaremos Yellow King porque monstruo de espaguetis con orejas verdes no intimida mucho. También para no revelar su identidad y mantener el misterio para quienes no hayan visto la primera temporada de True Detective, porque es reciente, y porque así pueden elucubrar como hicimos todos hace un par de años.
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Bloody Face (‘American Horror Story: Asylum’)
Asylum, la segunda temporada de American Horror Story continúa siendo la más mejor de todas. Todo lo que tiene que ver con el personaje en cuestión y su búsqueda incansable de la figura materna que nunca tuvo es profundamente retorcido. Su máscara está hecha con piel y mechones de pelo humanos y la sangre es fresca. Todo es escabroso de por sí, pero las escenas que tiene con Lana Banana son lo más terrorífico e incómodo que verás en años.
Red John (‘El mentalista’)
Durante las seis temporadas de la serie este asesino siguió en activo torturando a Patrick Jane cada vez que aparecía su firma en las paredes de una escena del crimen. Aunque hacia el final de la serie ya nos habíamos cansado del corre para que no te pille con el que alargaron la sombra del antagonista hasta el cansancio, Red John fue el que puso en marcha The Mentalist tal como la conocimos.
Joe Carrol (‘The Following’)
Carroll está en prisión por el asesinato de 14 mujeres cuando empieza la serie y tiene una legión de followers que lo ayudan a escapar, porque los seres humanos somos así de complejos, o básicos. Durante las tres temporadas de The Following pasan muchas cosas, pero lo más fascinante es la relación que se establece entre Carroll y Ryan, el agente del FBI encargado del caso.
Alice Morgan (‘Luther’)
Alices es brillante y magnética. También una asesina, no lo olvidemos, que de eso estamos hablando. Lo mejor de Luther, Idris Elba aparte, era la relación entre ambos: imposible, irresistible y frustrante para él. Después de la primera temporada de la serie se barajó la posibilidad de hacer un spin-off centrado en su personaje, nos lo perdimos.
Sylar (‘Héroes’)
Si sale Zachary Quinto, sabemos que algo ha hecho. Su villano personaje era lo mejor de la serie. Sus motivaciones eran claras, Sylar asesinó en serie a un montón de personas para absorber su poder, como Red a la mejor gallina en Orange is The New Black.
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Mary Ann Cotton (‘Dark Angel’)
Basada en una persona real, Mary Ann Cotton fue una asesina en serie de las de antes de que existiera el término para referirse a estos criminales, la primera de las que se tiene constancia en el Reino Unido. En el siglo XIX fue capturada y condenada a la horca por el asesinato con veneno de su hijastro, pero se dice que pudo haber asesinado a más de 20 personas, incluidos once de sus trece hijos, su madre, tres maridos y una amiga. En esta miniserie de 2016 de la ITV el personaje es interpretado por Joanne Froggatt (Dowton Abbey, Liar) y su reto es despertar la simpatía del espectador.
Truth Terrorist (‘Bron/Broen’)
Él se consideraba a sí mismo un terrorista y no un asesino en serie, pero claramente es ambas cosas. Nunca olvidaremos ese cuerpo dividido por la línea fronteriza entre Dinamarca y Suecia en el puente Øresund.
The Carver (‘Nip/Tuck’)
Técnicamente no es un asesino en serie, pero sí un monstruo en serie que violó y desfiguró más de 20 víctimas durante la segunda y la tercera temporada de Nip/Tuck. Aunque ninguna murió después de cruzarse en su camino, nos aterrorizó tanto que se ha ganado un lugar en esta lista en la que también podría haber entrado Robert Dust, pero The Jinx es una serie documental; o BOB de Twin Peaks, a quien dejamos fuera porque también puede interpretarse como demonio interior y no un ente externo, y porque no queremos spoilear, aunque hayan pasado tantos años, quién mató realmente a Laura Palmer.