Ya había hecho incursiones como guionista en la pequeña y gran pantalla, pero Oriol Paulo se dio a conocer coguionizando junto a Guillem Morales Los ojos de Julia, un thriller 11 veces nominado con Belén Rueda como protagonista. Después vinieron muchas más películas de este género (El cuerpo, Contratiempo, Durante la tormenta), que ha acabado manejando a la perfección consiguiendo el equilibrio perfecto entre suspense y giros argumentales. Convertido en uno de los autores actuales más importantes de nuestro país, Paulo regresa a la pequeña pantalla con El inocente, una adaptación de la novela homónima de Harlan Coben, que ha escrito y dirigido. Y casi sin dejar ni un minuto para respirar se adentra en otra adaptación, esta vez de una obra de Torcuato Luca de Tena: Los renglones torcidos de Dios.
Hasta ahora era frecuente que en España se adaptaran libros de nuestro país, pero últimamente Netflix se ha lanzado también a aquellos que son extranjeros. ¿Cómo te sientes después de que te hayan ofrecido hacer la adaptación de la novela de un escritor extranjero como Harlan Coben?
Que sea extranjero creo que es un accidente, quiero decir, creo que ha habido una especie de match entre lo que era la novela y lo que era el ofrecimiento. Cuando Paco Ramos me llamó y me ofreció la novela, yo estaba en un momento en el que quería cogerme un año sabático, porque estaba acabando Durante la tormenta y me quería tomar un periodo de descanso y me dijo: «Esto te va a encantar». Efectivamente, me lo leí y rápidamente supe que me quería meter. Para mí es un accidente que sea una novela extranjera.
¿Cuáles son los problemas a los que te has enfrentado a la hora de adaptar la historia?
Había dos principales problemas: El primero, trasladarla del mundo americano al mundo español, que eso fue un ejercicio que hicimos desde el primer minuto. Y el segundo, coger la novela y llevármela a mi mundo. Cuando la leí comenté un poco cuál era mi visión de la adaptación. Netflix me propuso reunirme con Harlan Coben en Nueva York, así que me fui allí, me senté con Harlan y le expuse cuál era mi visión y cómo iba a adaptar su material. Él se vio mis pelis y a partir de ahí, compró la adaptación y ha sido un compañero de viaje brutal porque me ha dejado jugar con su criatura con total libertad y yo he sido súper respetuoso también con todo lo que le estaba proponiendo. Nos hemos entendido muy bien, pero el reto era traducirla a la visión de España y llevármela a mi mundo.
¿Qué elementos se mantienen y qué otros has añadido tú a la historia? ¿Crees que la serie es fiel a la novela?
Si tú lees la novela puedes ver la serie, pero sí que es verdad que a nivel estructural la propuesta que hay de cómo arranca cada capítulo, el hecho de que sea tan coral y de que esté tan dirigida hacia un personaje, eso no está en la novela. Eso fue básicamente lo primero que me vino a la cabeza cuando leí la obra de Harlan: «Me gustaría que cada capítulo empezara con un personaje». Precisamente quería hacerlo así para elevarla a una serie de personajes, a algo más coral en la que estamos diciendo al espectador que todos los personajes que aparecen van a ser importantes en el desarrollo de la trama.
Viendo ‘El inocente’ está claro que es una serie que muestra claramente tu esencia y que a veces puede recordarnos a Contratiempo. ¿En qué se parecen y en qué se diferencian estos dos proyectos?
Es una vuelta al thriller. Durante la tormenta era una película que estaba entre el drama y el fantástico, pero esto es una vuelta al thriller radical que a mí me encanta. Se asemeja en que son historias que se van contando a través de la fragmentación, a través del puzle y de ir metiendo al espectador en una especie de laberinto en el que tiene que viajar para ir encontrando las respuestas. Sí que creo que El inocente es mucho más coral, obviamente por el formato de la miniserie, y también creo que tiene un punto de apego a la realidad más grande.
Estamos acostumbrados a ver tus historias en el metraje de una película, pero ahora tienes que mantener la atención del espectador durante ocho capítulos.
Es más difícil porque son ocho horas, pero nosotros hemos concebido la serie como una película de ocho horas en el que cada capítulo en sí es una mini película dentro de la gran película. Cada episodio está muy focalizado en contarte una cosa, que te lleva a un final, que te abre otro capítulo y este a su vez te abre otro más. Es como un juego de muñecas rusas, pero para mí cada episodio tiene la gracia de que es esencialmente único. Y al final cuando acabas, a mí me gustaría que el espectador lo hubiera sentido como un viaje de ocho horas.
Como en la mayoría de tus proyectos en ‘El inocente’ también involucras al espectador en la investigación para que tenga un papel activo. ¿Crees que esta es una de las claves de un buen thriller?
A mí me gusta que el espectador sea activo. Me ha pasado siempre en todo lo que he hecho y es mi manera también de afrontar los materiales. A mí me gusta que el espectador se siente y sea parte activa del visionado. Con El inocente le invitamos desde el primer capítulo a que lo sea y a tener que colocarse en un sitio en el que tiene que empezar a utilizar un poco su cabeza. Eso es lo que me gusta: hacer puzles. Y probablemente El inocente es el puzle dentro del puzle dentro del puzle.
Vuelves a contar con rostros que hemos visto en otros de tus proyectos. ¿Te estás convirtiendo en el próximo Almodóvar?
No, pero es que yo soy un enamorado de los actores, entonces sí que es verdad que cuando leí el material rápidamente me vinieron Mario (Casas) y Aura (Garrido) a la cabeza, incluso antes de ponerme a escribir. Conforme íbamos escribiendo apareció José (Coronado) y poco a poco en mi cabeza se va formando lo que es el universo de personajes. En esta serie he tenido la oportunidad de trabajar con actores con los que no había coincidido antes y que han sido fantásticos y maravillosos. Estoy encantado de compartir esto con Juana Acosta, Alexandra Jiménez, Susi Sánchez, Martina Gusmán, Miki Esparbé y con Gonzalo de Castro. Me considero muy afortunado porque para mí era importante que el espectador sintiera que cada personaje de la historia es fundamental.
¿Está tratada como una serie con final o se ha desarrollado con vistas a una segunda temporada?
Está pensada como una historia con inicio, nudo y desenlace, es decir, la serie se cierra en el último capítulo. El espectador va a hacer un viaje de ocho horas que empieza y acaba.
¿Cómo animarías al espectador para que viera ‘El inocente’?
Yo les diría que se pongan el primer capítulo, que creo que ese les llevará a ver el segundo y que cuando acaben el segundo, yo creo que van a querer seguir viendo la serie hasta que se termine. Nosotros hemos concebido esta película como un viaje de ocho horas y cuando el espectador se siente a verla va a sentir esa vocación que hemos tenido de contarle una historia que es una montaña rusa que arranca y que ya no te suelta hasta el final.
Te encuentras adaptando la novela de Torcuato Luca de Tena, Los renglones torcidos de Dios. ¿Cómo va este proyecto?
Estamos a nada de empezar a rodar. Es la adaptación de la novela de Torcuato, una adaptación obviamente con mi filtro, que estará más modernizada que la obra original. Te puedo contar que la protagonista es Bárbara Lennie y que en breve se anunciará el resto del reparto.
‘El inocente’ está disponible en Netflix.