(Fuente: HBO España)
Vitals. Una historia humana, la serie documental de Fèlix Colomer y El Terrat para HBO España, verá la luz este fin de semana. En ella se muestra la historia de varios de los afectados por la pandemia que han pasado por el hospital del Parc Taulí de Sabadell, tanto enfermos como profesionales de la Sanidad. A lo largo de tres episodios, narra la historia de un conjunto de casos de estudio que han acabado siendo muy cercanos para el equipo de producción de la serie. Su creador nos cuenta cuáles son las pretensiones de un título como este y cómo se produce algo así en medio de una pandemia.
En febrero del año pasado parecía que esto de la pandemia podía ser algo corto, ¿en qué momento supiste que había un tema que valiera la pena grabar?
No es que lo supiera muy bien, vi que estaba pasando algo muy fuerte, algo único, que no ha pasado antes en los hospitales, y a partir de ahí me meto. No tengo ni idea de lo que ocurrirá y sí es verdad que luego me fui sorprendiendo de todo lo que iba pasando. Nuestro paso fue, sobre todo, durante los dos meses de la primera ola y allí estuvimos con toda la intensidad del mundo, grabando doce horas al día sin saber cuánto iba a durar el covid.
Entonces ibais un poco a ciegas…
Totalmente a ciegas. A nosotros nos importaba, sobre todo, la historia de las personas que estaban viviendo allí dentro, tanto pacientes como sanitarios, y fuimos hasta donde llegara la historia. Íbamos haciendo el día a día y a ver qué iba pasando, pero cada día sucedían tantas cosas, cada día teníamos tanto material y tan intenso que nos íbamos adaptando. Estábamos en pleno confinamiento, así que no había otros planes que estar allí permanentemente.
(Fuente: HBO España)
Hay un momento en que tomas la decisión de dejar de rodar, ¿podría haber seguido el proceso de grabación?
Sí, pero no, porque nuestro objetivo era hablar de personas y no de cifras y números, así que nos es irrelevante cuánto dure la pandemia. Nosotros hemos escogido unos personajes; en el caso de los pacientes es muy evidente porque los grabamos desde que entran en el hospital hasta que les dan el alta o fallecen y ahí termina su historia. Se podrían hacer segundas partes, porque luego están las consecuencias del covid tanto físicas como mentales de los pacientes y en el caso de los sanitarios realmente se podría seguir y ver cómo a la misma enfermera le llega una segunda ola y una tercera ola. Pero sí que en un documental tienes que cerrar en algún sitio.
¿Tenías claro cuál era el objetivo del documental?
Mi forma de grabar documentales es estar ahí, estar presente sin intervención ni voces en off; pasarnos horas y ganarnos su confianza para que finalmente el cámara termine desapareciendo totalmente. Sabíamos cómo lo queríamos grabar y el objetivo era documentar un momento histórico desde lo más dentro que fuera posible. Luego hemos visto que, además, el documental sirve para concienciar y darse cuenta de una realidad que es difícil conocer solo a través de cifras y números. Si alguien quiere ver esto en veinte años, seguramente sea el retrato más fidedigno de cómo afectó el covid a las personas.
¿Cómo es meter cámaras en un momento tan delicado para sus protagonistas sin ser invasivo?
El secreto es, sobre todo, haber rodado muchas horas con ellos. Comer con ellos. Llegar a ser amigos, como así ha sido en muchos casos. Eso es lo que aunque estemos cerca nos convirtamos en una sombra que no se percibe.
¿Hubo algún momento de crisis en el proceso?
Hay dos posibles autocensuras, la que hacemos en rodaje y la que hacemos en montaje, pero tampoco ha pasado mucho. En general, nada debería parecer demasiado fuerte para que no se viera. Va de eso el documental, si el covid mata tenemos que enseñarlo; sería absurdo no enseñarlo porque sería infantilizar al covid. Es algo que ha pasado mucho en España, que hemos infantilizado una pandemia y que la imagen que quedará para la posteridad no es un reflejo real.
(Fuente: HBO España)
¿Cómo ha sido vivir inmerso todo el día en algo así?
Inmerso en ello, pero a la vez desconectado de las noticias. Mi mensaje es que si alguien está saturado del covid no hay mejor manera de desconectar que ver este documental, porque es el retrato de lo que es. Para mí, de hecho, no ha sido nada duro verlo y hacerlo, ha sido muy bonito tanto la grabación como el montaje. Ambas partes las hemos hecho en paralelo, lo que ha permitido ver qué flaquezas tenía una historia para buscarlas en la próxima.
¿A quién va dirigido un documental como este?
A mí me encantaría que lo viera todo el mundo, que lo vieran niños de diez años, por ejemplo. A veces tenemos un poco de miedo a la realidad, pero es lo que está pasando. Uno de los objetivos era que todo el mundo se sintiera cómodo, que no cayera en el amarillismo y creo que el resultado es para todo el mundo. Y, evidentemente, para aquellos que no creen en el covid, porque no hay mejor manera de ver cómo afecta a todo el mundo, a los que fallecen, pero también a los que resisten, porque les quedan secuelas que podemos ver en la comida del último episodio.
El documental tiene dos fines, el del propio documento histórico y el de concienciar a todas aquellas personas que puedan cansarse de las medidas restrictivas, aquí pueden ver que todo esto tiene un motivo. Algo así como recordar la raíz de todo, que es el virus y la saturación hospitalaria. Y, además, sirve para algo más frío, como entretenimiento puro. Los giros dramáticos que hay parecen escritos, pero ha sido la propia vida; la forma en que se van mezclando las historias en el tercer capítulo parece que haya sido planeada, pero no. Llegad al tercer capítulo y disfrutadlo, porque es suficientemente bonito, esperanzador y conclusivo.
‘Vitals. Una historia humana’ se estrena el 7 de febrero en HBO España.