El capitán Lorca intenta averiguar dónde ha llevado a la Discovery. (Fuente: Netflix)
La primera temporada de Star Trek: Discovery se fue de vacaciones con un episodio que parecía adentrar la serie por un camino un poco más oscuro. La nave saltaba a un lugar desconocido, y no a la Base Estelar 46 como pretendían, el salto dejaba a Stamets en estado catatónico y Tyler experimentaba unos terribles flashbacks de lo que la klingon L’Rell le había hecho mientras estaba prisionero de ellos.
Excepto en el caso de Stamets, el capítulo con el que arranca esta media temporada da respuesta a dos de esas preguntas. Para empezar, Discovery ha viajado a un universo alternativo, un “universo espejo” que se insinuó la primera vez que Stamets asume su puesto como navegante del motor de esporas y que en la Star Trek original dejó uno de sus episodios más clásicos. Y, en segundo lugar, Tyler es realmente el klingon Voq.
Las teorías de los fans eran acertadas. L’Rell “camufló” a su líder (y amante) como un humano, enterró su verdadera personalidad en su subconsciente y lo envió a infiltrarse en la Flota Estelar. El problema es que Voq está anulado por Tyler, y los intentos de L’Rell por traerlo de vuelta no funcionan. Tyler cree que está sufriendo estrés postraumático cuando, en realidad, su naturaleza klingon y su misión empiezan a tomar muy poco a poco el control de sus actos.
Las cosas que sí de ‘Star Trek: Discovery’
La primera mitad de la temporada ha ido de menos a másfueradeseries.com
En este universo hay versiones alternativas de casi todos los personajes, claro, siendo la de Tilly como capitana despiadada de la Discovery la que permite introducir ciertos toques de humor en la historia, y es lo que permite montar esa misión para intentar averiguar cómo pueden regresar a su universo sin la participación del motor de esporas.
L’Rell intenta que la consciencia de Voq regrese, pero las cosas no están saliendo como había planeado. (Fuente: Netflix)
También es lo que introduce un nuevo guiño a las series pasadas de la franquicia, en este caso, a Enterprise. Allí, la nave del capitán Archer viajaba también a un universo espejo en busca de la USS Defiant, la misma de la que Burnham debe conseguir información para averiguar cómo pudo dar ese salto interdimensional sin motor de esporas.
De momento, es un fleco que se queda suelto, porque conseguir cumplir la misión va a ser más complicado de lo que pensaban. La reticencia de Lorca a que Burnham examine los datos que ha recopilado de los saltos de Stamets los pone en la peor situación posible, que es hacerse pasar por sus “gemelos malvados”. Esto va a situarlos ante el espejo de sus propias debilidades, de sus propios lados oscuros. Burnham ya está experimentándolo al tener que matar al capitán de la Shenzhou, y la situación aún empeorará más en cuanto Tyler deje de tener el control de su psique y salga su verdadero yo.
Star Trek: Discovery regresa dispuesta a sacudir un poco el status quo de la serie. Desvelar finalmente a Tyler como un agente durmiente (un poco como un cylon “pellejudo” que se cree humano y no es consciente de sus actos de sabotaje de la nave Galáctica) introduce un elemento de imprevisibilidad que puede aportar grandes cosas en los próximos capítulos.
Todas las críticas de ‘Star Trek: Discovery’
- Episodios 1 y 2: El saludo vulcano y Batalla en las estrellas binarias
- Episodio 3: El contexto es para los reyes
- Episodio 4: Al cuchillo del carnicero no le conmueve el grito del cordero
- Episodio 5: Elige quién sufre
- Episodio 7: La magia que vuelve loco al hombre cuerdo
- Episodio 8: Si vis pacem, para bellum
- Episodio 9: En el bosque me adentro
‘Star Trek: Discovery’ está disponible todos los lunes en Netflix España.