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Un estreno confuso, tan confuso que se hirió a sí mismo

(Fuente: Mediaset)

Con nocturnidad y alevosía. Así se anunció el estreno de la segunda temporada de Señoras del (h)AMPA en Telecinco, pasadas las doce y media de la noche del viernes al sábado. Y la cita para el espectador estaba a la vuelta de la esquina, ese mismo lunes. Cualquiera que presencie esto puede sacar varias conclusiones; que Telecinco odia Señoras del (h)AMPA y no quiere que triunfe, que Telecinco quiere quitarse de encima la serie o que, sencillamente, no les importa lo que pase con ella.

Lo cierto es que, muy en contra de la lógica más llana, este tipo de anuncios de tapadillo es la extraña manera que tiene Mediaset de “proteger” sus estrenos, o al menos eso es lo que parecen creer (una práctica que, por cierto, también usa a veces la competencia). El timing no es baladí: las cadenas están obligadas por ley a anunciar su programación con tres días de antelación, de modo que a las 12 de la noche del viernes es lo más tarde que pueden anunciar la parrilla del lunes. Ese secretismo es su arma para que los rivales no sepan qué van a emitir y, por tanto, no puedan hacer un movimiento ofensivo (imaginemos, estrenar la nueva edición de Mask Singer en contra).

Hasta ahí la teoría. Luego vamos a la práctica y vemos que la estrategia de guerrilla no siempre funciona. El dato de audiencia de Señoras del (h)AMPA viene a certificarlo: solo 774.000 espectadores siguieron la serie, lo que supuso un 6,3% de share. Bien es cierto que la serie de Carlos del Hoyo y Abril Zamora lo tenía muy difícil ayer, pues la despedida de su primera temporada ya marcó un dato similar (753.000 y 6,9%) y no era tan sencillo conseguir la atención de un público que o bien nunca se interesó por la serie o bien terminó abandonándola. Pero ese era, a fin de cuentas, el objetivo: resucitar a las señoras y convertirlas en el éxito que merecían ser (porque lo merecían, como dice mi compañera Aloña).

Por eso no se entiende que, si el reto ya era complicado, Telecinco forzase la maquinaria tanto jugando al despiste con la fecha de estreno. Las promos on air habían sido frecuentes, sin fecha hasta el sábado, eso sí, y hasta las actrices visitaron el plató de Supervivientes en pleno prime time para hablar de una serie de la que no podían decir cuándo se iba a emitir. Tampoco queda claro cuál era el temor de la cadena respecto a las posibles reacciones de los demás; TVE hace tiempo que no juega al ratón y al gato con las privadas y Antena 3 tiene asentadísima Mujer en la noche de los lunes, de modo que no tendría mucho sentido que moviese ficha, y menos contra un producto que no supone amenaza.

Quizás el juego de la nocturnidad y la alevosía no fuese más que inercia y costumbre. Si sacamos la parrilla siempre en el límite permitido, por qué íbamos a adelantarnos, ni que pudiera ser positivo que el espectador sepa cuándo es nuestra cita para con él. ¡Acabáramos! Y es una pena. Pues si bien como espectadores individuales tenemos el consuelo de que al menos Señoras del (h)AMPA puede verse en Amazon Prime Video, siempre queda la duda de qué habría pasado si la serie hubiese despuntado, de cara a esa tercera y última temporada que jamás veremos.

No se entienden estas estrategias, tan de aquella época en la que la única forma de ver televisión era en lineal, ni sigan utilizándose en pleno 2021. Y tal vez se nos escape en este análisis algo que no somos capaces de ver, una razón tan de peso que justifique ese estreno que parece empeñado en que la gente no se entere a tiempo. Pero, a no ser que nos lo cuenten, lo que vemos es un estreno como un Pokémon confuso, tan confuso que se hiere a sí mismo.

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