Un grupo de treintañeros busca su sitio en la vida. Es una premisa muy común y, a la vez, como dice Abril Zamora, muy inexplorada en las series nacionales. «Yo creo que en España hay un vacío en los 30 en la ficción. Hay muchas historias de adolescentes y luego hay muchas historias centradas en profesiones (médicos, abogados…)». Ese hueco lo viene a llenar su serie Todo lo otro, aunque esta creadora y protagonista asegura que no buscaba crear un icono para determinada franja de edad: «Nunca quise hablar de la crisis de los 30 ni quise que fuera una historia generacional, pero los protagonistas tienen una edad muy concreta y hablo de un momento de frustración que es cuando te das cuenta de que no acabas de encajar en lo que se supone que tienes que encajar y te sientes un poco mal con lo que es tu vida. Se habla también de algo muy universal como es el amor unilateral, la frustración, follar con desconocidos y acabar mal y con todo eso creo que es fácil de empatizar aunque tengas 18, 19, 20 o 50″.
La serie, disponible ya en HBO Max, nos muestra la caótica vida de Dafne, el personaje interpretado por Abril, que no es exactamente un alter ego de su creadora pero sí que nace de sus experiencias vitales y de quienes la rodean. «Me considero muy infantil en algunas de mis reacciones, pero soy suficientemente madura para recoger cable y decir: ‘Cari, me he equivocado. Te he montado una pataleta sin ningún tipo de sentido’. Creo que vivir el amor como lo vive la protagonista de un modo tan intenso es algo muy juvenil y no es algo muy adulto, pero al mismo tiempo es muy bonito y no me parece que sea irreal». He ahí el quid de Todo lo otro: ese reto constante de medirse frente al a concepto de adulto.
Y es que pretendidamente o no, la serie de Abril Zamora habla de una generación que intenta llegar a esa expectativa (casa, trabajo, pareja y apartamento en Torrevieja) que le creó la generación anterior y a la que rara vez llega. «No creo que seamos inmaduros, pero tampoco somos tan adultos como se supone que tenemos que ser. Yo nunca me he sentido tan adulta como cuando me compré una casa el año pasado, que fue mi momento de adultez terrible y lo primero que hice fue llorar desconsolada porque no me gustó en absoluto la sensación de «ya no hay marcha atrás». Y, luego, cuando mueren tus padres, que de repente tienes una sensación de orfandad, pero al mismo tiempo sabes que eres la siguiente persona dentro de la escala para fallecer. Es un momento en el que te sientes muy adulta pero muy niña a la vez. Ese batiburrillo es el motor de los personajes de la serie».
Dafne, como Abril, es una mujer trans, pero no es un rasgo del personaje que marque el devenir de la serie ni todos los conflictos que ella tiene. «Para mí es un dato poco relevante del personaje, pero hay que mencionarlo porque estamos en esta época en la que estamos. En mi vida es un dato tan poco importante como ser rubia, pero para la gente del exterior parece ser que no porque recibo cierta esa sensación de rechazo en algunos momentos», expone la creadora de la serie, «Era importante para mí hacer una serie que no fuera una ficción LGTB o que las tramas solo se centraran en eso. Creo que es un peldaño que ya tendríamos que haber sobrepasado. El conflicto de la protagonista es que se enamora de su amigo y que odia su trabajo y que lo ha dejado con su novio. A parte, es trans. Como soy la autora podría haber dicho: ‘Es un personaje cis y lo interpreto yo’, pero creo que hubiera sido muy tonta si hubiera perdido la oportunidad de mostrar una realidad trans que no estamos acostumbrados a ver».
Así pues, el problema que tiene Dafne es que está enamorada de su mejor amigo y compañero de piso (interpretado por Juan Blanco), pero este no la ve con los mismos ojos. «Para mí era importante contar una historia de amor unilateral, donde una persona se enamora de otra, pero nunca va a llegar a buen puerto y nunca va a llegar a convertirse en una historia real de amor porque creo que en un porcentaje muy alto la mayoría de historias de amor son eso. Me apetecía contar esa realidad, que no es una comedia romántica. A lo mejor la gente estaba esperando que los personajes acaben juntos, pero eso no va a pasar. Me apetecía contar ese lado de la historia; que sientas amor ya es algo muy positivo aunque duela. Es más fácil empatizar con el amor frustrado que con una historia de amor perfecta donde se casan y comen perdices. Yo eso lo he vivido, pero estoy muy cansada de verlo en la tele», concluye.
‘Todo lo otro’ está disponible en HBO Max.