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Irene Escolar quiere dar voz en ‘Dime quién soy’ a las mujeres olvidadas

Irene escolar dará vida a Amelia Garayoa, protagonista de ‘Dime quién soy’. (Fuente: Movistar+)

Cuando Movistar+ presentó su proyecto de adaptación de Dime quién soy, la novela de Julia Navarro, daba la impresión de que la escritora había sido más que exigente con que se respetara el espíritu de su obra a la hora de llevarla a la pantalla. Y uno de los aspectos en los que hizo especial hincapié fue en el papel protagonista: Navarro propuso a Movistar+a Irene Escolar como actriz principal, y no era capaz de imaginar esta adaptación (que empezó su rodaje la semana pasada) si ella no estaba al frente.

Escolar, recién llegada de una larga temporada en cine y, sobre todo, teatro, confesó ser consciente de la responsabilidad que acarreaba ser la elegida por una novelista tan valorada por sus lectores. Con experiencia en papeles tan centrales como este –la madrileña adoptó un rol similar en Un otoño sin Berlín, la película que le valió un Goya a mejor actriz revelación–, afronta el reto “no con el peso de qué pensarán los lectores, sino confiando en la apuesta que vamos a hacer Eduard [Cortés, director de la serie] y yo, contando este personaje y su humanidad con todo lo que yo sea capaz de dar”.

Para ella, el pilar que sustenta el relato de Navarro es su protagonista. En la novela, Amelia Garayoa vive toda una tournée por los grandes hitos históricos del siglo XX, desde la guerra civil española hasta la caída del muro de Berlín. “Como actriz, ¿cuántas veces tienes la oportunidad de vivir tantas experiencias juntas?”, se pregunta. “No sé si existe alguien que haya vivido eso de verdad; pero, desde luego, Amelia está ahí, y ahora hay que hacer que todo eso sea verosímil”. La historia de Dime quién soy, según la actriz, gira de forma evidente en torno a la vida de su personaje: “El proyecto es ella y tengo la sensación de que requiere que yo aparque mi vida y empiece a vivir la de otra persona durante los próximos ocho meses”.

La energía del teatro a la pantalla

Un proyecto televisivo de esta magnitud y exigencia podría ser un primer bocado demasiado grande después de tanto tiempo apartada de la pequeña pantalla. Sin embargo, la actriz considera que no es necesario cambiar ningún chip para saltar de las tablas a la tele: “La energía sí que es diferente; eso es lo único que cambia del teatro al cine”. Escolar, con una admiración incontenible, cuenta que eso se lo explicó Amparo Baró, “que siempre actuaba igual”, ya fuera para las cámaras o para las butacas, y añade que “uno siente algo desde la última fila de un teatro de igual manera que podría capturarlo un primer plano”.

En su entrenamiento para la odisea, está aprendiendo lenguas y lenguajes -ruso y alemán-, pero también charlestón. Su Amelia es una mujer que recorre la práctica totalidad del siglo XX en un viaje casi antropológico, y ahora es el turno de la actriz de recorrerla a ella. “Es una mujer mucho más valiente que yo”, señala. “Ella es una heroína y yo soy solo un bonito canalizador”. El director, Eduard Cortés, considera que uno de los secretos del éxito de la novela es lo fácil que resulta empatizar con la protagonista; y que, a ese respecto, “Irene ha metabolizado muchísimo al personaje”.

No obstante, la actriz ha encontrado la inspiración en las páginas de otro libro. En su adulterio creativo, ha cambiado a Julia Navarro por María Teresa León (poetisa y esposa de Rafael Alberti). La biografía de esta escritora, según ella, ubica muy bien a las mujeres de esa época que retrata Dime quién soy; mujeres como las Sinsombrero, como María Teresa León, mujeres “universitarias, inteligentes, artistas, con mucha opinión política”. El personaje de Amelia se convirtió entonces, tras leer ese otro libro, en la necesidad de saldar una deuda: “Este papel significaba poder mostrar esas ganas de tomar las riendas de su vida que tenían muchas de estas mujeres, eclipsadas por los hombres de la generación del 27”.

En el momento adecuado

La construcción del papel ha abarcado tres meses de trabajo mano a mano con Eduard Cortés para pactar su significado. Además de la preparación obsesiva (habitual en el director, que llevó a los chavales de Merlí a una casa rural mucho antes de comenzar el rodaje para que sintonizaran con sus personajes), ha intervenido la casualidad de la circunstancia. Este, ni antes ni después, era el momento adecuado para Escolar. “Plataformas como Movistar+ permiten hacer las series inteligentes y de calidad que todos los artistas y técnicos soñábamos con hacer. Creo que, en España, por fin estamos en ese momento. Me estaba reservando, hasta que llegara la oportunidad de hacer algo como esto”.

“Aunque sea algo tópico”, admite, “creo que un actor se hace por las cosas a las que dice que no”. La actriz ha apostado conscientemente por el teatro en los últimos años, sabiendo que cerraba la puerta a otras oportunidades. “Ahora me doy cuenta de que, sin la experiencia, herramientas y madurez que me han dado el teatro, no estaría tan preparada para este proyecto como siento ahora que lo estoy”. El teatro ha dado armas a Escolar para reivindicar en la pequeña pantalla, a través de su Amelia, a las mujeres olvidadas del siglo XX.

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