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Elísabet Benavent persigue la naturalidad en ‘Valeria’

Las cuatro amigas protagonistas de ‘Valeria’. (Fuente: Netflix)

Valeria, aspirante a escritora de 30 años (o casi treinta), casada desde los 22 con Adrián, con un grupo de amigas que es su gran apoyo, se encuentra en medio de una crisis sentimental, laboral y personal. ¿Qué quiere hacer con su vida? ¿Merece la pena seguir persiguiendo su sueño de publicar una novela? ¿Es realmente Adrián el amor de su vida? ¿Debería pensar en buscar un trabajo estable que le permita tener hijos?

Todas esas preguntas impulsan tanto la serie Valeria como los cuatro libros de Elísabet Benavent que giran en torno a ella y a sus tres amigas Carmen, Nerea y Lola, su marido Adrián y ese ideal masculino que es Víctor. La adaptación a televisión aterriza el viernes en Netflix con Benavent involucrada en ella como supervisora de producción y con muchas ganas de que sea vea el resultado final, que a ella la ha dejado muy contenta: “Está hecha con mucho mimo, encaja en el espíritu de quién es Valeria, cómo se casó con 22 años, quién es Adrián, y con eso, muchas cosas. La verdad es que he tenido esa sensación varias veces viendo la serie, de qué bueno esto”.

Las guionistas de Valeria, María López Castaño, Aurora Gracià, Almudena Ocaña y Fernanda Eguiarte, optaron por trasladar el espíritu de los libros, más que ceñirse estrictamente a ellos, en parte porque desde que se publicó el primerio, En los zapatos de Valeria, ya han pasado casi diez años y había que actualizar algunos aspectos, como la importancia de la tecnología en las vidas de los personajes. Esa libertad en la adaptación llevó a Benavent fuera viendo, precisamente, qué cosas hacía falta que fueran un poco diferentes: “Es una adaptación abierta y en ese ejercicio vas haciendo no diría que concesiones, porque no lo son, pero te vas haciendo a la idea de que tu personaje, tu historia, van a crecer por otros lados y ya no va a ser tan tuyo”.

Sin embargo, había algunas prioridades que debían mantenerse, especialmente en el tono de la serie. “Una es que se primara la naturalidad, que el diálogo fuera muy rápido y muy fresco, que fuera verosímil, que se jugara a que, a lo mejor, no fuera realista pero sí verosímil, o que Madrid estuviera muy presente”, explica la escritora, que añade que “la relación siempre ha sido muy fluida, tanto con Plano a Plano como productora como con Netflix como plataforma. Evidentemente, ha habido guiones que me han llegado y yo no he visto alguna cosa clara, pero nunca ha habido un no rotundo a entrar en diálogo por parte de nadie, todos hemos estado muy abiertos”.

Diana Gómez y Maxi Iglesias, como Valeria y Víctor. (Fuente: Netflix)

Algunas de esas ligeras alteraciones que ha introducido Valeria en la serie, como decimos, se deben a que ha pasado cierto tiempo desde que Elísabet Benavent escribió las novelas, y ella misma reconoce que “si yo ahora me sentara a escribir Valeria, lo haría de manera completamente diferente. La haría un poquito más fuerte, no haría que orbite tanto alrededor de Víctor”. El personaje de la serie sigue, de hecho, un poco esa idea y, en palabras de su creadora, “creo que en la adaptación sí que está muy bien hecho. Cada una tiene su propia personalidad y la de Valeria es más de dudar y buscar la aprobación externa de las decisiones que toma, justificar sus equivocaciones, evitar un poco el conflicto, pero la veo más fuerte, la veo más decidida, al menos. La veo más dueña de su vida”.

El lado sentimental es muy importante en la serie; aporta el motor de muchas de las tramas, pero el corazón está en la amistad entre sus personajes femeninos. Benavent la define como una “familia escogida” y explica que es una relación que, para ellas, va a estar siempre por encima de todo lo demás: “Yo tenía muchas ganas de que se viera eso, que fuera una relación natural, que no fuera idílica, que no se idealizaran las cosas pero que planteara algo que para mí es muy importante, que es que vamos a echar abajo ese dicho que dice que no hay peor enemigo para una mujer que otra mujer. Vamos a mostrar la realidad que vivimos, que es que estamos rodeadas por la familia que escogemos, que son nuestras hermanas y las hacemos partícipes de todo, de lo bueno y de lo malo y que se crea una relación muy mágica entre nosotras”.

Las cuatro se asoman a una crisis de los 30 que, en parte, viene más por las ideas preconcebidas que les han inculcado sobre lo clara que deberían tener su vida a esa edad, y eso lleva a que muchos de los personajes se encuentren paralizados por el miedo cuando se dan cuenta de que están aún muy lejos de tenerlo todo encarrilado. En Valeria no hay villanos ni grandes antagonistas, pero el miedo juega a veces ese papel, sobre todo en el matrimonio de Valeria y Adrián. “Creo que el miedo empuja a que las cosas que no se hablen. Se tiene miedo a que las cosas cambien, a destapar problemas y, entonces, cobren más importancia, a decir algo y ofender. Hay como una especie de miedo subyacente que hace que las personas se queden quietas. Que lo peor del miedo no es solo el temblor interno; es que te paraliza”, apunta la escritora.

Esa falta de villanos en Valeria viene de la persecución de la naturalidad en la construcción de los personajes y de sus relaciones. “Estoy muy contenta porque no me parece que ningún personaje sea maniqueo”, afirma Elísabet Benavent: “Están todos bastante bien dibujados en la serie y se han solucionado algunos problemas que yo, en mi primera novela, si la leo ahora me echo las manos a la cabeza y cambiaría un montón de cosas”.

‘Valeria’ se estrena el viernes 8 de mayo en Netflix.

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